Día 4

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" Rainy day ; Día lluvioso "

• AU sin quirks.

El rubio no podía estar más malhumorado que en esos instantes

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El rubio no podía estar más malhumorado que en esos instantes.

Maldecía mil y un veces al pronóstico del clima por haberse equivocado tan extraordinariamente al anunciar que ese sería un día completamente soleado. Y en parte también se maldecía a él, ya que no se le ocurrió en ningún momento llevar su paraguas con él al trabajo, solo por si las dudas.

Llovía a cantaros en esos momentos y desde mucho antes de que hubiese salido del trabajo.

Se hallaba enteramente empapado de los pies a la cabeza. Si de por si le había costado llegar hasta la parada de autobús más cercana de su lugar de trabajo (la cual se hallaba a una cuadra de distancia), el que un chofer idiota de uno de los autobuses le haya salpicado agua mugrienta del asfalto (al igual que a otrxs cuantxs que esperaban por transporte) por lo rápido que había pasado, no ayudó en absolutamente nada.

Por lo menos, antes de irse de su trabajo, pudo tomar unas cuantas bolsas de plástico con zipper para proteger las pocas pertenencias que llevaba con él.

Después de haber esperado por casi 40 minutos por el transporte público sin que este apareciera en ningún momento, pasó de seguir allí por más tiempo, y decidió que regresaría a pie a su departamento. De todas formas, ya estaba enteramente bañado por el agua de lluvia y de la calle, ¿Qué mas da?

Solamente esperaba que su roomie de cabellera morada fuese lo suficientemente considerada para que no se le ocurriese practicar la guitarra eléctrica hasta tarde justamente ese maldito día.

Había caminado por lo menos unas dos cuadras y la lluvia se había calmado apenas un poco, cuando en eso pasó al lado de un desconocido de cabellera algo llamativa (por lo poco que llegó a ver de soslayo), y detuvo su paso súbitamente. No había sido realmente por los cabellos rojos sobresalientes del otro, si no porque había sentido... algo.

Una sensación muy extraña y nueva, como si algo lo hubiese jalado hacia atrás y hecho parar, pese a que no había absolutamente nada atado a él.

Su leve estupor se vio interrumpido por una voz que desconocía por completo.

-Disculpa.

Giró levemente su cuerpo en dirección hacia atrás, para encontrarse nuevamente con aquellos cabellos carmesí y por primera vez con la mirada ajena, que parecía ser de un color muy similar al de la suya.

-Uh.. Hola, yo... alcancé a ver lo empapado que estás cuando pasé a tu lado, y quería.. Eh...- Por alguna razón, a aquel extraño se le estaba dificultando expresarse; parecía como si tratase de formular cuidadosamente en su cabeza cada frase o palabra que fuera a salir de su boca. -¡Puedes tomar mi paraguas!

Seguidamente de aquellas palabras algo alborotadas, aquel pelirrojo extendió su brazo hasta el cenizo, haciendo que la sombrilla acabara encima de este.

Katsuki le miró algo confundido, sin saber qué responder o qué hacer.

Y, a ojos del pelirrojo, el contrario pareció mayormente dudar de sus palabras.

-Ah.. ¡No te preocupes por mí! Yo ya tengo mi impermeable- Jaló levemente una parte de aquella prenda a prueba de agua con su mano libre para demostrárselo, aunque le pareció algo extraño que no se hubiese dado cuenta de lo que vestía desde que le miró, si es que ese había sido el caso.

Y Bakugo no se había preocupado por aquel desconocido o algo por el estilo, en realidad su mente se hallaba separada en diversas partes y su ser estaba mezclado en distintas emociones y sentimientos provocados por aquella inusual situación, lo cual provocaba que sus reacciones no fuesen tan rápidas como normalmente serían.

Pese a todavía sentirse de cierta forma indescriptible, el ver cómo la alta cabellera del otro comenzaba a suavizarse y caer de a poco debido a la lluvia, le hizo reaccionar de alguna forma.

Terminó de dar la media vuelta para quedar por completo frente a frente con el contrario, para después estirar su brazo derecho hasta aquel paraguas y, al tomarlo, las manos de ambos rozaron por tan solo unos cortos milisegundos. Aquello último también se sintió muy extraño, para los dos.

Y, aunque lo que portaba ahora era un paraguas ajeno, de un completo desconocido, por alguna extraña razón el cenizo sintió como si aquel objeto le transmitiese una desconcertante calidez.

Presenció cómo aquel chico se colocaba la capucha de su impermeable sobre sus cabellos ya algo húmedos.

-Gracias- Fue lo único que salió de la boca de Bakugo.

-No hay de qué- El pelirrojo esbozó una bella sonrisa. -Uh.. Nos vemos luego, entonces.

Y así, después de hacer un gesto de despedida con una de sus manos, aquel pelirrojo se retiró.

"¿Qué mierda acaba de pasar?" Se preguntó Bakugo en sus pensamientos, viendo cómo el otro seguía su camino en dirección contraria. Seguidamente, emprendió de nuevo su propio andar rumbo a su departamento, tratando de procesar lo que acababa de suceder.

Lo que el rubio no sabía, era que aquel desconocido, de nombre Kirishima Eijiro, se hallaba tan confundido como él. Ni siquiera sabía exactamente qué lo había impulsado a hacer aquello.

Claro que, siempre que le fuera posible, trataría de ayudar a otras personas desinteresadamente. Es solo que, desde hace unos cuantos días, sus ánimos estaban por los suelos, debido a algo que le había ocurrido anteriormente. Por lo que, sin quererlo, habían momentos en los que se encerraba en su propio mundo y su propio ser, y no lograba conectar del todo con lo que sucedía a su alrededor.

Y por ello, muy probablemente no hubiese reaccionado ante un extraño que estaba completamente cubierto por las gotas de la lluvia, de no ser por aquella extraña sensación que impactó en él.

Fue como si algo o alguien lo jalase, a pesar de que nada ni nadie iba atado o detrás de él. Ese algo provocó que parara su andar y le hizo mirar atrás, hacia donde estaba ese desconocido.

Y, aunque ninguno de los dos le había dicho ni siquiera su nombre al otro, volverían a encontrarse en algún momento, en el futuro ya sea cercano o lejano.

Porque, algo de lo que ninguno de los era consciente, era de que estaban conectados. Por un hilo rojo del que la mitad del mundo o más había llegado a escuchar; hilo el cual fue el responsable de aquel misterioso "jalón" que ambos sintieron cuando pasaron por al lado del otro. Aquella había sido una especie de señal o aviso, de que se habían cruzado con su alma gemela por primera vez.

 Aquella había sido una especie de señal o aviso, de que se habían cruzado con su alma gemela por primera vez

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Strawberry Lemonade || kiribakushima week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora