¿Somebody Special? [Ares Hidalgo Y Tú]

Capítulo 7

Amber:

Tener redes sociales era odioso y hermoso.

Por una parte veía todos los lindos comentarios en mis videos, en la fotos sin sentido, y era lindo saber que muchos me querían.

Por otro veía todas las fotos de Ares con esa chica hermosa, con sus hermanos, familia en si, disfrutando.

Joder. ¿Qué acaso hasta las redes me obligarian a verlo? Si, si lo harían. Lo peor de todo es que ni siquiera seguía a Ares en ningún lado. Y aun así, me aparecía como "tendencia".

Uhg, era odioso. Ares era odioso. Todo en el, como sonreía, como miraba a la cámara, como hablaba, lo famoso que era.

Ares:

—¿Otra foto?— digo cansado.

—¡Ni siquiera las estas tomando, solo posas!— alega ella —. Vamos, tus fans las están amando y aman que estés activo en redes. Vamos, di algo como... "Hola fans hermosas y hermosos, aquí en el trabajo" y listo.

Levanto una ceja, entre divertido y confundido.

Ella achina sus ojos color miel, y Río divertido. Creo que fue su oportunidad perfecta para poder grabar algo, ya que oigo como el sonido de grabación empieza y ella me sigue con la cámara.

Amber:

Otro video publicado. Joder, lo acababa de subir, me puedo ver como una psicópata.

¿Quien le tomaba tantos videos? ¿A caso era la chica hermosa que salía en la mayoría de fotos y videos con el? Si, seguramente si era ella.

Suelto un suspiro y apago el celular, lo último que se puede ver antes de quedar en negro es la sonrisa de Ares.

Me vuelves loca, Ares Hidalgo.

Tomó nuevamente el vaso de cristal y empiezo a beber el jugo.

—¿Qué haces?— digo confundida.

Marta quien acababa de entrar me ve.

Sonríe y achina sus ojos verdes, —Te tomó una foto para insta, lo tienes de por gusto, ni si quiera lo usas. Además, muchos anhelan más fotos tuyas desde...¿enero del año pasado?

Ruedo los ojos, —Simplemente no he encontrado el tiempo.

Ella sonríe aún más, —Pues ahora lo has hecho.

Pero, al acercaese a mi, un líquido que probablemente yo deje caer al piso, hace que se resbale, que caiga contra mi, que yo caiga y que el vaso de vidrio que contenia en mis manos también, haciendo que se me ensartaran pedacitos de cristal en la palma de la mano.

Marta se levanta tan rápido como puede y me ve con los ojos abiertos, —Dios mio, estas sangrando. ¡Estas sangrando! ¿Qué hago? ¡¿Qué hago?!

Ella entra en desesperación, se va y unos diez segundos después de la gran adrenalina del momento y no sentir anda, ahora lo empiezo a sentir.

Veo mi mano y como sangre en hilo finos bajan desde ella hasta mi antebrazo. Mierda, esto es malo.

Ella llega a mi y con el teléfono al lado de su oído, habla, —Ya ahora que— se escucha una voz de un hombre al otro lado, pero luego ella habla y no me deja concentrarme en la voz —. Bien.

Enrolla una blusa de algodón al rededor de mi palma y me sonríe nerviosa, —Estoy haciendo lo que puedo...

Angel no estaba ahora mismo aquí, se había ido a una emergencia en el hospital donde el trabaja.

¿De qué sirve tener un doctor que no estará para ti cuando lo necesitas?

Ella cuelga con las manos ya manchadas por quitar la blusa y colocar otra. Mierda. Estaba sangrando mucho. ¿Era normal? ¿Moriría?

Empieza a dolerme mucho la cabeza, abdomen (raramente),  y empiezo a ver nublado.

—Tranquila, pronto estarás bien...El ya viene en camino ¿bien? A...

Pero ya no pude escuchar su nombre, ya que cerre mis ojos y solo vi oscuridad.