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Louis no dejaba de ver los números pasmados en aquel papel, la letra de Harry era muy linda. Sonrió al verlo en la pista. El ojiazul nunca se perdía los entrenamientos del rizado. Con ese ya iban 6 entrenamientos en los cuales él estaba ahí. Él simple hecho de ver a Harry lo ponía de buenas.

Se dió cuenta de que el rizado lo estaba viendo, le sonrió, sus mejillas se sonrojaron pero no pudo evitar sentirse realizado al ver que Harry le devolvía la sonrisa.

El sonido de su celular lo sacó de su burbuja. Soltó un gruñido. Era su madre.

"Hola, ma"

"Hola, mi amor". Dijo su madre desde la otra línea.

"¿Qué pasa?". Frunció el ceño confundido, su madre jamás le hablaba en horario de escuela.

"Te hablo para pedirte que vengas a casa, te tengo una sorpresa". Apostaba a qué su mamá estaba sonriendo.

"¿Qué sorpresa?". Suspiró, era demasiado desesperado para que le gustasen las sorpresas.

"Si te digo ya no lo sería, ven para que la veas tú mismo". Chilló su madre emocionada.

"ummmh está bien, voy para allá". Colgó el teléfono, tomó sus cosas y bajó de las gradas. Harry a lo lejos lo vió con el ceño fruncido, era aún muy temprano para que Louis se fuera. Llámenlo raro, pero al rizado le gustaba que Louis lo fuera a ver, se sentía procurado.

Al llegar a su auto, condujo hasta a casa, estaba ansioso al saber cuál sería su sorpresa. Cuando llegó a casa bajó del auto y entró.

"Mamá, estoy en casa". Gritó mientras dejaba sus cosas en el sofá.

"Estoy aquí, en la estancia!". Caminó hasta donde estaba a madre, al entrar se quedó parado en el marco de la puerta, una sonrisa se formó al ver a Alice.

"¿No vas a saludar a tu prima favorita?". La chica sonrió mientras extendía sus brazos hacia el.

"¡Pero claro que si!". Corrió hasta ella, abrazándola con mucha alegría. "¿Qué haces aquí?"

"Mis padres creyeron que pasar un tiempo aquí en Londres me haría bien y aquí me tienes". Se separó de su primo.

"Me alegra que estés aquí". Se sentó a su lado.

"También me alegra estar aquí, ya los quería ver". Tomó la mano del ojiazul.

"Nos alegra tenerte aquí linda". Johanna dijo con una sonrisa. "Deberías ir a enseñarle su habitación a Alice, cielo. Mientras yo prepararé la cena". Se levantó del sofá.

"De acuerdo". Asintió imitando a su madre. "Vamos, tenemos mucho de que hablar". Sonrió emocionado. No podía creer que su prima favorita estuviera ahí en su casa. Aún recordaba cuando jugaban hacer pasteles de lodo. O cuando se ponían los tacones de su madre.

Alice era como la hermana que nunca tuvo.

"Esta es tu habitación". La dejó pasar primero.

"Es linda". Sonrió.

"Si. Ahora cuéntame..¿Por qué estás aquí?". Se sentó en la cama mirando a Alice desempacar.

"Bueno, es que la verdad mis padres se están separando y yo solo quería salir de esa casa, pero no tenía a donde ir. Así que le llame a la tía Johanna y me dijo que podía recibirme".

"Vaya, lamento lo de tus padres". Hizo una mueca.

"Si también yo".- Suspiró.

Louis también había pasado por algo similar. Sus padres también se separaron. Su padre era muy agresivo y borracho. Golpeaba a su madre, había ocaciones en las que Louis también salía lleno de moretones y con el labio reventado por tratar de defender a su madre. Pero la pesadilla empezó al confesarle a sus padres que era gay.

Su padre se volvió loco. Le grito muchas cosas horribles. Lo golpeaba constantemente por ser un "marica". Hasta que su madre se cansó de tanta violencia. Le pidió el divorcio. Su padre se lo dió inmediatamente, le dijo que lo hacía por que le avergonzaba tener un hijo marica, no lo soportaba, con solo verlo se le revolvía el estómago.

