18 - Sentido

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Pido una disculpa adelantada aaa


Jimin abrió los ojos de repente al dejar de sentir cierto calor sobre su pecho y cómo el frío del invierno que llegó le causaba una mala jugada por culpa del sudor que humedeció su camisa. Visualizó el techo de su habitación recobrando sus sentidos por completo, recordando todo lo que había pasado y la simple sensación de esos recuerdos le erizó la piel.

—¿Nam?—llamó, buscando a tientas en la cama pero solo obtuvo un ligera gruñido repleto de molestia como respuesta. Se sentó de repente en la cama, algo mareado por tal brusco movimiento; la mirada del alfa lo atravesó en la oscuridad de su habitación— ¿Namjoon?— llamó nuevamente.

El alfa estaba sentando en la silla de su escritorio, mirándolo fijamente desde ahí como su hubiese estado haciendo eso durante horas frente a su cama; completamente derretido en aquel asiento, con una respiración pesada y su pierna derecha moviéndose de arriba a abajo repleto de desesperación.

Habían hablado poco cuando llegó al auto de Hoseok y lo vio adormilado en el asiento trasero, simplemente se metió ahí, sentándose junto a él para después recargarse en su hombro como apoyo. Namjoon solo le aseguró que todo estaba bien y había pasado el malestar. Esperaron ahí hasta que los demás aparecieron pues Jungkook dio por terminada la reunión con el pretexto de que Yoongi necesitaba descanso; Hoseok los dejó en su casa y Jimin metió al alfa a escondidas en su habitación. Compartieron algunos besos cortos hasta que Nam se quedó dormido por culpa de los supresores que parecían agotarlo por completo.

El beta miró el reloj de su mesita de noche y notó que eran poco más de las dos de la mañana y, justo al lado, las píldoras que el alfa tenía que tomar en una hora más porque el efecto de las que Jin le dio podía pasarse.

—¿Sientes que regresa?—preguntó.

Namjoon no respondió, simplemente dio un largo suspiro que creó cierta tensión en el beta por alguna razón. No tenía experiencia con eso, jamás había estado presente en el celo de algún alfa y desde que conoció a Nam el chico simplemente dejaba de asistir a la escuela un par de días. A pesar de eso, no sentía que pudiese estar en peligro, un beta sería lo último que un alfa en celo buscaría.

—Nam—quiso hablar más alto pero su esfuerzo terminó en susurro al recordar que su madre ni sus hermanas sabían de la presencia del chico en la casa.

—Quiero...—masculló con cierto dolor, se detuvo.

—Namjoon, solo toma las píldoras y estarás mejor—gateó sobre la cama hasta el extremo del frente, tratando de verle mejor.

El moreno cerraba sus ojos con fuerza, su pecho subía y bajaba buscando algo de paz en su respirar y una ligera capa de sudor adornaba su frente; cuando lo sintió acercarse se contrajo un poco como si evitara la cercanía del beta a toda costa. Jimin sabía por qué, y entendía por completo sus razones.

Namjoon odiaba con todo su ser sus impulsos animales y sentir que perdía el control lo hacía más miserable con cada minuto que pasaba. Los suprimía tan bien que era imposible creer que el alfa en algún momento tuvo tal arrebato como ese por el cual fue expulsado de su antigua escuela; pero Jimin todos los días trataba de recordarle que no merecía nada de lo que pasó después.

No era secreto la razón por la cual tuvo que cambiar de ciudad y colegio, los señalamientos eran ciertos y Namjoon nunca se encargó de desmeritar aquello porque todo el tiempo le hicieron creer que era su culpa. Era buen alumno y un excelente deportista como siempre, y era difícil creer que una maestra omega abusara de su autoridad y lo manipulara a hacer tales cosas con ella durante bastante tiempo. La bomba explotó cuando Nam, dejándose manejar por su lobo interno y su frustración, la atacó dejándola casi inconsciente por empujarla contra la pared de su oficina después de clases.

Rumores  [JINTAE OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora