Klaus y Elena han dejado de ser pareja hace un año. Sin embargo la pasión y el amor nunca se fue, ni nunca lo hará.
Por razones del destino quedan encerrados en un ascensor mientras iban a visitar a Kol y Davina.
Un lugar pequeño y encerrado es el mejor sitio para explotar la tensión sexual entre ambos.
Elena viste un vestido azul marino que le llega un poco por encima de las rodillas y marca bien sus curvas. Además de hacer brillar su rica piel aceitunada.
Klaus no puede apartar los ojos de la hermosa morena a la cual nunca dejó de amar.
Cada uno está en lados opuestos del ascensor, pero Klaus quiere arreglar eso.- Tu cabello es más corto ahora. Dice Klaus acercándose a Elena mientras pasa su mano por su cabello.
- Si, necesitaba un cambio. Responde Elena, nerviosa por la cercanía del hombre de su vida.
Los ojos de Klaus bajan por los labios de Elena y estos se entreabren inconscientemente, él levanta su mano y con su dedo pulgar roza su labio inferior haciéndola soltar un suspiro.
Él sonríe inmediatamente ante su reacción.
- Tus labios.
-¿Qué hay con ellos Nick? Lo incita ella.
- Están más carnosos, no sabes cuanto los anhelo.
- ¿Eso es cierto? Elena ladea su rostro y poco a poco de una manera imperceptible se va acercando.
- Joder, quiero besarte Lena.
Y así ese fuego se vuelve a encender y a arrazar con todo en su camino.