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No había recibido ningún mensaje por parte de Harry desde la noche anterior, toda la mañana se había mantenido tranquilo pero estaba llegando al límite.

"Hola, precioso". Se sobresaltó ante la voz del chico que tanto había buscado.

"Harry, hola, te busqué hoy en el almuerzo pero no te encontré". Jugó con las correas de su mochila sin mirarlo.

"Lo lamento, estuve muy ocupado, ya sabes, estamos casi al final y estoy saturado de tareas". Frunció el ceño al notar que evadía su mirada. "¿Pasa algo?"

"En realidad, sí, recuerdo que me habías dicho que ayer llegaría familia tuya". Lo observó asentir. "La cuestión es que, Niall te vió ayer con una chica castaña en tu auto, se veían realmente juntos, sabía que no le iba a creer si no tenía pruebas, así que les tomó una foto y me la mandó". Al terminar de hablar dió una bocanada de aire.

"Pero que diablos, enséñame la fotografía, Louis". Respondió bruscamente sin darse cuenta.

Frunció ligeramente el ceño al notarlo tan molesto, no era buena señal. Sacó su teléfono para mostrarle la imagen. El rizado, al verla sonrió de lado.

"Si tu amigo estuviera más metido en sus cosas y menos metido en mis asuntos, se hubiera dado cuenta de que es mi hermana, Gemma, ella es la familia que llegó ayer de visita". Le mintió a la cara sin sentir un gramo de remordimiento.

"¿Tú... tienes una hermana?". Le miró sorprendido.

"Sí, una hermana mayor, su nombre es Gemma, y tiene el cabello castaño". No mentía en cuánto eso, su mayor realmente tenía ese color de cabello.

"¿Estás molesto?". Preguntó con miedo, sabía que la había cagado.

"Claro que lo estoy, no es posible que tu amigo me siga para tomarme fotos y sacarlas de contexto, pero lo que me jode más es que le hayas creído, dudaste de mí, Louis". Sus ojos reflejaban enojo.

"No le creí, siempre te di el beneficio de la duda, por eso estoy hablando ahora contigo". Se sentía pequeño ante él, podía sentir lo molesto que estaba.

"Como digas, en este momento no quiero hablar contigo, ni verte la cara, te veo luego". Sin dejarlo decir algo más, se alejó del castaño, dejando solo.

Se sentía tan culpable, había arruinado todo, ahora Harry no quería ni verlo, sintió un nudo instalándose en su garganta, quería llorar, y lo haría pero hasta llegar a casa.

Entró por la puerta principal, no se pudo aguantar más, las lagrimas ya habían salido, no podía detenerlas.

"Louis, amor, ¿Qué pasó?". Johanna al ver así a su hijo se alertó, caminando hasta él.

"No quiero hablar mamá, por favor, no insistas". Susurró entre sollozos, subió hasta su habitación, cerrando con seguro, dejándose caer sobre la cama, abrazando su almohada para ahogar el llanto.

Habían pasado las horas, su madre había subido tratando de hablar con él, al menos para que comiera algo, pero nada, estaba tan preocupada, no saber lo que ocurría, eso le angustiaba.

"Lou, ¿Qué sucedió? ¿Estás bien?". La voz de Niall se escuchó del otro lado de la puerta. "Louis, vamos, abre la puerta". Volvió a hablar al no recibir respuesta.

"Déjame solo Niall, no quiero hablar contigo, vete". Pudo escuchar la voz lastimera de su amigo, estaba molesto con el rubio, en ese momento no estaba listo para hablarle.

La culpa consumía a Niall, sentía que él era el causante de la situación de su mejor amigo, pero vamos, qué clase de amigo pasaría por alto la escena que ayer presenció, si se lo hubiera ocultado y Louis se enteraba de que él sabía, le iría peor que ahora, seguro dejaría de hablarle.

𝘕𝘰𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨 𝘪𝘴 𝘭𝘢𝘴𝘵 𝘧𝘰𝘳 𝘦𝘷𝘦𝘳   | 𝘓𝘚 |  [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora