I'm here

Ya no quiero pelear mas

-No entiendo porque estás tan molesta. Tu dijiste que lo entendías- replica Tania.

-Lo entiendo, de verdad lo hago, pero no puedes esperar que me alegre ver como le coquetean a mi novia y no poder hacer nada al respecto- salgo a mi defensa.

Tania me invitó a su dormitorio, pues ahorita todos están en clase, nosotras tenemos una clase libre antes de cuidado de criaturas mágicas.

Estábamos cómodamente en su cama acurrucadas, hasta que me empezó a besar. No me queje del beso, solo que la imagen  de ella besando a Nott fue creada en mi cabeza y me obligó a separarme. Le expliqué lo que pasó pero al parecer se me salió de las manos.

-No espero a que te alegres Sam, pero ya te expliqué como esta la situación. No solo es difícil para ti, si no también para mí.

Nos quedamos en un largo silencio. Quiero decir algo, pero me quedé en blanco. Decido agarrar mi mochila e irme pero me detiene a medio camino a la puerta.

-Espera. No quiero pelear contigo, solo- voltea a su cama y luego a mi. -Ven, hay que sentarnos y hablar, si?

Asiento lentamente y me acerco a paso lento. Me toma de la mano y me acomoda en su cama. Decido hablar antes de que ella lo haga.

-Lo siento, de verdad lo siento. Es solo que no me gusta saber que el es mejor partido que yo y..

-Que? No, Sam, tu eres mi mejor partido, eres lista, hermosa y amable. No te cambiaría por nada del mundo.- esas palabra impactan en mi corazón. Suena patético, pero siempre me siento vulnerable con ella -Ey! No llores mi amor, ven.

Me sienta en su regazo, sosteniendo mis piernas y me mirándome fijamente, sus ojos divagando en mi rostro con una sonrisa.

-Te amo Samay Marrison, te amo con toda mi alma. Tal vez tu todavía no estés lista para decirlo o no sientas lo mismo o...

Tomo su cara en mis manos y la miro directamente a sus ojos.

-También te amo Tania Campbell.

Su sonrisa se vuelve más grande y me pega más a ella. Me abraza, quedando su cabeza entre mi cuello, oliendo.

-Hueles delicioso, hueles a fresa- reímos ligeramente aún sin apartar la vista la una de la otra. Sus ojos son verdes, con tonos cafés y son profundos, definitivamente me podría quedar viéndolos el resto de mi vida.

Pasa la mano que tenía en mi espalda, a mi mentón, empieza a acariciarlo con su pulgar delicadamente. Sonríe y se acerca para besarme. Empieza como un beso tierno,  delicado y amoroso.

Su mano sube de mis rodillas a mi muslo, acariciando sin subir mucho. Su mano queda en contacto con mi piel puesto que tengo mi uniforme. Gracias falda.

El beso empieza a tener más intensidad cuando su mano sube cada vez más levantando mi falda de a poco. Nuestros labios aumentan la velocidad.

Ella hace que mi espalda impacte con el colchón dejando me debajo de ella. Vuelve a mis labios con desesperación. Mis manos viajan a su nuca mientras que una de Tania vuelve a mi muslo, pero más arriba de lo que ya estaba.

Sus caricias me ponen la piel de gallina y me cuesta pensar con las hormonas al 100. Siento un vacío cuando sus labios abandonan los míos y pasan a mi cuello.

Siento cada suspiro y beso húmedo que deja en mi cuello. Se siente increíble. Se separa un poco con la respiración agitada.

-Puedo?

Se a lo que se refiere, pues su mano está a pocos centímetros de mi ropa interior. Asiento rápidamente para que de la misma forma lo haga. Ella sonríe maliciosa y vuelve sus labios a los míos. La lujuria nos invade a ambas, dejándonos en un mar de placer y deseo.