Capítulo 11

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—Foxy, despierta querido...

Esas dulces palabras fueron las que me despertaron. Y abrí mis ojos lentamente, para encontrarme con los brillantes ojos rojos de Wolf, los cuales parecían una luna de sangre.

—Ya es hora de despertar —sonrió.

—Cinco minutitos más —pedí mientras reía ligeramente.

Wolf sacudió ligeramente su cabeza. Me senté en ma cama y estiré mis brazos mientras bostezaba.

—Ve y bañate, mientras tanto prepararé algo de comer —me mandó mientras se levantaba de la cama.

Yo también dejé la cama unos segundos después, y me metí al baño. Y nuevamente, mientras me duchaba, me perdí en mis pensamientos.

La noche había sido bastante diferente a las demás. Wolf me había enseñado lo que era el placer y como complacer a alguien. Fue una experiencia completamente nueva. Y la verdad, me alegraba que Wolf fuera el que estaba conmigo.

Así que Wolf sentia lo mismo por mi... Como me alegra escuchar eso. Significa que ahora podremos ser- Mierda, es verdad... Hoy es el día que dejo la ciudad.

Al recordar eso, la atmósfera alegre se fue. Pero traté de hacer que el pensamiento de disolviera sacudiendo la cabeza. Tengo que centrarme en el presente y en disfrutar a Wolf en todo el tiempo que me queda.

Así que salí de la ducha, y me puse la ropa que tenía puesta ayer cuando salí de casa, que estaba doblada con cuidado, limpia y seca. Y cuando salí del baño, me sorprendí al ver mi peluche amarillo sobre la cama.

—Hey —lo tomé—. Me había olvidado de ti —exclame.

—Me sorprende que aún tuvieras ese peluche —dijo Wolf—. Mientras tu y yo cogiamos él tuvo que pasar la noche en la lavadora, ¿sabes? —comentó.

—Si... procuraré no olvidarlo otra vez —reí.

—Y bueno, el desayuno ya está —avisó Wolf, señalando un plato con huevos revueltos y tocino.

—Ah, gracias —dije tomando el plato. Y empecé a comer.

Wolf se sirvió también, y se sentó a mi lado en la cama a comer— Y bueno, ¿cómo dormiste?

—Hace tiempo no dormía así de bien —le dije.

—Bueno, después de lo de anoche... ¿Te duele el culo? —preguntó, observando mi cola.

—Un poco... Pero estaré bien —dije—. Pero... gracias por lo de anoche. Eso fue divertido —sonreí.

—Gracias por tomar la iniciativa, aunque me hubiera gustado algo más erótico —río Wolf. Pero luego soltó un suspiro— Esto fue divertido mientras duró, ahora tienes que irte —dijo, sonando triste.

Yo solté un suspiro frustrado, nuestro bus que nos iba a sacar de aquí ya había partido. Ya no teníamos ninguna otra opción. Y aunque la tuviera, ya sabía que Wolf no estaría dispuesto. Mire el reloj, eran las 5:55 de la mañana. Y en un par de hora mi avión partiría.

—Esta bien, Wolf. No te frustre por eso —le dije. Iba a seguir comiendo, pero resultaba que ya había terminado. Así que me levanté para dejar el plato en el fregadero—. Después de todo, ya no hay nada más que se pueda hacer.

Wolf se levantó y dejó su plato también. Seguido a eso, me miró fijamente, y pude notar en sus ojos su tristeza. Y sentí como se me contagiaba. Acaricio mi mejilla suavemente.

—Te amo Wolf —le susurré, sintiendo mis ojos aguarse.

—Y yo a ti, Foxy —dijo.

En ese momento algo empezó a sonar fuertemente. Y era una alarma en el teléfono de Wolf. Eran las 6:00 de la mañana. Wolf apagó la alarma, y me miró.

Ikanaide... (No te vayas...)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora