Remus tenía que ayudar a su madre, es lo que hace un buen hijo...
Laoise no era mucha cosa, se creía mucha cosa...
¿Qué importaba un poco de tiempo con una niña mimada a cambio de la salud de su madre?
Lástima Rems... No se juega con la emperatriz M...
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❝Seré tú pequeño secreto❞
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Laoise frunció el ceño al sentir que algo golpeaba la parte trasera de su cabeza, se volteó y vio una bola de pergamino en el suelo así que la tomó y la desenvolvió.
Sonrió divertida al darse cuenta que era una nota de los merodeadores, le advertían de una "posible catástrofe" en el comedor que pasaría en 10 minutos y le pedían que se retire por su bien.
–Debemos irnos–Informó a sus amigos.
–¿Por qué? Yo aún estoy comiendo–Se quejó Amycus.
Habían dos cosas que nadie podía quitarle a Amycus Carrow, su tiempo de comida y su tiempo con Dorcas Meadowes, en ese orden de prioridades.
–Los merodeadores van a hacer una de sus bromas–Avisó Laoise terminando su desayuno rápidamente.
–¿Desde cuándo nos juntamos con traidores?–Cuestionó Alecto, aún así se levantó tomando la manga de Regulus, que estaba a su lado.
–Yo seré un traidor pronto ¿Recuerdas?–Le dijo su mellizos señalando con su mirada a su novia.
La morena bajó su cabeza y tomó dos manzanas para ocultar su mirada de culpa ante lo que había dicho su novio y Alecto se sonrojó al darse cuenta de su error.
–P-pero...–La castaña rascó su cuello con algo de ansiedad–Tú vas a ser un traidor de alcurnia, hermano–Tranquilizó.
–Cierto, como mi prima Andrómeda–Apoyó Regulus.
Dorcas se levantó y salió corriendo del Gran Comedor con sus manos cubriendo su rostro mientras todos sus amigos se quedaron en silencio.
–Bien hecho Alec–Soltó el mayor de los Carrow antes de seguir a su novia.
–¡Lo siento!–Gritó la ojiazul–¡Sabes que te amo Dorcas!–
–Déjalo ya, querida–Pidió Laoise tomando sus cosas–Vamos antes de que acabemos mal con esa broma–
Los dos castaños la siguieron de cerca, los merodeadores salieron poco después de asegurarse de que las personas a quienes habían advertido de la broma se habían ido.
