Capítulo 3.

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Cinco meses fueron suficiente para que su herida cicatrizara y terminara de sanar por completo, sorprendiendo incluso a su propio doctor. El tiempo pasó bastante rápido Jimin, quien ya se había instalado por completo en su nuevo departamento; en el mismo edificio donde vivía Taehyung.

—Hm... - murmuró Jimin, estirando su brazo para alcanzar el teléfono y así poder apagar la maldita alarma que no paraba de sonar.

Cuando el ruido cesó, Jimin bostezó y estiró su cuerpo aun estando bajo el calor de las mantas. No tenía muchas ganas de levantarse ese día, pero si quería alcanzar a comer algo, debía salir ya de la cama.

Se arregló sin prisa e ingirió un desayuno saludable, como siempre. Cuando terminó todo y lavó sus dientes, tomó sus cosas y salió del departamento.

—Buenos días, señor —el hombre mayor de la recepción lo saludó con cortesía.

—Buenos días... —leyó el apellido— Señor Han.

Han sonrió.

—Que tenga un buen día —se despidió y le abrió rápidamente la gran puerta de cristal.

—Gracias.

Una vez fuera del edificio, Jimin caminó hasta el centro, donde pretendía mirar unas cosas antes de ir a su destino final.

Se paseó por varias tiendas de ropa y zapatos que, curiosamente, a esa hora de la mañana ya estaban abiertas y atendiendo.

—No puedes, Jimin —se recordó a sí mismo.

No podía llegar a una entrevista de trabajo cargando numerosas bolsas de ropa y zapatos.

—Debí venir en auto —se quejó en voz baja, apreciando unos preciosos pares de zapatos en la tienda de Dolce & Gabbana.




***

Esa mañana, Jungkook había despertado con un leve dolor corporal. Quizás un resfrío se aproximaba, pero eso no sería un impedimento para cumplir con sus responsabilidades.

Tomó una medicina antes de abandonar el calor de su hogar y se dirigió hacia el subterráneo, donde su auto permanecía estacionado.

Su teléfono sonó mientras iba concentrado manejando, y con un rápido movimiento, logró ver la pantalla del aparato.

Yugyeom.

No se sorprendió ni se desesperó por responder. Ya era costumbre que él le llamara siempre por las mañanas, con el deseo de saber como estaba e intentar entablar alguna conversación trivial.

—Yugye, voy manejando y estoy por llegar a la empresa —habló por el altavoz, sin apartar la vista del camino— Luego hablamos.

Buenos días para ti también, Jungkook - un suspiro se escuchó del otro lado de la línea— Está bien, nos vemos aquí.

—Vale, voy a colgar.

Oye...

—¿Uhm?

Te quiero.

—Yo igual, nos vemos —colgó.

Jungkook no solía ser tan demostrativo con sus sentimientos, llegando a ser un poco frío la mayor parte del tiempo. La mayor parte del tiempo, consentía cada capricho de en Yugyeom; mas no significaba que por eso sería un novio empalagoso.

Bad at love 🖤 KM.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora