Sirena

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Como Míster Bug lo prometió, volvió a darle el miraculous a Alya en el momento que la necesitaban, como en este caso que los animales se escaparon del zoológico y corrían por las calles de París causando desastres.

Ya todos los animales estaban en los camiones que los llevarían de vuelta a donde estaban, solo faltan un par de panteras negras que en este momento estaban persiguiendo a Kitty Noir.

—Vamos chicos, no se comerían a su parienta ¿Verdad?

Rena Rouge usó su poder de ilusión para aparecer un camino de chuletas en el pavimento que guiaron a las panteras hasta el interior del camión de control animales que los regresaría al zoológico sanos y salvos. Míster Bug cerró las puertas del camión y todos los parisinos felicitaron y aplaudieron a los tres héroes.

Míster Bug estaba muy concentrado en oír esos gritos que lo vitoreaban que olvidó por completo que a Rena Rouge se le estaba acabando el tiempo.

—Gana...

—Míster Bug, debemos irnos urgentemente— lo interrumpió estirándolo del brazo.

—Ah sí. Nos vemos pronto mi lady.

—¡Espera!

Kitty Noir lo detuvo del brazo antes de que se fuera y él la volteó a ver.

—¿Qué ocurre?

—Yo quería preguntar...

—Chicos, es una emergencia— dijo Rena Rouge alterada porque ya solo le quedaba un minuto.

—Lo siento, Kitty, es urgente. Otro día me dices.

—¿Pero por qué tú sí puedes saber su identidad y yo no?— preguntó indignada y dolida.

—Porque yo debo devolver su miraculous.

—¿Y yo no puedo saber de donde los consigues? Ni siquiera me dijiste que había más miraculous para empezar.

—Perdona, Kitty Noir. Yo tampoco estoy feliz ocultándote secretos, créeme— dijo sintiéndose culpable y se fue con Rena Rouge.

Kitty Noir los vio marcharse juntos aún con el puchero en el rostro, resignada se fue a destransformarse. Debía ver el lado positivo; por primera vez llegaría a tiempo para la película.

—Lo repetimos cuando quieras— le dijo Alya entregándole el miraculous a Míster Bug, su celular sonó de repente haciéndole recordar algo —¡Ay, la película! ¡Voy a llegar tarde! Adiós Míster Bug!

Max y, sorprendentemente, Marinette estaban esperando a Alya en la entrada del cine. Alya se asombró de ver a su amiga, normalmente ella llegaba tarde y era Alya quien la esperaba.

—Es el día opuesto, ¿verdad?— bromeó Max y les dió las entradas a ambas —Apúrense, la película ya va a empezar.

—Siempre soy yo la que llega tarde ¿Qué te pasó?— le preguntó Marinette a su amiga mientras ingresaban.

—Es una larga historia ¿Y tú? ¿Qué milagro pasó para que llegaras temprano?

—Oh bueno, se podría decir que acabé con mis tareas más rápido de lo que pensé.

Se sentaron en los asientos esperando a que la película comenzara.

—Que lástima que Adrien no pudo venir— lamentó Nino.

—¿Pero qué te dijo?— preguntó Marinette

—Su padre no le dió permiso de nuevo, debe estar tan aburrido ahora en su habitación, solo como siempre— se lamentó Nino por su mejor amigo.

¡Ups! Miraculous equivocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora