Capítulo 4

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DAPHNE

Las clases se me estaban haciendo muy pesadas. Los profesores no paraban de repetir cada cosa, para meternos en la cabeza.

Era insoportable.

Leah me acompañaba en todas las clases, ya que hacemos la misma carrera, enfermería. Ella también se aburría, pero igualmente prestaba atención, no como yo.

Tenía todas las cosas en mi mente, de ayer por la noche. No podía sacármelo de mi cabeza, cómo se comportó Michael conmigo.

Estoy dolorida por dentro.

Intenté evitarlo y copiar lo que estaba escribiendo en la pizarra el profesor, en la libreta.

Las clases se terminaron a las 3 o 4 horas, como cada día. Al acabar, Leah y yo, fuimos a un bar a comer algo, para matar el apetito de nuestro estómago.

Nos sentamos en la terraza, el camarero vino de seguida para que podamos las bebidas y el plato, que íbamos a comer.

El camarero se fue y nosotras comenzamos a hablar.

-Tengo que decirte una cosa y quiero que vayas. -sonríe como un ángel.

-Dime

-Esta noche mis compañeras y yo, iremos a la fiesta Le Bain, de la ciudad. Así qué, quiero que vayas conmigo, a tu primera discoteca de toda tu

Frunció el ceño y ella sigue hablando.

-Espero que vengas. La fiesta empieza a las doce de la noche, en la calle The Standard, High Line.

-No sé si ir...

-Venga tía anímate, es tu primera discoteca, nos lo vamos a pasar muy bien. -dice comvenciendome.

-Esque...

-¿Esque qué? ¿Es por Michael, verdad? -me mira con tristeza.

-Si... -agacho la mirada, hacia la mesa.

El camarero nos interrumpe, trayéndonos las bebidas y los platos.

-Si queréis postre, aquí tenéis la carta. -este nos da la carta y se va, haciendo su trabajo.

-Dime que pasa con Michael.

-Solo nos peleamos.

-¿Solo? -su voz se escucha muy desconfiada. -Se nota que no estás bien con él. La cara que siempre llevas lo describe, que estás mal. Intentas sonreír hacia los demás, pero veo que pasan cosas con tu novio.

Se estaba preocupando demasiado por mí y, solo habían comenzado las cosas.

Michael ya hace semanas que se comportaba de una mala manera. Cada día bebía sin que yo le de importancia.

Había pasado por muy malos momentos, de parte de mi familia y ahora de Michael.

Los problemas de mi familia me causaban ansiedad.

-No pasa nada, estoy bien. -mentí.

-No te creo.

-Leah, tranquila, no pasa nada con Michael ni nada. No quiero hablar más del tema. -la tranquilizó, diciendo la gran mentira de mi vida.

-Vale, lo siento por agobiarte. Si quieres algo, yo estoy aquí para poder ayudarte.

-Claro que si.

-Bueno, dejemos esto y hablamos sobre la fiesta. -me sonríe -¿Vas a venir?

Corazón frío (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora