Capítulo 3

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MICHAEL

Daphne se fue del apartamento, para ir a la universidad. Yo me quedé un rato más, estirado en la cama y sentí las sábanas vacías, al no estar ella en mis brazos, dándome masajes en mi pelo.

En los días de trabajo, me despierto antes que Daphne, para apurarme mejor y elegir un outfit sencillo. Hay días que tengo unos horarios un poco raros. Los lunes a jueves tengo de siete de la mañana, hasta las nueve y media de la noche, en el restaurante. Y hoy, como era viernes, no tenía que trabajar.

Me quedé mirando las musarañas en el techo, por unos segundos, pensando en blanco.

Al oír mi voz en mi cabeza, me levanté y me fui directo al armario a coger una camiseta negra ajustada, para que se me marquen mis musculos definidos, unos pantalones de chandal negros y lo mas importante la ropa interior.

Me alisté delante del espejo en unos minutos y mi móvil sonó, de una notificación. Me giré y me sincronicé hasta llegar a coger mi móvil, que estaba en la cama y vi una notificación de mi amigo,Abiel.

"Abiel te envió un mensaje de texto"

Lo abrí y vi el mensaje que ya me esperaba de él.

Abiel:

-Hey, bro. ¿Te vienes a mi casa hoy, para pasarlo un rato de hermanos?

No llegué a pensarlo de manera lenta y le respondí a los segundos.

Yo:

-Claro que sí bro, en cinco minutos estoy allí.

Apagué mi móvil, lo guardé detrás de mi pantalón, cogí mis cascos y mi chaqueta negra de piel. Salí del apartamento y me fui al parking, donde estaba mi coche audi r8 y me monte, para salir disparado del parking sucio, a los que vivíamos aquí.

Me deslizo por las carreteras rectas de New York a más de 90 km/h, mientras que iba cantando con la música puesta del altavoz de mi audi.

Como había dicho, en cinco minutos ya estaba en frente de la casa de Abiel. Me bajé y piqué al timbre de casa de mi amigo. Al segundo tono él me abrió la puerta, con una sonrisa puesta en su boca.

Abel era un chico de más o menos la misma altura que la misma, 1,80 cm. Tenía el pelo castaño largo y sus ojos eran marrones miel. Vestía con una camiseta blanca básica, con un pantalón negro y unas bambas blancas. Él era muy básico, al igual que yo con la vestimenta.

Abiel me dejó pasar en su casa y entré al salón con él. Estaban más amigos nuestros, que nos conocimos desde que éramos unos adolescentes. El que estaba sentado en el sofá, era Bittor, al que se puso en frente mio para saludarme , se llama Christian y al lado de Abiel, se llamaba Eber.

Todos somos muy buenos amigos, aunque hay veces que nos metemos a puñetazos, como si estuviéramos en una lucha libre para ganar un cinturón.

-Hola, brother. -me chocó la mano y me dio un abrazo para darnos unos golpes en la espalda.

El típico saludo de los hombres.

-¿Como que estáis todos en la casa de Abiel? -pregunté y me puse las manos en los bolsillos de los pantalones.

-Pues nada, a pasar el rato de colegas un poco. -me sonrió y todos nos fuimos para la cocina, a beber algo.

En los armarios de la cocina de Abiel, había más de 6 botellas de alcohol. Nos servimos en unos vasos de plástico con hielo, alcohol y un poco de refresco para darle sabor.

Nos pasamos un buen rato en la cocina hablando y pasándonos de copas, hasta que no nos dimos cuenta, que una chica de pelo largo castaño y muy bajita, entró en la cocina mirándonos con una sonrisa pequeña.

Corazón frío (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora