Me levanto aturdida, cansada, empapada en sudor. Vaya sueño he tenido, no lo tengo del todo claro... intento hacer memoria, pero... nada.
- Helena - grita mi madre desde la cocina - ¡vas a llegar tarde! Mi madre y sus manías de la puntualidad inglesa.
- Ya voy - respondo mirando mi reflejo en el espejo.
- Son las 7.00 de la mañana y tenemos que salir de casa ahora mismo si queremos llegar a tiempo!
Pesada, joder. Cállate.
Me desnudo rápidamente y me meto en la ducha. No me doy el lujo de recrearme como lo hago por las noches. Salgo de la ducha y me visto. Primer día de curso... suerte que me ha tocado con Apolo y Ártemis. Me pongo un jersey de punto crudo cuello alto sin mangas y me enfundo en una minifalda de cuero. ¿Botines negros? Evidente.
-¡Helena! - vuelve a gritar mi madre.
-¡Qué ya voy! - digo bajando a trompicones las escaleras de mi casa.
Mi madre me está esperando en la cocina impaciente. Está mirando el móvil.
- Acabo de recibir una notificación que te concierne... no te han aceptado en el grupo de ciencias. Al final acabarás siendo una muerta de hambre como la familia de tus amigos, los gemelos... tanta letra y tan poca utilidad...
- Mamá, no todos podemos ser como Pol. Y tranquila, que sabe todo el pueblo que Pol es tu hijo favorito.
- Date prisa o acabarás llegando tarde - dice mi madre mirándome de reojo - que te vaya bien el primer día de clase.
Me despido de ella intentando no odiarla más de lo que lo acabo de hacer. Se piensa que si no estudias ciencias no sirves para nada... bueno... al menos voy a ver a los gemelos.
Salgo a la calle y el suave frío de setiembre me invade. Suerte de mi chupa negra y mi jersey de punto cuello alto. Voy bajando la calle y... ¡Helena! Escucho a alguien gritar mi nombre pero no adivino la posición exacta de quien grita.
- ¡Helena, espérame!
Me giro y veo a Apolo correr hacia mi. Cuando llega a mi altura, se para a coger aire...
- ¿Has visto la última publicación de @Delos? - pregunta alterado.
- Ehm... ¿no? - respondo con una mueca de extrañeza
- Pues resulta que...
La frase de Apolo queda interrumpida por su hermana.
- No resulta nada, Apolo. ¿A caso crees que nos importan los enigmas a las 7.45 de la mañana? Déjalo. Ya te avisé que dejaras de seguir esa cuenta... no hace más que traer problemas.
Apolo intenta responder a su hermana, quien con una mirada lo corta y lo deja mudo.
- Artemisa... déjalo, anda. ¿Qué pasa, Apolo? - digo dejando que la curiosidad me invada.
- Habemus novato en el cole... o al menos eso dice... se llama Aleksandros y se ve que se ha mudado hace poco aquí. Nadie sabe nada de él: no tiene redes, ni ná...
Mi mente viaja a un mundo de fantasía de película romántica.... ¿Cómo será?
- Helena - dice Artemisa riéndose - creo que te acabas de pasar con el colorete...
Me doy cuenta que mi cara está roja al verme en el iPhone de Artemisa, quien está haciendo una foto para su IG.
- ¿En serio? ¿Bienvenido curso escolar? ¿A quién le apetece empezar una etapa de estrés para seguir después en la universidad?
- A mi me apetece mucho ver el profe nuevo del humanístico - dice Apolo - por lo que me han dicho es un puto crack y se lo curra bastante.
- Apolo - responde Artemisa - nadie te ha preguntado. Así que, calladito estás mejor.Llegamos al cole. Su aspecto blanco por fuera con las letras azules en el cartel de la entrada confieren un aire etéreo al lugar. Han cambiado la tipografía de las letras (ya era hora). Accedemos al vestíbulo a través de la gran escalinata flanqueada por columnas (¿jónicas o dóricas? Siempre me hago un lío) y nos recibe Casandra.
- ¡Helena! Llegas pronto... - dice saliendo de detrás del mostrador y dándome un abrazo.
- ¿Y yo qué? - pregunta Artemisa - ¿nada de buenos días?
Casandra se ríe y Artemisa también mientras se abrazan.
- ¿Cómo os ha ido por Grecia estas últimas semanas? Se os ha echado tanto de menos... - Casandra mira su reloj y ve que el timbre está a punto de tocar - Me liáis. Aquí tenéis el horario con el número de aula y todo. Cualquier cosa, me buscáis.
Nos alejamos de Casandra y su euforia de haber visto a los gemelos, y nos dirigimos a nuestra primera clase del curso. Caminamos rápido y yo casi me tropiezo al no ver el cartel de "suelo mojado" en medio del pasillo. Mi cara se vuelve roja. Miro detrás por si alguien que no sean los gemelos me ha visto. Nadie. Y de repente tengo miedo. Estamos frente a una puerta azul donde se puede leer perfectamente: AULA 1.6 — Latín II.
Mi mano coge con fuerza el pomo, lo gira y empuja.
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Fuimos eternos
FantasyCuando Alex llega a la vida de Helena, sus vidas dan un cambio radical. Alex, el chico nuevo de clase, esconde una verdad que sólo muy pocos saben. La realidad de Helena tambalea al descubrir que aquellos en quien ella confía saben más de lo que apa...