Capítulo diez

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23 años

Cuando abrió los ojos lo primero que vio fue el techo de una habitación que no le pertenecía, aún con el sueño nublando su mente se acercó al mueble al lado de la cama y tomo su móvil, notando al instante las llamadas perdidas de su trabajo y, como siempre, Seokjin.
Ignoro todo por completo y checo la hora en el, aún sin ser medio día se levantó de la cama captando la presencia de dos personas más.
Para ser un hombre con poca experiencia romántica, sus encuentros casuales lograban llenarle el lívido lo suficiente para seguir adelante en su solitaria vida.

Con paso débil camino hacia la dicha de la habitación sin tomarse la molestia de haberse vestido primero, entró sin pensarlo a la ducha y bajo la corriente de agua fría comenzó a recordar aquel encuentro nocturno que le tenía ahí.

Todo comenzó en aquel bar en el centro de la ciudad, la noche aún era joven cuando una bella dama de rojiza cabellera tomó el asiento a su lado en la barra, comenzando con un coqueteo casual encontraron cierta química entre ellos, pero todo eso mejoró cuando en una no tan sutil insinuación le pidió formar parte de un trío junto a su esposo. No le dio vueltas al asunto y aceptó gustoso la invitación.
La mujer le llevó a aquel hotel no muy lejano al bar, hizo una leve presentación general y después de marcas los detalles de la situación dieron inicio a tan inusual velada.
No podía negar que le gustó compartir una mujer al mismo tiempo, con otro hombre, y aunque la dama gozaba de una innegable belleza y un increíble atractivo, Namjoon no pudo evitar querer probar más del hombre. Dos rondas seguidas se dieron junto a aquella dama cuando Kim Namjoon comenzó un sutil juego de manipulación vestida de seducción. Ese era su campo después de todo.
Unas dulces palabras después y ya se encontraba embistiendo el firme trasero del otro hombre en la habitación, la dama a la cual no podía recordar el nombre disfrutaba de ver aquel acto indecente presentado ante ella, todo era tan nuevo y emocionante que no encontró nada incorrecto en esa situación.
Al contrario del hombre, del cuál disfruto una y otra vez de su sensible cuerpo, encontró exquisito el hecho de haber sentido ser adorado una y otra vez por el único hombre capaz de hacerle gritar de placer más veces de las que recordaba.

El agua dejó de correr sobre él, saliendo de la ducha tomó una toalla blanca debajo del tocador y comenzó a ver su reflejo en el gran espejo que le acompañaba. Su cabello se mantenía lacio gracias al agua aún pegada a él, estaba por necesitar un corte en una o dos semanas más pero no lo veía como un problema realmente.
La puerta del baño se abrió lentamente, pero él no se sorprendió de aquello. Mantuvo su vista en el gran espejo y espero a que el serio hombre que le acompañaba comenzará a hablar.

— Es muy temprano aún, Namjoonie.

Apoyando ambas manos sobre el lavamanos Kim sonrió a través del espejo, mirando fijamente al hombre tímido de tez clara como la luna.

— Ese era el trato, llegando la mañana yo me habré ido tan pronto despierte, Eunwoo-shi.

Un sonrojo cubrió el rostro del hombre ante el apodo, con pasos titubeantes se posó detrás de él y se permitió ser abrazado por aquel hombre casado.

— Quiero más de ti, Namjoonie. Lo de anoche fue… algo que no esperaba para nada. —con la barbilla apoyada sobre el hombro de Namjoon, Eunwoo se permitió mantener sus vistas conectadas a través del espejo, emocionandose al sentir aquellas manos tan grandes como las suyas posarse en sus antebrazos—

— Ambos sabemos lo que pasa aqui, Eunwoo. —aun entre sus brazos se giro para estar cara a cara con el hombre un poco más bajo que el, comenzó a repartir besos de su blanco hombro hasta el inicio de su cuello, deleitándose con los suspiros bajos del bello hombre— Tú no eres gay, y estás casado con una bella dama. Aquí termina todo.

Calm Me Down [HopeNam/NamSeok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora