Capítulo 6

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Pasé todo el día en la habitación encerrada. No quería bajar al primer piso, donde estaría Jimin, sobre mi cadáver. Lo detesto. Tampoco cene nada y ni se que hora es, solo se que es de noche. Estaba acostada en la cama, cuando por sorpresa, aparece Maria. 

- Maria - camino sigilosamente hacia ella -

- Querida, aquí te traigo la cena - sonríe - Jimin me dijo que comiera algo - ante el comentario de ella, mi rostro se puso serio. 

- Dile que no comeré nada - desvío mi mirada - 

- Señorita Tn, come, el joven Jimin se molestara mucho - hablo con un hilo de voz - 

- No tengo hambre - hable fríamente - 

- ¿Así que, no tienes hambre? - habló Jimin. Se encontraba en el marco de puerta. No lo niego, es lindo. El se acerca hacia nosotras, sin quitar su mirada en mi. 

- Maria, necesito hablar con Tn a solas - murmuró el, poniendo sus manos en los bolsillos de su pantalón gris que traía. Ella asiente tímidamente y se va de la habitación. 

- ¿Que harás ahora? - fruncí el ceño, alejándome de el - 

- ¿Si que haré? - rió con descaro - Tn, no te hagas la difícil conmigo, sabes que no puedes. Ni mucho menos conmigo ¿entiendes eso? - alzó las cejas - 

- Veo que no quieres comer - mira el plato de comida y vuelve a mirar mis ojos nuevamente - come - ordenó - 

- No tengo apetito - dije firmemente - 

- No te lo pregunté, come o te haré comer a la fuerza, tu decides, linda - su rostro estaba un tanto serio. Como yo no respondía, el toma el plato y la otra mano libre, agarra mi brazo, obligándome a sentarme en la cama. 

- Entonces será a la fuerza - respondió - abre la boca - su voz sonó autoritario - 

Abri la boca y toma un tenedor con comida; era un pedazo de carne. Saca el tenedor de mi boca y espera a que lo mastique. 

- Estoy esperando a que te lo tragues - murmuró, mirando mis labios - 

- De acuerdo - hablé y comienzo a masticar la carne; estaba sabrosa. 

- Eso es - sonrió victorioso - 

Y así fue. Hasta que terminé la comida, la verdad todo estaba delicioso. A parte tenia hambre, pero como soy una mujer difícil, dije que no tenia apetito; era mentira, en realidad tenia hambre. 

- Bien, me alegra que hayas comido algo - se para de la cama - 

- rodeo mis ojos - 

- No me hagas burla, princesa - dijo - 

- Tengo sueño ¿adonde dormiré? - bostezo - 

- En mi habitación, conmigo, aquí - sonríe descaradamente - 

- ¡¿Qué?! - puse mis ojos como platos - sobre mi cadáver voy a dormir en tu cama - respondí - 

- Oh, claro que si, tu dormirás conmigo, quieras o no - me mira - 

- No - dije con un hilo de voz - 

- Si querrás, Tn - dijo - tu dormirás conmigo, pronto te acostumbrarás a las reglas de aquí - 

- ¿Reglas? ¿Cual reglas? - pregunte, confundida - 

- Las reglas que pongo yo, en mi cama - respondió mi pregunta - 

- Ja, increíble - río sarcásticamente - 

- Ahora no quiero hablar mas del tema, no quiero discutir contigo - se va al baño a lavarse los dientes - 

Pov Jimin: 

Esa mujer me tiene loco, cuanto más se hace la difícil conmigo, más la deseo. Joder, necesito controlarme. 
Me estaba lavando los dientes, mientras miraba de reojo a ella; es hermosa.

Ella estaba sentada en la cama, con las piernas cruzadas. Tenía un pantalón un poco holgado y su blusa era de tirantes. Su cabeza la tenia un poco agachada y no podía ver su rostro. Me acerque a ella sigilosamente, me siento en la cama y la miro.

- Tn - llamo su atención, ella se percata de mi presencia -

- ¿Qué quieres? - contestó, aún sin mirarme -

- ¿Puedes mirarme cuando te hablo? - dije. Odio cuando no me miran y les estoy hablando. Ella sube su cabeza lentamente y me mira.

- Perfecto - sonrío - Tn, no te pongas triste, no me gusta -

- Entonces, si no te gusta que me ponga triste, pues déjame ir a mi casa - murmuró -

- Ya te dije sobre ese tema, no te irás y punto - dije con un tono autoritario -

- ¿Qué haré aquí? - preguntó -

- Vivirás conmigo, a partir de ahora - hablé con un hilo de voz -

- Tarde o temprano saldré de aquí - dijo ella seriamente, sin mirarme -

- Te costará mucho hacerlo, cariño - sonrío maliciosamente -

Ella se quedó callada y se acostó. Yo observaba todo su cuerpo; que cuerpo tiene, maldita sea.
Se acomodó a la cama y me dió la espalda.

- ¿No quieres ponerte un pijama? - pregunté -

- No - sonó seca -

- Ok, no te diré nada - dije -

Me saco la camiseta, que me estorbaba, me acomodé en la cama y la tapé con las cobijas. Ella cuando se percata que me acosté, se mueve y se aleja. La cual yo mismo, la tomo de sus caderas y la atraigo hacia mi.

- No te alejes - asumí -

- Me estorbas - dijo incómodamente -

- Acostumbrate, dormirás conmigo todos los días - hablé fríamente -

La abrazo la cintura y la pego hacia ella. Estábamos tan cerca, que rozaba mi intimidad a ella y mi respiración le daba en su oreja; me excitaba.

- Aléjate, Jimin - trata de alejarse -

- No, duerme ya - atrayendola hacia mí, nuevamente -

Escuché un gran suspiro de su parte, no le gustaba que la abrazara. Pero tenía que acostumbrarse. Que me dé las gracias, que todavía no hice cosas con ella; cosas que seguramente, no conozca o bien sepa y la haga estar en las nubes. Mierda, sonó un poco erótico.

Ya llegará ese día.
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𝕸𝖎 𝖆𝖈𝖔𝖘𝖆𝖉𝖔𝖗 |J.M| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora