ESQUELETO

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—¿Qué a poco se van a rajar y no van entrar? Espetó Mauricio uno de los amigos de Evangeline, novio de Monserrath, su amiga también.
—Hay no sean gilipollas, aprentense bien los calzones y entremos— dijo Mónica riendo
—¿Acaso no vez? Existe algo extraño en este lugar, aún así piensas entrar?
—¿Porque no? Que más podría pasar anda ve. — Mauricio toma de la mano a Evangeline a Monserrath y Gabriel corre tras de ellos era el más tímido y por consiguiente el más miedoso.

— A ver chicos! — dijo Mónica— ¿Realmente están seguros? Si es así, vamos que yo sí le entro— comentó con una sonrisa pícara

Se adentraron más en la casa, el piso de madera crujia con cada paso, como si se fuera a derrumbar, olía a humedad con tierra y en el ambiente se podía sentir un aire gélido, no era acojedor que digamos.

—Miren! Ahí hay unas escaleras, ¿Subimos? Hay más puertas, en el segundo piso— dijo Evangeline
—Emm, no estoy muy convencido, que tal si hay alguien ahí, pues hee... Ya ven no mal interpreten, ya ven que es una cas abandonada, pues no sabemos quién puede esconderse ahí— menciono Mauricio nervioso.
—Ya basta de tonterías —dijo Monserrath, ya estamos aquí no podemos echarnos para atrás.

Subieron las escaleras el sol iba desapareciendo entre las nubes ya estaba oscureciendo, subieron las escaleras con miedo y entre risas y palabrotas llegaron a la planta de arriba.

Las mariposas de nuevo hacían acto de presencia, dentro de la casa, como si fueran parte de su propia construcción...

—Abrire una puerta, para ver ya estamos aquí, no hay vuelta atrás— dijo Evangeline.

Eran 5 puertas dos de ellas más pequeñas que las demás tomo la perilla de la puerta de en medio, pero está no se abría forzaba la parrilla pero nada, se escuchó un ruido como si hubieran caído canicas en esa misma habitación, rápidamente se pasó a la otra puerta y decidida tomo la perrilla de la puerta la giro con fuerza y Zas! Se abrió, se quedaron sin palabras, cuando vieron la habitación vacía únicamente con un ropero antiquísimo, una mecedora y al parecer una mujer sentada de espaldas con un vestido de los años 30.
Evangeline y Mauricio decidieron acercarse giraron la silla hacia ellos y solo era un esqueleto con aquel vestido, estaba de más de 10 años aquel cuerpo abandonado, unas cuatro mariposas salieron dentro del tórax del esqueleto, enseguida se fueron corriendo aquel día de ese lugar, pensando seriamente si sería buena idea regresar y averiguar que había pasado....

Porque las mariposas sabían el secreto, pero solo estaba en sus almas, por qué su voz era el silencio....

LA VOZ DE LAS MARIPOSAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora