Capítulo 10

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Y ahí nos encontrabamos: él y yo, en el parque bajó la lluvia a mitad de la noche. Nos quedamos mirándonos fijamente, mientras Wolf extendía una sombrilla sobre mi cabeza, dejando que la lluvia lo mojara a él.

—¿Qué haces aquí solo a estas horas? —me preguntó. Pero no respondi, ya que me había perdido en su mirada roja— ¿Fox?

—Te extrañé Wolf —murmurré.

Y un silencio se hizo presente. Wolf y yo nos mirábamos fijamente. Me levanté, y dio unos pasos hacia él. Senti como el dolor de haberlo extrañado se mezclaba con la alegría que tenía por verlo. Eran dos emociones fuertes juntas. Y cai de rodillas frente a él, mientras lagrimas bajaban de mis ojos.

—Extrañé Wolf. Perdóname por comportarme como un idiota —lloré fuertemente, mientras Wolf me miraba en silencio—. Te extrañé demasiado. Por favor, no te vayas. Te necesito.

Wolf sacudió su cabeza ligeramente, y se arrodilló hasta mi altura— Vamos a llevarte a casa; te vas a resfriar si te quedas bajo la lluvia —dijo, extendiendo su mano.

Trate de dejar de llorar mientras miraba la mano fijamente. Y sin pensarlo mucho, la tomé. Wolf me ayudó a levantarme, y una vez estaba de pie, me sonrió ligeramente.

—Vamos.

Caminamos por las calles, cubriendonos con la sombrilla. Nadie dijo nada durante el camino, y Wolf tampoco soltó mi mano. Pero aún así, ya me sentia mejor, por el mero hecho de que estaba con él.

Luego de caminar por un rato, llegamos a su apartamento. Y una vez adentro, Wolf dejó su sombrilla en una esquina, y me miró.

—Ve y bañate. Te vas a enferma si te quedas con esa ropa —me mandó.

—No tengo ropa extra... —dije.

—Buscaré algo que te quede —dijo. Y me dio una toalla—. Ahora bañate —repitió con un tono serio.

Y obedecí sin decir nada. Entre al baño con la toalla que me dio Wolf, y luego de quitarme la ropa, me metí a la ducha. Me aseguré de limpiar muy bien mi pelaje. Y mientras me bañaba, empecé a preguntarme que Wolf estaba haciendo en el parque a esa hora... ¿Acaso fue pura casualidad, l estaba buscando algo?

—Si, Sr. McCloud, ya está conmigo —escuché a Wolf entrar al baño—. Usted no se preocupe... —y con eso volvió a salir.

Mierda, claro que llamaría a mi padre. Ahora él vendría a buscarme y nos separaremos otra vez, pensé. Y la poca alegría que tenía desapareció.

Salí de la ducha, me seque, y me puse la ropa que Wolf me había dejado: una camiseta blanca que me quedaba un poco grande y un pantalón negro. Y salí del baño.

—Ya terminaste, perfecto —Wolf dijo al verme—. Puse a cocinar algo, ¿puedes estar pendiente? —me pidió.

—Claro —respondí, mientras veía como Wolf se metía al baño. Me acerqué a la pequeña estufa que Wolf tenía en su pequeño apartamento.

Ahora que lo analizo, el apartamento de Wolf si era diminuto. Solo tenía espacio para su cama, una estufa y un fregadero pequeño, y un par de muebles. Al menos tenía baño aparte. Me quedé atento a la carne que estaba preparando.

Aunque pronto volví a perderme en mis pensamiento. Hasta ahora todo lo que nos dijimos fue con un tono frío. Creo que... Wolf todavía me odia, y solo memmesta haciendo esto para no entregarme en mal estado a mi padre más tarde. Y aproveche para ver el reloj de mi telefono: eran las 8:45 de la noche.

Luego de un rato, Wolf salió del baño, limpio. Y unos minutos después, la carne estaba lista. Wolf me sirvió esa carne con un poco de arroz, y un vaso de agua. Y por más poco que se veía, mi estómago rugió y empecé a comer sin pensarlo.

Ikanaide... (No te vayas...)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora