El Final De Una Pesadilla. 2/2

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Han pasado semanas después de aquello, semanas bastante difíciles para los híbridos, notan a su compañera bastante triste, distraída y pasa la mayoría del tiempo fuera de casa o en su habitación.
Casi no come ni tampoco duerme y cuando lo hace, despierta en la madrugada por las pesadillas que ha empezado a tener, no les dice nada pero luce triste, exaltada y con miedo, siempre que despierta sus ojos expulsan gruesas lágrimas.
No saben cómo calmarla, si la abrazan intenta alejarlos, las palabras no sirven ya que no escucha y solo llama entre gritos a sus padres.

Era un verdadero caos, las primeras semanas estuvieron de ese modo, pero con el pasar de los días se iban calmando poco a poco las cosas, comía mejor y al menos ya tan siquiera les deseaba los buenos días.
Lo malo es que, aunque ya no despertaba por la madrugada, había que despertarla pues quedaba tan metida en sus sueños que no lograba despertar por su cuenta.

Eso nos regresa de vuelta a la actualidad, donde _______ es despertada por Izuku de su cruel pesadilla.

—Zuku... Izuku, ¿Qué haces aquí?

—¿Estás bien? ¿Tuviste otra pesadilla? Agh, que tonto, si estás sudando y lloras es obvio, ah, perdón ______, ¿Quieres agua? ¿Te traigo papel? ¿Quieres un paño húmedo? ¿Te sientes mal? ¿Tienes hambre? Seguro sí tienes hambre, espera aquí deja voy a-

—¡No, espera!

Izuku se había propuesto ir a la cocina, sala y baño para traer todo lo que suponía necesitaba su amiga, pero al darse vuelta y comenzar a caminar ella lo detuvo.

—___-

—Por favor no te vayas.

—¿Qué estás haciendo?

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—¿Qué estás haciendo?

—Pico fruta.

En la cocina se hallaban dos chicos, uno de ellos picando en cuadritos varios pedazos de fruta como sandía, mango, manzanas y unos pepinos.
Planeaba hacer un desayuno ligero, más un jugo de naranja.
Y el otro solo observaba lo que hacía su amigo

—¿Para?

Shoto rodó los ojos, soltando un suspiro.

—Pues para el desayuno, tonto. Mejor en vez de estar haciendo preguntas tontas, ayúdame a hacer el jugo de naranja— pidió mientras pasaba la manzana recién picada a un recipiente más grande en donde planeaba revolver todo.

—¡Tú no me das órdenes! y haré esto solo porque ______ es una inútil estos días y uno como quiera pero yo soy una criatura en crecimiento.

El bicolor ahora sí no se pudo aguantar la risa y soltó carcajada tras carcajada, Katsuki lo miró mal mientras preparaba todo para hacer el maldito jugo.

—¡¿De qué te ríes?! Hablo en serio.

—Katsuki, eres fuerte, mides como 1.78 y estás a punto de cumplir dieciocho, ¿De qué desarrollo me hablas? De persona será, porque de cuerpo estás bien— habló entre dientes porque era imposible parar de reír.

ℍ𝕚́𝕓𝕣𝕚𝕕𝕠𝕤.  [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora