Zombesito

1K 71 77
                                    

Era un día especial.

La señorita Bustier estaba de cumpleaños y los estudiantes del noveno grado querían celebrarlo ya que la consideraban la mejor maestra del mundo, o al menos de la preparatoria Françoise Dupont.

Nathaniel la dibujó como superhéroe porque siempre está ahí para ellos.

Mylen le daría una trenza para el cabello para agradecerle sus clases de yoga que le ayudaban a no temerle tanto a los akumas.

Rosita se inspiró por el ejercicio de amabilidad que la maestra los hace hacer cada mañana antes de empezar las clases.

—¿Qué le trajiste tú, Adrien?— preguntó Nino guardando de nuevo en su casillero su regalo para su maestra.

—Ya que fue la primera maestra que tuve en mi primer año en la escuela quise traerle algo especial— sacó de su casillero un paquete envuelto en papel de regalo verde con puntos negros —Le traje uno de los libros favoritos de mi mamá— dijo sonriendo con nostalgia.

Marinette que estaba cerca escuchó lo que dijo y sonrió enternecida por el detalle de Adrien, este notó su mirada y se acercó para preguntarle por su regalo.

—¿Y tú Marinette? Seguro que se ocurrió algo asombroso.

Todos los demás también se acercaron para ver el regalo de Marinette para Bustier.

—¿A a mí? Bueno, no es nada en serio, digo... que.. en serio no es mucho— abrió la cajita de madera dejando ver a sus amigos el estuche de maquillaje que ella misma diseñó y creó, y con una frase grabada que fue una de las primeras cosas que la maestra Buestier les enseñó.

Si queremos cambiar al mundo hay que aprender a dar amor a todos

Lo tengo siempre en mente— comentó despues de leer la frase —Y también agregué un brillo labial del color favorito de la señorita Bustier.

—Wow, es increíble Marinette, como todo lo que haces— la felicitó Adrien y Marinette rió apenada.

Chloe cerró con fuerza su casillero al oír como sus compañeros, y sobre todo Dupain Cheng, le habían traído regalos especiales a la señorita Bustier, le parecía tan ridículo pero en el fondo solo se sentía molesta por haber olvidado el cumpleaños de su maestra favorita otra vez. Era algo que le pasaba cada año, pero ella solo hacía como si le diera igual.

—¿Y tú Chloe?— la pregunta de Adrien la sorprendió —¿Qué le trajiste?

Chloe solo se quedó callada mientras los observaba tratando de ocultar su vergüenza por ser la única que no le llevó nada a su maestra por su cumpleaños, solo se cruzó de brazos viéndolos molesta.

—Nada— contestó Marinette por ella —Como ocurre desde el jardín de niños– dijo en tono de burla.

Sabrina sabía que su amiga podía ser mala, cruel y desagradable, pero en ese momento ella sabía perfectamente que no era culpa de Chloe, al menos no del todo por lo que sin pensarlo mucho dió un paso al frente para defenderla.

—No es su culpa, a Chloe no le gustan los cumpleaños, nunca los recuerda igual que su mamá.

—Oye, tampoco les cuentes la historia de mi vida— la regañó Chloe al oír la mención de su madre y tomó del hombro a su amiga para llevarla detrás de ella de nuevo —Como sea, todas esas cosas de cumplidos de amor son ridículas totalmente ridículas, tan ridículas como esos brazaletes que llevan ustedes dos.

Señaló los amuletos que traían en sus muñecas Adrien y Marinette, algo que se le hacía lindo al resto de compañeros, pero a Chloe la hizo arder de celos.

¡Ups! Miraculous equivocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora