Un par de gotas,
que se convierten en lluvia.
Unas cuantas nubes,
las que forman la tormenta.
El viento que ruge,
convirtiéndose en furia.
La tormenta sobre mi cabeza,
cada vez más cerca.
Me estoy empezando a mojar,
y aún me queda un rato para llegar.
Me encantaría pararme en un charco y saltar,
pero no me gusta que me miren mal,
hay que aparentar normalidad.
Hace rato que he dejado de andar,
miro el cielo pero parece que no va parar.
Las nubes cada vez son más oscuras,
sigo andando pero parece que me quieren alcanzar,
aunque corra no las puedo dejar atrás.
Ahora llueve más y parece que no va parar.