Prologo

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A veces, la vida parece ir en piloto automático, como si todo estuviera predeterminado y nuestras decisiones no fueran realmente nuestras, como si viviéramos para cumplir las expectativas de los demás sin detenernos a pensar si eso nos hace felices, si realmente es lo que queremos... y cuando nos damos cuenta de que todo lo que hemos hecho ha sido por otros, es demasiado tarde.

Mi nombre es Carolina y, bueno, estoy muerta. Nací el 6 de octubre de 2001 y morí el 6 de octubre de 2019. Irónico, ¿no? Nacer y morir el mismo día. Toda mi vida fui la hija perfecta: sacaba buenas notas en la escuela, me portaba bien, siempre hacía lo correcto. Pero, si soy sincera, lo único de lo que me arrepiento es de no haber vivido mi vida como yo quería. Todo lo que hice fue por mi madre, no por mí.

Nunca fui a fiestas con mis amigas, nunca tuve una pijamada, ni siquiera asistí a los cumpleaños que me invitaban. Mi vida se limitó a estudiar y ser la hija que mi madre esperaba. Y, al final, morí siendo exactamente eso: la hija perfecta, cumpliendo con lo que ella quería. Ni siquiera quería estar en esta universidad, pero lo hice por ella. Morí a los 18 años, y ni siquiera pude celebrarlo.

Odio mi vida, o más bien, lo que fue de ella. Pero al menos pensé que descansaría en paz. Sin embargo, si existiera otra vida, me gustaría ser diferente: ser feliz, ser libre, ser amada... y ser yo misma. Vivir por mí, y no por alguien más.

Una mejor vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora