LA ÚLTIMA MISIÓN [A PAW PATROL FANFIC]

𝟓

𝐏𝐋𝐀𝐙𝐀 𝐒𝐐𝐔𝐀𝐑𝐄, 𝐁𝐀𝐑𝐑𝐈𝐎 𝐉𝐀𝐂𝐎𝐁𝐈, 𝐁𝐀𝐇𝐈𝐀 𝐀𝐕𝐄𝐍𝐓𝐔𝐑𝐀 (𝐂𝐀𝐋𝐈𝐅𝐎𝐑𝐍𝐈𝐀, 𝐄𝐄.𝐔𝐔.)

𝐒𝐄𝐏𝐓𝐈𝐄𝐌𝐁𝐑𝐄 𝟏𝟏, 𝟐𝟎𝟐𝟓. 𝟎𝟕:𝟓𝟎 𝐀𝐌

Para muchos, intentar cruzar entre un mar de gente parece ser casi imposible. Sin embargo, éste no era el caso para el viejo —y afamado a nivel nacional e internacional tras su papel en el caso de la Bombardera de la Mochila Azul— capitán de la decimocuarta estación Chase Schülze, cuya estatura mediana y cuerpo delgado pero bien entrenado le permitía moverse con agilidad, pasando fácilmente entre una gran cantidad de piernas.

<<Una ventaja de ser un can>>

Tras haber arribado al centro de la gran plaza, situándose por delante de la primera fila de animados espectadores que no paraban de cuchichear alegremente entre ellos, el pastor alemán estudió los alrededores con la mirada. En un intento por localizar a su más eficiente detective de homicidios, Alessia Hirsh. A la izquierda, nada. A la derecha, una furgoneta descolorida perteneciente a la BBC. Dos figuras cercanas, un can furioso y una felina alegre. Reportero y camarógrafa, recordó. Y, al frente... quedó algo absorto y boquiabierto por lo que vio. Allí, a unos quince metros al norte de la ubicación de Chase, se había levantado un escenario increíblemente excepcional. Los contrapesos eran dorados y el telón, también; a ambos lados, se apreciaban un par de altavoces; la pantalla jumbo, instalada por encima del escenario, tenía un marco con forma de paralelogramo invertido de color púrpura y, en la esquina superior izquierda del mismo, se apreciaban tres estrellas blancas; y en la cara de la base de la plataforma que daba vista al público se apreciaba superpuesto el rostro juvenil del reconocido cantante Luke Estrellas sobre una estrella morada con bordes amarillos.

<<Increíble>>, pensó al tiempo que soltaba un silbido de admiración, de respeto. Pero no por el escenario, sino por el otro gigante que se erguía detrás de él. Un gigante de doscientos setenta metros —la infraestructura más grande de toda la Plaza Square, valga aclarar—, hecho de granito sólido y poseedor de una cabeza puntiaguda. Y en cuyos cuatro laterales yacen grabados los nombres y apellidos de todas las personas que perdieron la vida en la primera y segunda oleada de ataques terroristas de La Bombardera de la Mochila Azul.

<<El obelisco de la conmemoración>>.

Luego, y como ya era costumbre cada vez que veía la enorme aguja, recordó algo. Un detalle que ningún ajeno de Bahía Aventura —ni siquiera la gran mayoría de los propios habitantes de la ciudad costera— conoce con respecto al obelisco.

Cuando en la primera semana de Diciembre del año pasado, dos días después del Día Mundial de la lucha contra el Sida y luego de tener una revelación durante un sueño, la entonces la mujer más poderosa de Bahía Aventura, Marjorie Goodway, de cuarenta y dos años, convocó una pronta reunión en la alcaldía, a las once de la noche, a la que asistieron su recientemente selecta vicealcaldesa (que también compartía techo con Marjorie Goodway, por cierto), su consejo municipal y Rubble, ingeniero a cargo del departamento de Planeación Urbana, para explicarles su genial idea de construir un gran parque conmemorativo —que ella misma llamó Square Park, a pesar de que no tendría forma de cuadrado— y planificar la construcción del mismo, la gigantesca aguja que hoy en día se impone con alto orgullo no fue mencionada en la planificación del desarrollo. A decir verdad, y luego de discutir sobre las otras infraestructuras que serían levantadas en la plaza, originalmente se estableció tallar un relieve que mostrase la ballena morada en el corazón del lugar. Los que asistieron a la reunión les agradó esto. Sobre todo a Rubble, quién, y junto a su equipo de ingenieros, dedicó los siguientes siete días en la elaboración de los planos. Durante este período de tiempo, y tras pensárselo mejor, comenzó a tener dudas. ¿Un relieve, de verdad? ¿No sería muy simple y poco evocativo? Pensó en el objetivo final de la construcción del parque: Conmemorar. Las víctimas que perdieron la vida en aquellos inescrupulosos ataques —incluido varios de sus amigos y conocidos cercanos— merecían algo más que un simple relieve.