ERA INCOMODO, demasiado para su gusto. El sentir la mirada de aquella mujer, la cual se había presentado como su madre, tal vez ella esperando alguna reacción de su parte, quien sabe, la hacia sentirse fuera de si.
- Oh -Fue lo único que logro articular mientras se sentaba correctamente y organizaba un poco su cabello.
- Se que son demasiadas dudas en esa cabeza, pero lo importante es que ya estas aquí. -Parecia que su sonrisa nunca iba a desaparecer. - Con nosotros, tu verdadera familia.
Aquel comentario no le había gustado mucho a Jade, pues su verdadera familia era Adelia. Era con quien había crecido y había aprendido los valores y lo catastrófico que puede ser a veces la vida.
- ¡Feliz cumpleaños, Jade! -Exclamo, sin dejar que hubiera respuesta de su parte, mientras le daba una pequeña caja de terciopelo verde, Jade tomó aquello sin mucha emoción y lo abrió.
Una linda pulsera de oro blanco o tal vez plata se encontraba ahí, con detalles en diamantes.
Era realmente bonita, pero no era algo que Jade suela usar, a ella no le interesaba las cosas de valor, le interesaba más las cosas cuyo valor daban los momentos o personas que estuvieran ahí.
Suspiro, mientras la cerraba y la dejaba a un lado, para proceder a levantarse. Persefone se quedó mirando donde había dejado la joya, sintiendo una presion en su pecho, esperaba otra reacción.
- Vamos -Ordena Jade acercándose a la puerta - Enséñame este castillo.
Jade en ningún momento se refirió como hogar aquel lugar, y mucho menos lo haría. Se sentía una extraña y no se sentía cómoda con todo lo que estaba pasando. El pensar en Adelia le molestaba, pues estaba en la etapa de aceptación y se sentía molesta pues nunca le contó la verdad. Sabiendo que su relación madre-hija era basada en confianza.
Persefone guió a Jade por el castillo, explicandole los pasadizos y las habitaciones que habían en ellas. Era un castillo enorme pero se veía más acogedor que por fuera. En todo el rato que estuvieron caminando y hablando sobre cosas del castillo, Persefone se sintió fuera de lugar, se sentía más como una guía turística que como la madre de aquella adolescente.
- Y por último esta es la sala de estar. -Dijo con una sonrisa algo fingida. No le gustaba ser guía.
- ¿Que hay en las escaleras que dan hacia abajo? -Dijo mirando hacia un pasadizo que daba a esas escaleras.
- ... -Persefone se quedó quieta. - Algo que después tu padre te enseñará. -Dijo.
- Hades. -Corrigió mirándola sin expresión, generando un momento incómodo, otro más. - ¿Y que se supone que haga el resto del tiempo que este aquí? -Pregunto mientras caminaba por el al rededor de la sala de estar, detallando sin ánimo alguno las diversas pinturas que habían ahí.
- Bueno puedes salir a conocer este mundo, y poco a poco se irán dando las cosas hasta que te acostumbres... -La voz de Persefone se fue apagando poco a poco al escuchar como Jade lanzaba una carcajada.
- ¿Acostumbrarme? -Pregunto con gracia. Persefone reconoció el tono con el que preguntó aquello. Pues le recordaba a su esposo cuando estaba molesto con algo o alguien. - ¿Acostumbrarme a que? - Volteo a mirarla, que aunque tuviera su mismos ojos la mirada era del mismo Hades - ¿A vivir en este castillo tetrico? ¿Compartir tiempo con los seres del inframundo y recibir a las almas en pena? -... - No te acostumbres tu a mi presencia aquí mejor. - Continuo mientras caminaba a las escaleras que la llevarían a su habitación - No planeo jugar la farsa de una familia feliz. -Dijo mientras comenzaba a caminar a su habitación.
Por primera vez después de muchos años, Persefone sintió dolor, en su pecho. Y sin consentimiento la lágrima salio.
Sabía que podía ocurrir, pero no pensó en que le iba afectar tanto.
Sintió unos brazos rodear su cintura y se permitió soltar el suspiro que tanto le costaba salir.
- Tiene mi genio, me disculpo por eso -Escucho a Hades decir en voz baja a su lado - Que no se te bajen los ánimos .
- Es solo que..- Se dio la vuelta para verlo de frente - No creí que se pareciera tanto a ti en ese aspecto. Pensé que podría darnos una oportunidad...
- Sabes que esto no es lo que queríamos - Fue realista Hades. Debía serlo y hacer que Persefone entrará en razón.
- Han pasado los años Hades, la gente cambia, evoluciona...
- Ya hay un torneo de por medio que no podemos evitar - Suspiro Hades mientras le daba una mirada a camino que daba al sotano- Es nuestra hija, pero ella no pertenece aquí.
Persefone frunció el ceño y se aparto.
- ¿Y donde pertenece Hades? -Exclamo para ver a las escaleras y asegurarse que no estuviera ahí. - Somos su verdadera familia.
- La señora...
- No -Dijo enojada. - No permitiré que me arrebates nuevamente a mi hija para dársela a un humano.
- Como quieras Persefone. Ilusionate y sufre cuando se tenga que ir.
Respondió con enojo.
- Pero no permitiré que te vuelva a tratar como lo hizo. - Y procedió a desaparecer en llamas.
Volvió a soltar un suspiro mientras volvía a fijar su vista en las escaleras.
- Todo mejorará... Todo saldré bien - Se auntoconvencio ella.
Planes distintos, decisiones equivocadas ¿Que podría ocurrir?