- "Fue una noche emocionante de confesiones y revelaciones," respondió Elena con ironía.
- "He sido honesto contigo", continuó gravemente, apurando otra copa de vino tinto.
Buscó comprensión en sus ojos, pero aparte de condena y censura, no encontró nada más. En vano accedió a esta velada sin sentido de confesiones. Compartir mis mil años de experiencia en mi vida personal no fue la mejor idea. ¿Y por qué mencionó a su psicóloga personal? ¿Primer amor? ¿Una bruja enamorada pero vengativa? ¿Y la madre de su hija?
Después de todo esto, la autoridad a los ojos de la niña, por supuesto, se perdió. Elena lo miró como si fuera el último mujeriego. Para corregir de alguna manera su situación, Klaus rompió la pausa:
- "Pero todas están en el pasado".
Elena también se derrumbó y bebió un vaso de whisky. La velada se arruinó irremediablemente.
- "Por supuesto que sí", respondió ella con una sonrisa forzada.
- "¿No me crees?"
- "Verás, de todas las que nombraste, solo uno en el otro mundo. Genoveva, ¿tengo razón?"
Asintió con la cabeza, recordando las ardientes noches pasadas con la seductora bruja pelirroja. Nunca tuvo sentimientos por ella, pero en ese momento, ella encajaba perfectamente en su vida. Una chica de Nueva Orleans segura de sí misma, fuerte y majestuosa, cuyos poderes y sentimientos utilizó activamente para sus propios fines personales.
- "¿Y si tu ex quiere resucitar? ¿Se iluminarán sus restos, se realizará una ceremonia? ¿Qué hay de tu Aurora? El loco primer amor de tu pasado. Sí, todavía da vueltas como un buitre a tu alrededor."
- "Elena, la mataré a la primera oportunidad. Te lo dije, ahora tiene a Rebekah."
- "Por supuesto que lo recuerdo. Y corres a su primera llamada. Y ella solo logra arrastrarte a la cama, manipulándote y chantajeándote."
- " ¡Elijah y yo tenemos un plan!" él gritó.
Pero esto no tuvo el efecto deseado en Elena.
- " Claro, claro" Gilbert sonrió con sarcasmo.
- "Eso acaba de dejar el olor de otra mujer, no lo soporto."
- "Yo no dije eso..."
- "También dijiste que tienes una hija con Hayley. Y te guste o no, esta loba siempre estará en nuestras vidas. Ella me matará tan pronto como toque a su hija."
- "Mira, yo soy el menos interesado en Hayley. No era más que sexo de una sola vez."
- "¡Sí, pero por alguna razón las consecuencias quedaron de por vida!"
- "¿Me vas a dejar solo porque te confesé todo?"
- "Klaus, tu vida personal es demasiado agitada, ¡en la que no quiero participar en absoluto! Por cierto, ¡también le prometiste a Caroline montañas de oro!"
- "¡ A Caroline le prometí que no volvería a molestarla nunca más!
- "¡Aquí me das la misma promesa! ¡Lo último que quiero hacer es meterme con el exnovio de mi mejor amiga!"
- "¡Sí, nunca he sido su novio!"
- "¿Vas a aparecer ahora? Care, esta es la primera vez que actúa de manera justa y sensata al no contactarte. Considerando que Genevieve estabas lista para matar en cualquier momento. Tu amada Aurora está en camino. Hayley la condenó al tormento y la separación de su hija. ¡No, no quiero el mismo destino que tus novias!"
- "¿Crees que te trataré de la misma manera? ¡Estás loca!"
- "Ya lo estoy, enamorándome de ti."
Golpeó su vaso sobre la mesa de café. Se preparó para huir sin mirar atrás, dando rienda suelta a sus lágrimas.
- "En todo caso, tienes un psicóloga personal con el que puedes pasar tu aburrida velada," gritó Elena con ira.
Él la dejó ir porque no sabía qué decir. ¿Por qué accedió a esta velada demasiado franca?
Sus pensamientos fueron interrumpidos por un teléfono en el que aparecía el nombre "Aurora". Ella realmente no le dio descanso. Ella exigió correr de inmediato hacia ella, teniendo en sus manos la carta de triunfo principal: el cuerpo de su amada hermana.
Ahora tiene otro problema que necesita ser resuelto urgentemente. Convencerla de que NADIE puede compararse con ELLA... Su pequeña y frágil bebé, Elena Gilbert.
