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Lainey miraba con una sonrisa la carta que escribió

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Lainey miraba con una sonrisa la carta que escribió. No planeaba contarle ahora a su hermano sobre su compromiso, primero necesitaba la aprobación de los sultanes y después le daría la noticia al pelinegro.

— de esa manera no dirás qué no hermanito —sonrió burlona para enrollar el papiro y atarlo con un cordón dorado y su sello—

Sabía bien del aprecio que tenían a Navier, habían hablado de ella en una de sus cartas y hasta ella les envío la invitación a la fiesta de año nuevo; lastima que no pudieron ir por asuntos políticos, sabía que su plan no era el adecuado y no sabía cómo reaccionaría Leonor con la noticia.

Comprendía a la pequeña rubia, el dolor de que tú padre prefiera a otra mujer que a tu madre es horrible, aún recuerda esa expresión dolorosa al oír la noticia del divorcio cuando salio del despacho del emperador después de discutir y a Navier con su plan un día antes.

Comprendía a la pequeña rubia, el dolor de que tú padre prefiera a otra mujer que a tu madre es horrible, aún recuerda esa expresión dolorosa al oír la noticia del divorcio cuando salio del despacho del emperador después de discutir y a Navier con...

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☦︎ᵃᵠᵘⁱ́ ᵖᵒⁿᵍᵃⁿ ˡᵃ ᵐᵘ́ˢⁱᶜᵃ☦︎

Leonor, una hermosa y joven princesa de cabellos de oro y ojos de bosque en primavera, la viva imagen de su amada madre Navier Ellie Trovi, inteligente, elegante y fuerte, digna hija de la emperatriz.

— ¿¡por qué!? —grito histérica, la joven princesa apretó sus manos en su pecho— emperatriz ¿¡cómo pudiste ocultarme eso!?

— hija mía tranquila —pidió la rubia, sus ojos deslumbraban tristeza, no pensó que esa noticia golpeara tan fuerte a su joven princesa, intentó tomar las manos de la rubia—

— ¡no me digas que me calme! —ordenó enfurecida para alejarse de la mayor— ¡es increíble que papá haga todo esto por una asquerosa rata!

— no hables así Leonor, sabes que la relación del emperador y yo ya había acabado hace años —suspiro cansada para acariciar su cien, la condesa Eliza y Laura se acercaron para sostenerla, la ex emperatriz había estado muy agotada por la situación— sabías bien que tú padre tarde o temprano traería a otro mujer y se enamoraría de ella, entiende está decisión, es lo mejor para mí y para el

— ¡pero no para mí ni para el imperio, por lo menos hubiera escogido a una noble como su concubina, no una esclava fugitiva roñosa y creída! —gritó encolerizada golpeando con fuerza el piso con su tacón— ¡esto es pura mierda y tú no solo aceptas el divorcio sino también te casarás con el rey del imperio de occidente!

𝐋𝐄𝐃: 𝐂 𝐀 𝐅 𝐔 𝐍 𝐄   [ 𝐻𝐼𝐴𝑇𝑈𝑆 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora