Remus tenía que ayudar a su madre, es lo que hace un buen hijo...
Laoise no era mucha cosa, se creía mucha cosa...
¿Qué importaba un poco de tiempo con una niña mimada a cambio de la salud de su madre?
Lástima Rems... No se juega con la emperatriz M...
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❝Un placer conocerte...❞
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Laoise tomó un libro de la sección de transformaciones, leyó el índice y una vez encontró el título del tema que buscaba caminó a su mesa tarareando una canción.
Tomó asiento y hechizó su pluma para escribir lo que ella iba dictando de lo que leía en ese momento.
-Hola...-
La rubia levantó la mirada de su libro y arqueó una ceja al ver a un castaño de ojos color avellana, con una sonrisa adorable y uniforme de Gryffindor.
La Malfoy vio el uniforme que traía puesto para asegurarse de que fuera el de su casa, Slytherin, porque ningún Gryffindor que no fuera Dorcas se le acercaba.
-Finite- Dijo a la pluma para que dejara de escribir-¿Necesitas algo?- Preguntó finalmente.
-Bueno, te veías muy sola y yo...- Él bajó la mirada avergonzado- Pensé que tal vez querías compañía-
Laoise lo analizó por unos segundos y suspiró antes de levantarse, sin siquiera planearlo ya tenía su típica mueca de enojo.
-No me importa quién seas, pero me gusta estar sola, en especial cuando estudio-
-Claro, lo siento, es que...- El castaño sonrió de nuevo- Estamos en la misma clase de transformaciones, tenemos la misma tarea y pensé ¿Por qué no hacerla juntos?-
-¿Quieres una respuesta a esa pregunta?- El chico asintió- Porque no te conozco, no sé ni siquiera tú nombre, la verdad no me interesa y repito ¡Me gusta estar sola!- Terminó cruzándose de brazos.
El Gryffindor frente a ella la analizó por unos segundos y sonrió de nuevo, extendió su mano y suspiró.
-Remus, Remus Lupin- Dijo con un tono más tranquilo, pero sin dejar su amabilidad.
-¿Qué?-
-Mi nombre, es Remus Lupin, ahora lo sabes, no somos desconocidos y no tienes razón para no hacer la tarea conmigo-Explicó ahora nervioso el joven que parecía perder poco a poco su confianza.
Laoise sonrió un poco divertida, Remus le parecía algo adorable, trataba de parecer confiando hablando con ella, pero en realidad se notaba nervioso e incluso algo temeroso.
-Laoise Malfoy...- Comenzó la rubia.
-La emperatriz de Slytherin- Completó el castaño por ella- No eres alguien desconocido para mí-
-No soy desconocida para nadie, me presento por pura cortesía-
Remus sonrió y tomó asiento frente a la Malfoy, ella sonrió un poco en respuesta y tomó asiento de nuevo en la silla que ocupaba hace uno minutos.
-¿Quieres iniciar con el hechizo o la teoría?- Preguntó amable el Gryffindor.
-Teoría, me gusta el orden-
-A mi igual-
Laoise rápidamente escribía de nuevo, ahora sin leer puesto que parecía haber aprendido ya la teoría.
-Lindo broche- Alagó Remus sin pensar.
La chica sonrío y recordó el broche con forma de corazón que tenía en su cabello, regalo de Narcissa en navidad.
-Linda bufanda, mala elección de combinación-
Remus vio su bufanda naranja chillón, ciertamente no combina con su uniforme de Gryffindor, se quitó la bufanda y la colocó en la mesa.
Luego de unos veinte minutos Remus se veía nervioso, había usado toda la valentía que tenía para acercarse a hablar con Laoise, pero ¿Y ahora como mantenía una conversación con ella?
Ahora entendía lo que decían de ella, sus ojos azules son fríos, te recorren y sabes que ella conoce cada secreto que guardas, su sonrisa la hace ver superior, incluso cuando no lo quería, sonreía con tanto orgullo, como si el simple hecho de ser ella la hiciera superior a todos.
Su postura, su peinado e incluso la ropa que usa, todo te hace temer de ella, respetarla, sabes que si quisiera puede hacerte sentir la peor persona del mundo...
Y aún así ahí estaba ella, tarareando una canción mientras escribía, por unos minutos se detenía y jugaba con su brazalete dorado mientras leía la información necesaria.
En algunas ocasiones sonreía mientras leía, como si ya supiera eso y fuera lo más tonto del mundo para ella recordarlo, pero lo que más tenía Laoise Malfoy es que una vez la veías, jamás podrías detenerte.
-Me estás viendo mucho- Soltó la rubia.
-Yo...- Remus se sonrojó, había olvidado que la veía, solo se había concentrado en detallar su comportamiento y a ella en general.
-Ya terminé, creo que debo irme- Comenzó Laoise levantándose.
Antes de que Remus se levantará para ofrecer su compañía hasta la sala común de la chica Malfoy algo lo interrumpió.
-¡LAOISE!- Gritaron desde la entrada- ¡LAO! ¡SAL DE UNA VEZ!-
-Es Alecto, mi mejor amiga- Explicó la ojiazul- No entra a la biblioteca porque se lo prohibieron luego de pintar a la señora Pince de púrpura y hacer que le salieran barros-
Remus puso mala cara recordando que la señora Pince estuvo ausente todo un mes luego de esa broma, eso fue hace cuatro años.
-¡LAOISE MALFOY! ¡ME ESTOY HACIENDO GÁRGOLA!- Gritó la chica Carrow desde la entrada.
-Un placer conocerte Remus Lupin-Se despidió la Slytherin con una media sonrisa.
-Te veo luego Laoise-
Ella asintió y corrió a la entrada con sus libros en los brazos, quería detener los gritos de Alecto de una vez por todas.
Remus se asomó un poco desde detrás del librero que cubría la mesa donde estudiaba con la Malfoy hace poco.
Vio a la chica acercarse a su amiga y regañarla por los gritos que daba mientras la castaña Carrow se reía de ella.
Por un segundo Laoise conectó su mirada azul hielo con la avellana de Remus, se despidió una última vez con una media sonrisa y se alejó con su amiga.
-Un placer conocerte diamante de los Malfoy- Murmuró Remus volviendo a su asiento.
Nota:
La verdad... la verdad, ya estoy actualizando más seguido de nuevo JAJA.
