Capitulo 9: Anthony Stark

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Narra Tony

Esta mañana desperté temprano, me quedé por un momento mirando el techo, no pude dormir en toda la noche, no después de todo lo que paso en esa cueva, siento que ya no soy el mismo, aun no puedo creer que mis armas hayan matado a muchas personas inocentes, incluyendo jóvenes soldados que daban la vida por el país.

Por un instante, logre quitar esos recuerdos para poder levantarme de la cama, me puse una ropa cómoda y baje hacia mi taller mecánico personal. Así es, soy un guapo y sexy mecánico, que por cierto hace armas destructivas que terminan en manos equivocadas y para ser aún más genial, ahora esta cosa es lo que me mantiene con vida – señalando el reactor en mi pecho – aunque debo hacerle algunos ajustes.

-Buenos días, Jarvis – dije mientras entre al taller.

-Muy buenos días, señor – responde mi creación de inteligencia artificial – La señorita Potts le dejo su desayuno en la mesa.

-Que atenta – dije en tono burlón – ¿alguna novedad?

-Nada fuera de lo normal señor, en la ciudad de Malibú el clima está totalmente cálido con cielos despejados, la marea se encuentra baja y hoy llegara un nuevo integrante al servicio de seguridad –  me responde.

-Jarvis, eso es una novedad – dije para luego beber mi batido – por cierto ¿Cuándo yo solicite ese nuevo servicio? – pregunte confundido.

-Ayer señor, a las 3 de la mañana cuando bajo a la cocina y no encontró su hamburguesa... - me responde.

- ¡Gracias Jarvis! – lo interrumpo – eres muy amable – dije en tono sarcástico.

-Es todo un placer ayudarlo, señor – responde.

De pronto, la puerta principal del taller se abre, era mi asistente y secretaria Pepper Potts junto con Happy Hogan, mi guardaespaldas.

-Tony ¿Cómo te encuentras hoy? – pregunta Pepper.

-Estoy muy bien ¿Por qué no lo estaría? – cruce los brazos.

-Pues, por esa cosa – apunta a mi pecho.

-ah, esto solo es un corazón de juguete que me mantiene con vida – le dije, sarcasticamente.

-Muy gracioso Tony – dijo molesta – En fin, en unos minutos aterrizará el avión del nuevo personal de seguridad como solicitaste – leía su libreta – Happy la recogerá en el aeropuerto.

- ¿por casualidad alguno de ustedes se comió mi hamburguesa que estaba en la nevera? – la interrumpí.

- ¿De qué hamburguesa hablas, Tony? – me pregunta confundida.

- ¿Happy? – lo intimide con la mirada – no me mientas, guardaespaldas.

-Espere ¿Por qué me mira a mí? – me pregunto indignado – no porque sea robusto, signifique que me gusta comer hamburguesas... Bueno me gustan, pero no me comería su hamburguesa – agregó nervioso.

-Ok – dije levantando una ceja – por esta razón necesitamos más seguridad – dije mirando a Pepper.

-Ok, basta – alza la voz Pepper – Happy, el avión ya aterrizo, ve a buscarla – Happy sale del taller.

- ¿Es mujer? Mi nuevo guardaespaldas, es una mujer – dije sorprendido.

-Tony, contrólate ¿quieres? – dijo molesta – Debes ser educado con ella. Además, es una de las mejores agentes de seguridad que encontramos, fue muy difícil localizar a alguien como ella, sus antecedentes nos han dado buenas referencias de su trabajo, incluso estuvo en el servicio secreto, es impresionante.

- ¿su nombre? – le pregunte.

-Jensen, Hattie Jensen – respondió.

A lo que Pepper menciona su nombre, Jarvis inmediatamente me muestra su expediente que se proyecta en el aire y ahí estaba. Una chica de 25 años con ojos de color cafés que entregaban una mirada intensa, con su cabello rubio cortado hasta los hombros, tentadores labios de color rojo, era una chica que al parecer alborotaría mi vida a partir de ahora.

-Que increíble expediente, me hubiera gustado haberla entrevistado personalmente – me dirigí a Pepper con tono pícaro.

-Tony, ni se te ocurra – dice con  autoridad.

-Ya lo sé, no quiero que me demanden por acoso sexual en mi propia compañía – le dije, sarcásticamente.

-No solo es eso – me respondió  Pepper – Tony, tiene increíbles habilidades que hasta  tu desconoces y créeme cuando te digo que solo debes dejarla hacer su trabajo, no quiero que la molestes, o lo único que recibirás de ella será un golpe en tu odioso rostro como renuncia – me dijo mientras salía del taller – y la verdad no la culparía – agregó.

-Mujeres, siempre defendiéndose entre ellas ¡no es justo! – gire mi silla hacia el escritorio – Jarvis, quiero el mejor ambiente para recibir a la señorita Jensen, avisa a Happy que le prepare una habitación cómoda, que se sienta como en casa – suspiro – y cuando digo casa, me refiero a la mía.

-Señor, la Srta. Potts ya alquilo un departamento en su nombre para la señorita Jensen – responde Jarvis.

-Pepper, que lista – dije con decepción.

De pronto me quedo mirando la foto de Hattie por un momento, lo que logra sacarme una pequeña sonrisa, no la conozco, pero siento unas ganas de conocerla en persona, lo cual me ha dejado inquieto.

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