Ese fue un proceso doloroso para ambos. Siempre trataron de no escuchar las cosas horribles que decía su padre, Jonh. Johanna apoyo a su hijo incondicionalmente, era su único hijo, como no hacerlo, lo amaba por quién era no por sus preferencias.

A los ojos de ella su pequeño Louis era perfecto. Pasaron los años y juntos salieron adelante, al principio los gastos de la casa era un poco elevados, por eso Louis debía trabajar, tiempo después las cosas  empezaron a marchar más que bien.

Eran felices y lo más importante, se tenían el uno al otro.

"Pero bueno, no estoy aquí para hablar de mis padres, mejor cuéntame tú, ¿Cómo les ha ido?". Sonrió

"Bien, sabes todo lo qué pasó con mi padre, al principio fue duro pero supimos seguir adelante". Se encogió de hombros.

"Me alegro mucho, tú y mi tía siempre han sido tan fuertes". Acarició la mano de su primo.

"Tenemos que". Asintió. "¿Ya te inscribiste en la escuela?". Sonrió recostándose en la cama.

"Si, hoy mismo lo hice. Estaremos en la misma escuela". Chilló emocionada.

"Wow, eso es genial!". Louis sonrió ampliamente.- "¿Cuándo empiezas?"

"Mañana mismo, no quiero perder tantas clases"

"Bien, entonces te dejaré para que te instales, mañana después de la escuela te mostraré la cuidad". Se levantó de la cama.

"Muy bien". Sonrió emocionada.

"Estaré en mi cuarto por si me necesitas". Habló mientras caminaba hasta la puerta.

"Gracias, BooBear"

Louis sonrió al ser llamado así, hace mucho que nadie le decía así, ni siquiera su mamá.

Entró a su habitación, buscó su block de dibujo. Debía escoger al menos 5 de sus mejores dibujos y llenar una solicitud vía internet para mandar la solicitud a la escuela de arte. Estaba muy nervioso. En verdad quería entrar, no le quedaba más que confiar en sí mismo y en el talento que cree tener.
Al terminar de llenar su solicitud la mando al correo del decano. Mañana mandaría sus dibujos.

Al terminar con eso, tomó una ducha relajante. Al salir se puso la pijama. Frunció el ceño al verse en el espejo. El short de su pijama le quedaba más chico. No se había dado cuenta de en qué momento le había crecido el trasero. No lo recordaba tan grande.

Ignoró ese detalle, mejor se puso hacer sus deberes ya que tenía demasiado que hacer.

Dieron las 10 al terminar toda la tarea que tenía, bajó hasta la cocina, sonrió al ver a su madre y a Alice cocinando. Como en los viejos tiempos.

"¿Quieren ayuda?". Habló desde el marco de la puerta.

"Claro cielo". Sonrió su madre mientras le pasaba una tabla para cortar y un cuchillo. "Corta eso, por favor"

"Bien". Empezó hacer lo que su madre le ordenó.

"Diablos! ¿Y ese cul...trasero de infarto, cuándo creció?". Alice lo miró asombrada. "Es enorme, Lou". Le dió una pequeña nalgada.

"¡Oye! Déjame en paz". Soltó una risa.

"Lo siento, es que no lo recordaba tan grande". Rió junto a él.

"Bueno, ya, dejemos de hablar de mi trasero, por favor". Sus mejillas se tornaron rojas.

Después de eso, al terminar se sentaron en la mesa a cenar en familia. Louis no recordaba la última vez que había estado tan feliz.
Su vida empezaba a mejorar.

¿Qué podía salir mal?




•••••••••

Louis está hablando muy rápido. Recuerden a Alice, ella jugará en papel MUY importante en la historia.

All The Love♥️

𝘕𝘰𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨 𝘪𝘴 𝘭𝘢𝘴𝘵 𝘧𝘰𝘳 𝘦𝘷𝘦𝘳   | 𝘓𝘚 |  [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora