Capítulo nueve

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18 años

Aquel estudio de su padre en Corea era demasiado espacioso, el segundo piso tenía más de tres habitaciones más el estudio de su padre, en el primer piso estaba la amplia cocina y la sala de estar siempre bien organizada, todo contando con lujo de espacio y un serio diseño monocromático. A pesar de mostrarse como un lugar completamente serio, el jardín trasero era un buen lugar para descansar de aquellos colores grises, el césped estaba bien cuidado, un pequeño árbol se encontraba en el centro y las decoraciones minimalistas del lugar eran encantadoras, un buen lugar para tomar aire y despejar tu mente, aunque el lugar se volvía algo aburrido sin sus hermanos ahí.

Acostado en el sofá de tres plazas, un joven Kim Namjoon mantenía su vista perdida en el techo, en espera de cualquier cosa que le entretuviera mejor que la nada.

Rendido en su espera tomó paso hacia las escaleras, dando silenciosos pasos se acercó al estudio de su padre y esperó frente a la oscura puerta de madera, preguntándose, ¿Qué imagen de su padre encontraría detrás de esta? …

[...]

El lugar se sentía diferente, le hacía sentir extraño notar aquella diferencia aún cuando estuvo en el lugar esa misma mañana. Tal vez el sepulcral silencio que le envolvió la compañía del chico detrás de él le hizo sentir incómodo, o nervioso, ambos sentidos no eran de su agrado.

Después de ofrecerle amablemente una bebida al joven, y ser negado su ofrecimiento, le pidió tomar asiento en la amplía sala de estar.
Se acercó al inmueble debajo de la gran pantalla en la pared y se hincó sobre su rodilla, dándole la espalda al chico se dedicó a abrir aquel gabinete lleno de licores que guardaba su padre. Encontró lo que buscaba, pero mantuvo su posición al sentir la mirada del otro hombre sobre él, no sabía cómo sentirse ante aquello, pero quería alargar el momento.

— ¿Gustas? —preguntó en tono bajo, sin cambiar de posición y mirando al chico por sobre su hombro, al notar el desconcierto en su mirada levantó la botella por sobre el aire y se levantó con una sonrisa satisfecha en su rostro—.

— No, gracias.

— ¿No eres fan del licor? —la pregunta se dio con un tono sarcástico, lo que hizo que el joven tomara una posición más firme sobre su asiento—.

— Prefiero tener mi mente clara, para los detalles jugosos, señor.

Namjoon no lo evitó y soltó una sonora carcajada ante lo dicho, tomando una copa de vidrio se sirvió el licor a mitad de la copa y dio un ligero trago seguido de un murmullo relajado.

— "Detalles jugosos", de dónde vengo aquello podría ser tomado por invitación a situaciones indecorosas, señor Jung.

Ahí estaba de nuevo, aquella forma de nombrar junto a ese tono cargado de una indescifrable mezcla de indirectas tenían a Hoseok perdido, pero su parte racional le arrastró a la verdadera situación, por mucho que quisiera negarse a aquello.

— Solo Hoseok está bien, y por más invitación que parezca quisiera acabar con esto rápido —su postura firme se mantuvo y una ola de determinación baño su mirada al mirar a los ojos a aquel hombre de tentadora voz, y no se pudo negar a pasar su vista primero por aquellos labios sonrientes—.

Namjoon dio un trago más a su bebida y dejo la botella abierta en el mueble detrás de él, apoyando de paso su trasero en la orilla de este como apoyo.

— Sabe que esté edificio está involucrado con usted de cierto modo, como se le intentó notificar por parte de la inmobiliaria. —el chico de cabello teñido asintió firme ante eso, y se mantuvo callado en espera de más— Los detalles que faltaban a aquello pueden ser algo fuertes de digerir, pero nada de esto es mentira Hoseok.

Calm Me Down [HopeNam/NamSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora