CAPITULO 1: Hija de Hades.

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AHI SE ENCONTRABA inhalando el humo del cigarrillo mientras miraba la luna, cerrando sus ojos y pensando en cualquier otra cosa que la alejara de aquella realidad en la cual vivía. Miró el cigarrillo para después pensar en cómo poco a poco te acostumbras y te haces adicto; a la sensación de calmar una ansiedad.

- ¡Jade, deja de fumar y entra a cenar!- Grito Adelina, la madre de ella en la entrada de su casa.

- Voy -Respondió sin muchas ganas mientras tiraba el cigarrillo al suelo y lo pisaba. Metió sus manos a los bolsillo del suéter que traía puesto, mientras ingresaba a la casa donde había crecido.

Odiaba en parte este lugar, la hacia sentir fuera de si. No entendía si era normal en una joven adolescente o solamente era el caso de ella, pero aquel lugar era como si no fuera su hogar. Se sentía ahogada y presionada desde que comenzó su pre adolescencia.

- Jade. - Llamo Adelina mientras se sentaban en la mesa. - Tienes 16 años, estás demasiado joven para que tomes el vicio del cigarro. - Regaño. Haciendo que Jade solo apartara la mirada. - Definitivamente me tienes cansada. ¿Quieres ser rebelde y valerte por ti misma? Bien, entonces vete de la casa, consigue trabajo y pagate tus gastos. - Otra vez la pelea de siempre.

Entendía en cierta parte, debía de hacerse respetar como madre, y claramente nunca la iba abandonar a su suerte, ¿Pero en una situación así que se puede hacer?

- De resto, mientras vivas en mi casa y yo te pague tus estudios y tu cosas deberás respetar por lo menos el hecho de que no me gusta verte fumar.

- Lo sé, lo sé-Dijo restandole importancia. - Hago lo mejor que puedo.

- Jade, trata -Respondió ella. - Eres mi hija y siempre veré por tu bienestar.

Jade rodeo los ojos, su madre era algo especial, siempre fueron las dos solas contra el mundo. Y siempre estuvo ahí apoyándola, siempre la iba a defender ante cualquier amenaza.

- ¿Por qué Jade? - Preguto mientras comenzaba a comer, tratando de olvidar el tema anterior.

- Tu padre así lo decidió... -Dijo Adelina mientras suspiraba. - Y no guardes odio hacia el... Algún día entenderás muchas cosas.

- Como sea - Respondió mientras guardaba silencio el resto de la cena.

Siempre pregunto por su padre, Adelina nunca quiso hablar mucho más allá, solamente le decía que las había dejado por temas y asuntos que ella nunca entendió, pero como madre que era debía de hacerse responsable sea acompañada o sola. Cosa que Jade siempre admiro, y con el pasar de los años le fue agarrando un poco de resentimiento hacia el que se supone que es su padre.

Después de la cena, Jade levantó los platos y los frego mientras trataba de no pensar en lo que era el tema de su padre. Siempre había querido esquivarlo pues se había hecho a la idea de que si no sumaba tampoco le iba a restar.

Subió a su cuarto después de despedirse de su madre para acostarse mientras miraba el techo de su habitación, decorados con estrellas luminosas de tonalidad verde y se quedaba dormida en los brazos de morfeo; pensando en su padre.

Cuando abrió los ojos se encontraba en una paisaje amplio y llano, lleno de miles de flores de distintos colores, y la noche estrellada y la luna alumbrando su alrededor. Camino entre ellas escuchando voces y acercándose tratando de descubrir quienes eran...

-La Hija de Hades ya casi tiene que volver Zeus... - Decía una de las voces, haciendo que las demás se callaran. Aquello tuvo que ser algo serio pues no hubo nada de ruido por los siguientes segundos.

HIJA DE HADES (Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora