Afuera era un pandemonio de criaturas. Katsuki se dio cuenta de que tendría que fijarse muy bien a quién atacar, pues había demasiadas caras nuevas como para identificar aliados de enemigos. ¿Cómo alguien distingue algo en la guerra, en el frenesí de la violencia y la adrenalina? Nunca se había encontrado en tal situación.
Supo quién era la madre de Izuku gracias a su cabello, del mismo tono de verde, aunque no formaba un halo rizado como el de él, sino que lacio, ondeaba a su alrededor por el agua. También vio a All Might, convertido en un monstruo de mar enorme, casi tanto como los Nomus, con cola azul y amarilla; su cuerpo esmirriado había recuperado la antigua fuerza, con impresionantes músculos y rostro jovial. Estaba enzarzado en una sanguinaria batalla contra un monstruo igual de enorme, de cola negra, su rostro desfigurado le daba una apariencia aún más monstruosa y el aura demoniaca que emanaba lo hacía más aterrador. Era difícil distinguir quién estaba más herido, pues sangraban de los múltiples cortes hechos con sus garras y colmillos.
Bakugou se quedó impresionado unos segundos pues nunca había visto cosa así, pero al ver que Izuku se lanzaba hacia la batalla despertó y decidió seguirlo. Pero antes de que se acabaran de acercar se les atravesó Tenko, bloqueando su camino.
—Conque tenemos un pececillo escurridizo, eh. —Ignoró a Katsuki, que se debatía entre quedarse a ayudar a Izuku o ir con All Might—. Tú peleas conmigo.
—Por favor, Tenko, detén esto.
La torcida sonrisa le produjo un escalofrío a Katsuki. Eso lo hizo decidirse. Esta vez Izuku no tendría que luchar solo, lo harían juntos. Y ganarían. Porque ahora que no tenía las limitaciones de su cuerpo humano, podía plantarle cara a cualquier monstruo y derrotarlo.
O eso pensaba, incluso entre los dos les costó muchísimo trabajo lograr derrotar a Tenko. Nunca habían peleado juntos, pero era como si se leyeran la mente, perfectamente coordinados. Izuku era muy ágil y se notaba que su cola era su punto más fuerte pues golpeaba con ella. Bakugou no estaba acostumbrado a pelear bajo el agua, pero se dejaba llevar por su instinto y por una necesidad de ayudar lo más posible, decidido a ganar esa batalla.
De pronto escucharon unos gritos terribles junto con unas vibraciones que les lastimaban los oídos y unas corrientes rítmicas. Todos los presentes detuvieron sus batallas y voltearon al lugar de donde venían. All Might golpeaba al padre de Izuku, que respondía con igual fiereza; cada golpe emitía ondas. Si alguien hubiera estado en la superficie se hubiera encontrado en medio de una terrible tormenta con olas altísimas.
En el último segundo el jefe de la aldea miró hacia Bakugou e Izuku y sonrío. De un último puñetazo cargado con toda su fuerza derrotó a su oponente. Que estalló en partículas diminutas ante la sorpresa de todos.
Al notar que su líder había sido vencido, Tenko y sus seguidores emprendieron la huida. Nadie quiso seguirlos para impedírselo. Por ese día habían ganado.
Inko nadó hacia su hijo y lo estrechó entre brazos, ambos lloraban y Katsuki se sintió un poco fuera de lugar, pero cuando hizo ademán de alejarse Inko tiró de él y lo abrazó también, apretando a los dos jóvenes.
—Gracias por salvar a mi hijo, Kacchan.
Katsuki murmuró incómodo cosas ininteligibles, azorado por el afecto y gratitud. All Might, sostenido por Kirishima y Kaminari se acercó también.
—Joven Izuku, señora Inko, lo siento —empezó a toser sangre, rápidamente Inko los soltó y se acercó a sobarle la espalda—. Espero sepan perdonarme por haber acabado con la vida de tu padre, pero era la única manera. Traté de hablar... —más tos—, traté de hablar con él y no me escuchó.
—Hace tiempo que ese hombre ya no era nada nuestro —aseguró Inko—. No puedo perdonarle las cosas horribles que nos hizo. Gracias por salvarnos de nuevo, Toshinori.
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Monstruos en el mar (DekuKatsu/KatsuDeku)
FanfictieLos habitantes de la isla eran felices y prósperos. Todo acabó cuando ellos llegaron: los monstruos del mar. Horribles criaturas gigantescas que atacaban a cualquiera que osara acercarse más allá del arrecife que protegía la costa. Katsuki Bakugou t...