Remus tenía que ayudar a su madre, es lo que hace un buen hijo...
Laoise no era mucha cosa, se creía mucha cosa...
¿Qué importaba un poco de tiempo con una niña mimada a cambio de la salud de su madre?
Lástima Rems... No se juega con la emperatriz M...
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❝LA CHAQUETA❞
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Alecto seguía viendo a su amiga con la boca entreabierta, se decidía entre golpear su cabeza con una olla o con el bate de golpeador de su hermano.
–¿Aceptaste ir con Remus Lupin porque te dio flores del bosque?–Repitió la castaña con un tic en el ojo derecho.
–Porque recolectó flores del bosque para mi–Corrigió la rubia terminando de arreglar su cabello.
–Gran diferencia...–Dijo la Carrow en tono de sarcasmo.
–Además es solo una salida, nada serio–Tranquilizó la ojiazul.
Esto no parecía quitar la alteración de la castaña, de hecho la incrementó aún más y se dijo que debía vigilar de cerca a su mejor amiga con ese chico.
–Bien...–Comenzó luego de un rato–Si solo es por diversión esta bien, no es como que vayas a casarte con un mestizo–
Las dos se vieron entre ellas y luego a una fotografía de Amycus que ambas tenían en la mesita de café junto a otros seres queridos.
–No claro que no...–
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Remus recorría el pasillo frente a la oficina del jefe de la casa de Slytherin una y otra vez, sus zapatos terminarían más gastados de lo usual si seguía así de inquieto.
¿Quién le decía que Laoise no iba a cancelar para irse con alguno de los chicos que le ofrecían joyas o ponis? Nadie, ella podía hacerlo y él no tendría ningún argumento a su favor.
En el momento en que giró sobre sus talones y la vio saliendo de la sala común de Slytherin casi se cae de la impresión al verla caminar hasta él con una sonrisa.
