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Ahora sí :v pa que no me digan que no

Ahora sí :v pa que no me digan que no

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Lainey gruñía de rabia. Estaba en la oficina del emperador junto al Barón Lante y Rashta, había pedido; casi entrando tumbando la puerta de su oficina, a su hermano que le quitará la corona que la madre sultana le regaló a Navier, claro que este le pidió que se calmara primero.

Después de dejar a la sultana y que Sovieshu se fuera con la peliplata, la azabache fue a con Artina para ver el ataque que la sultana había sufrido.

Ciertamente le daba vergüenza, se supone que el palacio es un lugar seguro y unos bandidos pudieron entrar muy fácil a los aposentos del sehzade y atacar a la menor de la familia amellek. Al menos le alegraba que la menor supiera defenderse.

Sovieshu al ver que su hermana no se iba a calmar pidió a su amante y al Barón que fueran a su oficina.

— y-yo no pensé que les fuera a molestar —sollozaba entre hipidos, apretaba con fuerza las telas de su vestido—

— Rashta solo dime de donde sacaste la corona —pidió por segunda vez el emperador, acariciaba el puente de su nariz con frustración, le era difícil mantener contenta a la madre de su hija y a su hermana—

— su majestad, Lady Rashta había visto la corona la vez que fue llevada al salón de joyas, pensé que podría usarla

— esa corona fue un obsequio de la valide Hümaşah Mehtap sultan, no debiste tomarla así como si nada —su voz salía tosca y grosera, no haría un escándalo enfrente del Barón pero tampoco le daría gusto a su hermano— las sultanas están molestas, que una concubina use la corona de la emperatriz es denigrante

— duquesa —advirtió el menor de los dos hermanos, la mirada escrueta de la azabache hizo soltar un suspiro para mirar serio a su amante—

También estaba molesto y se sentía algo avergonzado de que los hijos del sultán, o sea, el hijo de la gran valide del imperio, hayan visto que una concubina use una joya tan preciada cómo esa.

— Rashta, la próxima vez pide permiso al Barón Lante o a mi

— ni siquiera esa corona debería ser usada

— es parte de las joyas imperiales, no tiene dueño —recalco la ojigris, Lainey soltó una fuerte carcajada para mirar a la peliplata— ni siquiera la emperatriz

— es un regalo para la emperatriz Navier, solo ella puede usar esa corona

— Lady Rashta, le pido devolver esa corona a su lugar —pidió de manera suave para levantarse de su escritorio y acercarse a ella, está solo bajo la cabeza con la cara roja de la vergüenza, miro con rabia a la duquesa la cual tenía una sonrisa burlona—

— la corona será enviada a la reina Navier al imperio de occidente —Sovieshu solo se limito a asentir ante la orden de su hermana, no discutiría, esa era una mejor solución para evitar más peleas así— junto con las demás joyas que le corresponden a la reina

𝐋𝐄𝐃: 𝐂 𝐀 𝐅 𝐔 𝐍 𝐄   [ 𝐻𝐼𝐴𝑇𝑈𝑆 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora