Capítulo 19

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Tobias cayó muerto al momento que Jimin le disparó en el corazón. Él se apresuró a abrazarme y a sacarme rápidamente de ese lugar. Corrimos hasta que llegamos a su auto negro, me subí, hizo lo mismo y condujo.

Jimin estaba muy nervioso y desesperado al mismo tiempo. Temblaba de miedo y mi pecho subía y bajada; estaba comenzando a tener otro ataque de pánico.

Él se dió mi situación y rápidamente estacionó en la orilla de la carretera y paró. Me miró y dijo:

- Cielo, respira - tocó mi hombro -

- Eso... trato, Ji..min - mi respiración es agitada - no puedo... controlar.. lo - respiro hondo -

- Tranquila, estoy contigo - habló con su voz suave tratando de calmarme - no pienses en esos tipos, piensa en alguien bueno o algún momento lindo, ¿Puedes hacer eso? - preguntó tomando de mis mejillas delicadamente - 

- Si - susurré - pero, no puedo - respondí -

- Piensa en algo positivo, ¿Te acuerdas cuando tú amiga te regaló un osito a tus 15 años? - me hizo recordar esos lindos y maravillosos momentos con mi amiga en el orfanato. Pero, ¿Cómo supo eso?, igualmente me está ayudando y mucho. Ya mi respiración no es agitada, sino tranquila.

- Eso es, tranquila - sobó mi espalda despacio -

- Gracias - le agradecía inmensamente que me haya calmado -

- Bueno, ahora iremos a una cabaña mía y ahí estaremos por unos días - dijo eso y condujo nuevamente -

- Bueno - contesté con cautela -

• • •

Llegamos a la cabaña y era muy hermosa, a parte de que me gusta lo rústico. Él se dirigió a las escaleras y lo seguí y entramos a una habitación.

- Si quieres puedes ducharte - dijo -

- Está bien, me voy duchar - contesté y me adentré al baño -

Al finalizar, me visto con la misma ropa, y salgo del baño. Cuando salí, me encuentro a Jimin durmiendo plácidamente. Era muy tierno y a la vez sexy. ¿Qué cosas dices? Es tu secuestrador. Pero eso no cambia que es jodidamente perfecto.

Me acerqué a la cama, me acosté y me acomodé en posición fetal pero muy lentamente, ya que no quería que se despertara por mi culpa, pero veo que no está dormido, sino despierto, cuando me acomodé el me abrazó por mi cintura.

- ¿Te dije que eres jodidamente hermosa? - preguntó en mi oído, dándome un gran escalofrío por todo el cuerpo -

- Déjate de tonterías, Jimin - traté de no seguirle el juego, pero no se rendía -

- Date por vencida, nena, sabes que te gusto o por lo menos un poco - rió a lo bajo -

- Ni en tus sueños - dije. Me dí la vuelta pero fue mala idea, su rostro estaba muy cerca de mi cara y casi rozaban nuestros labios -

- No puedo aguantar más, ¿Puedo besarte? - me quedé completamente sorprendida ante su comentario -

- Yo... - no salían mis palabras, hasta que de un movimiento rápido, Jimin ataca mis labios con delicadeza -

Ese beso era muy delicado, con amor y sin intenciones de llegar más lejos. Nos separamos y me miró.

- Tengo la mujer más hermosa del planeta - sonrió y acarició mi mejilla -

- Jimin - avergonzada por su comentario -

- De verdad, Tn - rió a lo bajo -

- Eres muy cursi, pensé que solo eras malo - dije -

- ¿Malo?, ¿Y eso porqué? - levantó su ceja derecha -

- Por que a veces me tratas mal - bajé la mirada -

- Tn, lo siento, a veces no puedo controlar mis enojos y ando muy estresado por el trabajo, perdón por desquitarme contigo - respondió y me abrazó -

- Jimin, quiero decirte algo - dije -

- ¿Qué sucede? - preguntó aún abrazándome -

- ¿Cuando me dejarás salir? - cerré mis ojos fuertemente, esperando que no se enojara por mi comentario -

- ¿Otra vez ese tema? - dejó de abrazarme y me miró -

- Lo siento - susurré y bajé mi cabeza -

- Cariño, ya sé que quieres salir, pero no puedo dejarte salir algún lado si no puedo confiar en tí - contestó firme pero con su voz suave -

- Lo sé, eso no pasará otra vez, prometo no escapar - hice una mueca en mis labios - por favor - suplique -

- De acuerdo - suspiró - te dejaré ir, pero con una condición - dijo firmemente y ahora con su rostro serio -

- ¿Qué pasa? - lo miré -

- Te cuidarán y te vigilarán mis hombres cada vez que salgas a algún sitio, ¿Entendido? - replicó -

- Si, señor - rodeé mis ojos -

- No me hagas burla, señorita - me tomó de mi mentón -

- Ok - lo miré. Pues, estaba acostumbrada que sea frío conmigo y que siempre me tome mi mentón cada vez que se molesta, lo conozco muy bien.

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Continuará...

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𝕸𝖎 𝖆𝖈𝖔𝖘𝖆𝖉𝖔𝖗 |J.M| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora