Día 7

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" Bakugo Birthday ; Cumpleaños de Bakugo "

• Créditos de la imagen en la multimedia: @/ppan_roa en Twitter

Nuevamente, aquella fecha tan especial había llegado, el cumpleaños de su amado esposo

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Nuevamente, aquella fecha tan especial había llegado, el cumpleaños de su amado esposo.

Eran aproximadamente las 9 de la mañana, Kirishima estaba arreglándose para ir a visitar a su pareja, ya después de haber desayunado previamente. Vestiría una chaqueta de mezclilla encima, debajo de esta, una camiseta negra, junto con unos jeans rojos y tenis también negros. Esta vez había decidido llevar su cabello lacio y amarrado en una coleta.

Cuando terminó de prepararse, tomó su teléfono, las llaves de su carro y las de la casa, y su cartera. Y sin más, emprendió camino en su automóvil rojo al primero de sus dos destinos.

Observaba sin mayor interés al mundo a su alrededor, los coches de otras personas, los peatones que pasaban cuando el semáforo se tornaba rojo, las casas alrededor, tiendas tanto abiertas como cerradas, y el trayecto de pavimento que se extendía frente a él.

Permaneció de ese modo hasta que, según el GPS (utilizaba ese sistema a pesar de que ya había manejado por esas rutas en más de una ocasión, ya que algunas veces olvidaba los caminos que había tomado antes), había llegado finalmente a su primer destino. Se estacionó en paralelo frente a aquella floristería. Y no tardó nada en adentrarse a ese local.

Y, como siempre le sucedía cada vez que estaba en un lugar público, como a todos de los héroes profesionales más conocidos, los murmullos y las miradas de otros individuos no se hicieron esperar. Aquellos gestos, tanto verbales como corporales, expresaban en más de una ocasión otras emociones además de la admiración que sentían por el héroe irrompible; unos sentimientos no tan.. alegres que digamos.

-Un ramo de girasoles y rosas rojas, por favor- Pidió con amabilidad a la mujer que se hallaba detrás del mostrador, cuando por fin había llegado su turno.

A pesar de que aquella mujer le miraba y asentía ante su pedido con una sonrisa, en los ojos de esta se podía notar la tristeza con la que le veía.

Por dios, que Eijiro detestaba que aquel tipo de miradas fueran dirigidas a su persona. Le hacían sentir aún peor de lo que ya podía llegar a sentirse. Pero también pensaba que no podía culpar a la gente por verlo de aquella manera, probablemente hasta él llegaba a mirarse de esa forma a sí mismo ocasionalmente cuando estaba frente al espejo.

En fin, no pasaron más de 10 minutos cuando finalmente le entregaron el ramo que había pedido. Pagó la cantidad total y se retiró del sitio, no sin antes dar las gracias.

Subió una vez más a su carro, colocando cautelosamente su reciente compra en el asiento del copiloto. Sin más, encendió el automóvil y emprendió su rumbo hacia su segundo y último destino de aquel recorrido.

Strawberry Lemonade || kiribakushima week 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora