❄Especial de Navidad II❄

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El reloj ya había marcado las doce, media noche, es decir, Navidad. Todos se abrazaban y se felicitaban, se decían lo mucho que se querían y por supuesto, los niños no esperaron ni un segundo más para abrir los regalos.

Marinette estaba en casa con sus padres celebrando y listos para abrir los regalos, estaba ansiosa por ver que le regalaron y también estaba ansiosa por que vean lo que les hizo de regalo. Mientras sus padres terminaban de guardar las galletas que sobraron, Marinette fue a su cuarto según ella para lavarse las manos, pero en realidad era para otra cosa más importante. En su habitación Plaga disfrutaba de unos trozos de camembert acompañados de dos deliciosas galletas de chocolate que Marinette le había subido antes de la cena. Plaga suspiraba de lo delicioso que estuvo y vio como su dueña sacaba de debajo de su cama una gran caja de regalo, en seguida se incorporó muy curioso por saber que es.

Hace varias semanas que Marinette venía atornillado y ajustando tuercas, pero nunca le dijo que estaba haciendo y hoy por fin lo descubriría.

-¿Al fin me dejarás ver?- preguntó ansioso mientras Marinette dejaba esa caja en el suelo, para ser grande tal parece que no era muy pesada para ella -Por favor, por favor, por favor- repetía una y otra vez dando vueltas a su alrededor -Por favor, los gatos somos muy curiosos.

-Adelante- dijo muy calmada y con una sonrisa.

-¿En serio?- preguntó sin poder creerlo, ella nunca lo dejaba tocar sus nuevas creaciones y durante estos días le repetía una y otra vez que no tocara la caja y que debía esperar hasta Navidad para saber que era. Él pensó que sería un regalo para sus padres o algún amigo o Míster Bug, pero no pensó que lo dejaría abrirlo. Marinette asintió sin decir nada más -Si tu lo dices..- empezó a rasgar todo el envoltorio mientras reía con locura disfrutando mucho hacerlo. Cuando terminó de destruir toda la envoltura vio de que se trataba.

Una caja de madera con ojos y bigotitos de gato en la puerta además de que esta tenía seguro, Plaga la abrió para verla por dentro, era un tipo de alacena.

-Ya no tendré que guardar tu apestoso queso en mi mochila y no tendrás que molestarme para que vaya por él abajo- explicó Marinette, Plaga la miró sin entender muy bien -Feliz Navidad, Plaga- esas palabras y esa sinceridad fueron suficientes para que el kwami acabara de entender; esa alacena era su regalo de Navidad, muy pocos portadores le habían regalado algo en Navidad. Los ojos de Plaga se estaban por poner llorosos, pero se tragó su sensibilidad para volver a su actitud fría y dura.

-Ah apuesto que solo lo hiciste porque te hartaste de mi y de mi apestoso queso- dijo cruzándose de brazos y dándole la espalda, Marinette puso sus manos en su cintura y lo miré divertido.

-Sí, también lo hice por eso- respondió, pero enseguida añadió -Pero sobre todo lo hice porque todos merecemos un regalo por Navidad, además eres mi amigo Plaga- los ojos del kwami se pusieron llorosos y esta vez dejó que sus lágrimas salieran mientras se lanzaba a darle un gran abrazo a su portadora.

-Eres la mejor portadora que tuve, Marinette- la chica contenta correspondió a su abrazo.

-¡Marinette, ven abajo ya vamos a abrir los regalos!- gritó su padre desde el piso de abajo.

-¡Ya voy, papá!- respondió y se dirigió a las escaleras, pero antes volvió a ver a Plaga -Disfruta tu obsequio.

-¡Espera!- la detuvo y volando fue a buscar un trozo de camembert de la mochila de Marinette -Feliz Navidad, Marinette- por primera vez Marinette vio como Plaga la miraba con una sonrisa sincera. Sin protestar tomó el queso y le agradeció antes de comérselo, debía admitir que a pesar de tener un olor asqueroso tenía bastante buen sabor.

¡Ups! Miraculous equivocadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora