Capítulo 13

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                         Capítulo 13

Guillermo


Se supone que una persona que está a punto de casarse, claro, se supone que no debería engañar a su prometido, en este caso "Prometida", y Eric lo hace. Y lo peor de todo es que me molesta, me duele porque a pesar de que llevamos poco tiempo conociéndonos, me gusta, y siempre me ha pasado, que cuando empiezo a confiar en una persona <esa persona me defrauda> sé que no todas las personas son malas, pero pareciera que dios solo me quiere con las malas.

No sé como explicar como me siento em estos momentos, o tal vez si.

Engañado.

Me siento asi, y muy muy molesto conmigo mismo.

Él solo me mira asombrado sin decir nada en estos dos minutos que pasaron.

Me paso las manos por las mejillas, quitando todo rastro de lagrimas y me levanto.

—Iré a caminar.

Tan rapido como lo digo Eric se levanta y su mano llega a la mia, le da un leve apreton y me hace acercarme a él. 

Nuestros ojos se encuentran, en los suyos puedo ver que esta angustiado, ademas de la manera de respirar sé que trata de calmarse.

—Iré contigo— frunzo el ceño e iba a hablar para negarme, pero él continua— Así te explico.

¿Dejo que se explique? ¿O simplemente le digo que me deje en paz?

Ahí esta el dilema, porque ¿Y si miente? No quiero que juegue conmigo a su antojo, no soy un objeto como para que me use, mientras que estamos atrapados aquí. 

Pero tambien tengo curiosidad por saber que es lo pasa, saber si de verdad se va a casar.

Suspiro, asiento con la cabeza dandole a entender que si.

—Vamos—Le digo, y aparto su mano.

No pretendo llamar la atencion, y sé que si otros pasajeros nos ven así, van a empezar hablar, no quiero eso, y sé que Eric tampoco. 

Lamentablemente aún existen personas homofobicas.

Y soy testigo de eso.

Ese tortuoso recuerdo que tanto me atormenta, regresa a mi mente y no puedo evitar asustarme, de que alguien se dé cuenta de lo que hicimos Eric y yo. No permitiré que algo como lo que me pasó hace años me vuelva a pasar, porque sé que no sería capaz de levantarme de nuevo. Me ahogaría en un pozo de agua, en donde no saldría con vida. 

Me aterra, a pesar de que no amo mi vida, me aterra imaginarme aquello tan doloroso.

No quiero que Eric pasé por lo mismo, y si tengo que poner un poco de distancia entre ambos lo haré.

Atravieso la puerta primero que él, y camino a paso apresurado hacia la salida.

Hoy los encargados dieron el comumicado de que podiamos salir a tomar aire fresco. 

Al bajar los pocos escalones el viento me pega de lleno en el rostro y respiro profundamente, calmando asi mi acelerado corazón, aunque las manos me sudan un poco.

Tengo miedo de lo que dirá, pero igual me resigno a que sea lo que sea, no me gustará.

Hay personas afuera, conversando, socializando entre ellos.

Me cuesta socializar.

Eric me sigue todavía, pero respeta mi espacio personal

Le echo un vistazo al lugar y mis ojos se detienen en un bonito árbol de hojas amarillas, creo que se llama Araguaney. Me decido por él y caminó hacia él. Me siento debajo para que no me llegue tanto sol.

Él se sienta en frente de mi, acomoda sus largas y muscolosas piernas una encima de la otra, como hice yo.

Ahí sentados lo detallo, Eric no le es indiferente a nadie, varias mujeres y me atrevo a decir que hombres tambien, se han volteado a verlo. Él es muy alto, parece una torre, además de eso cuenta con un atractivo irreal para cualquier persona que lo vea. Su cabello dorado más largo arriba se ve sedoso y sus ojos más claros por la luz del sol, son dos circulos azulados, el mar más claro esta en su mirada. Su cuerpo es definido sin ser exagerado, espalda ancha, piernas fuertes. Y su piel, diablos…., en estos momentos se encuentra rojiza debido al sol. 

Fascinante.

Pasaron aproximadamente 5 minutos en donde el miraba a la nada, y yo lo miraba a él.

Finalmente dejo de detallarlo tanto y me concentro en sus ojos que me miran, quizas se dio cuenta que lo acosaba con la mirada, pero ya no me importa.

—Quiero que sepas que no sería capaz de jugar contigo, de ninguna manera, no soy así, me criaron con valores, no le haría daño a nadie—Ruedo los ojos sin poder evitarlo— Al menos no a proposito—hace una pequeña pausa, y como no respondó sigue hablando— Te lo juro Guille.

Arrugo la nariz —No me gusta que me digan así, mi nombre es Guillermo—digo con desden.

Sonrié.

Claro que tenia que sacar esa maldita sonrisa suya.

—Pero si te gusta que te diga Cerecita ¿no?.

No puedo evitar el sonrojo que sube por mi cuello y llega a mis mejillas, y seguramente a mis orejas. 

—No desvies el tema.

Ahora estoy tenso y molesto conmigo mismo por dejar que me afecte.

—El que cambió el tema fuiste tu—contrataca.

—¡Eric!

—¡Guillermo!

Respiro fuerte y lo escrutiño con la mirada, para ver si así capta que no estoy para sus jueguitos.

—No me mires así, lo dije bien.

—Como sea—le digo desinteresado.

—Bueno..,—al fin, a donde queria llegar desde que estamos aquí— Guillermo yo…

—¡Hola Eric!.

*****

¡Chan chan CHAAAAN! *risa malvada*

ig:gabbyangels









Encerrados en el tren: Eric y GuillermoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora