Mi Luz Al Final Del Túnel

Capítulo 12: "A time for us"

- Buenos días, señorita Beckett. Durmió bien?

Voltee a mi lado izquierdo y ahí estaba...

- Buenos días, presidente... perdón estaba perdida en mis pensamientos - sonreí un poco apenada -

- Si, me di cuenta cuando subió. Había olvidado pedirle su número y lo conseguí en la información que tenemos de usted en la empresa. Espero no le moleste.

- Para nada, no hay problema - dije con una cara de "tengo sueño" -

- Muy bien. Ahora quiero su opinión. Como me veo? - sonrió -

Lo miré por unos segundos, llevaba unos pantalones skinny verde militar, playera blanca, una chaqueta de cuero negro y tenis Adidas advantage blancos.

- Se ve muy bien, como siempre, señor. - sonreí con amabilidad -

- Entonces ante sus ojos siempre me veo bien? - dijo con una sonrisa muy amplia la cual lo hacía ver más atractivo... -

- Pues supongo que todos pensamos lo mismo - dije un poco tímida -

- Qué ante sus ojos siempre me veo bien? - la sonrisa seguía ahí, mostrando su perfecta dentadura -

- El que siempre se ve bien... - lo mire y sonreí -

- Bueno, no sé que piensen los demás, usted es la primer persona a la que le pido una opinión sobre mi apariencia

- De verdad, nunca... - no terminé la frase pero él entendió -

- Si. La verdad no me importa lo que opinen de mi, de todos no es como si pudieran hablar mal de alguien como yo y que no me entere - dijo con una leve sonrisa ladina. Y sobre lo anterior... era verdad, todos lo respetaban pero también le tenían demasiado miedo - Pero es bueno saber su opinión - y su auténtica sonrisa volvió -

Por alguna razón me gustaba verlo sonreír, era agradable para mi pasar tiempo con él.
El auto siguió avanzando hasta llegar al aeropuerto, bajaron el equipaje del auto y subimos al jet privado que pertenece a la empresa, sólo íbamos nosotros dos, era lindo pero un poco incómodo.

- La empresa necesita un avión para este tipo de viajes... aparte de que no me gusta viajar en avión comercial ni porque sea en primera clase. - dijo mientras se ponía el cinturón de seguridad - tranquila, no le haré nada - rió -

- E-eh? Pero... yo ni siquiera dije nada...

- Por su expresión, se veía incómoda y nerviosa - rió leve cubriendo su boca con su mano -

- P-pero... es porque... no estoy acostumbrada a los aviones... por eso es mi nerviosismo - dije mirando mis manos -

- Ya veo... es normal sentirse así cuando ese es el caso. Ahora hagamos algo, no hablemos con honoríficos, yo ya no lo haré, usemos esa forma de hablar sólo cuando sea necesario, la diferencia en nuestras edades son sólo dos años. Tú que opinas? - sonrió -

- Está bien, señor - reí un poco -

- Oh! Vamos! No más "señor" ni "presidente" por ahora - comenzó a reír - duerme un poco, se ve que tienes sueño.

No le dije nada y sólo asentí, el avión aún no despegaba y yo me quedé dormida casi al instante. Había olvidado ponerme el cinturón de seguridad, se suponía que debía hacerlo por obvias razones, pero lo olvidé.
No sé cuanto tiempo pasó, desperté y estaba cubierta con una manta muy suave color negra, la los era tenue...

- Despertaste... Olvidaste poner tu cinturón, puedes quitarlo ahora si gustas - me miro y sonrió leve -

- Gracias... - me acomode en el asiento, quité el cinturón y doble la manta, vino la azafata y se la entregué. - Dormí mucho?

- No en realidad, sólo 2 horas. Después de que despegó el avión pedí que bajaran tu ventanilla para que no te lastimara la luz - la expresión de si rostro era muy linda, estaba tranquilo y se veía cómodo -

- Es muy amable de tu parte... - me detuve en lo último no sabía si era correcto llamarlo Leo así que sólo me limite a sonreír -

- Puedes decirme Leo, no me molesta en absoluto - dijo como si hubiera leído mis pensamientos, levantó la vista del libro que leía y me miro sonrió -

- De acuerdo, Leo. - sonreí y abrí la ventanilla, todo se veía hermoso, las nubes se veían como gigantescos algodones de azúcar -

Leo le pidió a la azafata una copa de vino blanco, me di cuenta que no le pedía "por favor" y le hablaba seco. Yo sólo pedí un jugo de frutilla, no quería alcohol en estos momentos. Nos trajo las bebidas y estuvimos conversando un riendo un buen rato. Ahora entiendo porque la gente dice que es prepotente... gracias a Dios conmigo no era así, bueno... sólo en nuestro primer encuentro, pero se podría decir que en parte fue culpa mía, iba corriendo y lo choqué.
Después de hablar un rato trajeron la comida, gracias a Dios! Me estaba muriendo de hambre!
La comida tenía una pinta deliciosa, pastrami de buey, acompañado de vino tinto y música instrumental

- La melodía es hermosa... - miré por la ventanilla. La música y el paisaje de nubes hacía una perfecta combinación -

- Si, "A time for us" - sonrió y volvió a comer -

Sentí como mi rostro se tornaba rojizo ¿Romeo y Julieta? Más que una comida normal parecía una cita romántica y... ya Kayla!! No pienses bobadas!!

- Ya veo... por eso me parecía conocida

Terminamos de comer, vi mi celular y eran las 3 de la tarde. Aún faltaban 3 horas para llegar y ambos nos quedamos dormidos mientras la música sonaba a un volumen apenas audible.

- Kayla... Kayla, despierta. Ya casi llegamos

Sentí como alguien me movía del hombro, pero yo quería seguir durmiendo

- Kayla... vamos, despierta - dijo con un tono suave -

- Ya llegamos? - dije con voz adormilada y abrí un poco los ojos -

- Si, casi aterrizamos. Ponte el cinturón.

Me acomodé en el asiento y abroché el cinturón. Miré por la ventanilla, se podía ver todo Vancúber

- Se ve muy de mañana, que hora es?

- Son las 9:55. En España son las 6:55 de la tarde

El avión aterrizó y el auto ya nos estaba esperando, subimos y el chofer se encargó de las maletas.

- Dejaremos esto en el hotel e iremos a tomar el desayuno

- Suena raro... nuestra hora de comida fue hace 3 horas...

Comenzó a reír por lo que dije - tienes razón... ya te acostumbrarás. Por cierto, nos quedaremos en el mejor hotel de Vancúber. Que prefieres, compartir habitación conmigo? O una para ti sola? - Me miró con una sonrisa coqueta e hizo un guiño -

- Q-q-qué? - dije tartamudeando, no esperaba esas preguntas. Sentí como mi rostro estaba completamente rojo y más aún porque él se dio cuenta.-