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𝐑𝐄𝐒𝐈𝐃𝐄𝐍𝐂𝐈𝐀 𝐒𝐂𝐇𝐔𝐋𝐙𝐄, 𝐁𝐀𝐇𝐈𝐀 𝐀𝐕𝐄𝐍𝐓𝐔𝐑𝐀 (𝐂𝐀𝐋𝐈𝐅𝐎𝐑𝐍𝐈𝐀, 𝐄𝐄.𝐔𝐔.)

𝐒𝐄𝐏𝐓𝐈𝐄𝐌𝐁𝐑𝐄 𝟏𝟏, 𝟐𝟎𝟐𝟓. 𝟎𝟕:𝟐𝟎 𝐀𝐌


La silueta de una cachorra estaba en el asiento delantero de una carroza de oro en movimiento, peleando pata a pata contra una oscura y delgada figura. Ésta última, mientras, a tono de grito, lanzaba al aire una serie de juramentos irrepetibles al tiempo que trataba de devolver los golpes con la mano derecha, sujetaba con su otra mano las correas de los dos caballos de tiro.

Por cada segundo transcurrido, la velocidad pareció aumentar.

—¡Apúrate, Chase! —gritó la fémina canina tras esquivar un puñetazo—. ¡No puedo con esto sola!

El pastor alemán, por su parte, mientras yacía dentro de la cabina de la carroza, con una sensación de consternación invadiéndole todo el cuerpo, trataba de pensar como detener la cuenta regresiva del contenedor cilíndrico de metal que tenía delante suyo.

<<Si no actúo pronto, todos morirán>> —pensó el can.

Al poco tiempo, la carroza se sacudió con fuerza. Y la cuenta regresiva, de un momento a otro, llegó a cero. Las alarmas comenzaron a sonar estrepitosamente. Y una ráfaga de luz, de un brillo extremadamente rojizo, comenzó a hacerse visible.

<<Es muy tarde>>

Segundos después, una nueva voz, del tipo dulce y angelical, se hizo escuchar en el ambiente:



—¿Chase, estás bien? Despierta, Chase. Chase...



.............

—¡Chase! —gritó la cockapoo con fuerza, directamente en las orejas de su marido. Éste abrió los ojos de par en par y se incorporó de inmediato, respirando con agitación.

Se llevó una pata al pecho y apresuró en calmarse, realizando una serie de respiraciones pausadas. Para cuando lo hubo logrado, soltó un profundo suspiro. De alivio. Se frotó los ojos, observó detenidamente a sus alrededores y descubrió que estaba en su cómoda habitación. Entendió que todo había sido un mal sueño, una horrenda pesadilla. Soltó otro suspiro. Luego se volvió hacia su derecha, hacia su esposa. Tras ver su expresión, preguntó:

—¿Todo bien, Skye?

—Eso mismo debería preguntarte yo —respondió ella, con cierto tono de preocupación en su voz. Acto seguido, se sentó junto al can y preguntó—: ¿Volviste a tener esa pesadilla?

No respondió, dudó en hacerlo. Al final, asintió mientras volvía a frotarse los ojos.

—¿Hubo algún cambio?

Él lo negó.

—Esto no me gusta, Chase —agregó Skye—. No me gusta nada. Tengo un mal presentimiento.

Y él estaba de acuerdo. Pero no lo confirmó para no continuar con dicha conversación. Trató de cambiar de tema. Casi al instante, una idea pasó por su mente.

LA ÚLTIMA MISIÓN [A PAW PATROL FANFIC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora