𝐏𝐢𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐨 | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 3.

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La alarma de su celular la despertó algo sobresaltada para luego levantarse y colocarse su uniforme.

Eran las 5:30 de la madrugada por lo que salió a la cocina ya vestida con su ambo color azul y su bolso con todos sus materiales de trabajo, se preparó un café y mientras lo tomaba sentada en la barra de desayuno mirando su celular, se sobresaltó al sentir uns mano posandose en su hombro, al girar Levi estaba de pie junto a ella, parecía como si no hubiese dormido, tal vez fue descortés mandarlo a dormir al sofá, pero no tenía otro lugar donde menterlo.

—Levi, me asustaste ¿Qué haces despierto tan temprano?

—Lo mismo iba a preguntarte.

Era sorprendente el cambio de actitud que habia tenido con ella, pensar que casi la mata al entrar a su casa ayer, ahora parecia un simple inquilino que la conocía de toda la vida.

Dió un suspiro mientras lo invitaba a sentarse junto a ella.

—Tengo que ir a trabajar, volveré a las 14:00 hs mientras tanto no salgas de aquí, podrías perderte si sales a la calle.

—¿Dónde trabajas?— la curiosidad del soldado era palpante, después de todo, ella era por el momento lo único que tenía.

—Soy enfermera de un hospital— mencionó mientras bebía un sorvo de su café.

—¿Y que haré mientras tanto? ¿Pretendes que me quede aquí hasta que tú vuelvas?— dijo cruzándose de brazos.

—Puedes ver la tele, ayer te enseñé a usarla.

Mia se levantó y se colocó su saco y a la vez una bufanda color blanca bastante ancha para cubrirse del frío de la calle, tomó las llaves de su auto y antes de salir por la puerta se giró a Levi, que aún estaba sentado en la barra de desayuno.

—Por cierto, dale de comer a Tomi, su alimento está en la última alacena, portense bien— dicho aquello, cerró la puerta tras de sí, dejándo a su gato maullando a lado de Levi que lo miraba confundido.

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Así como las horas de guardia en el hospital pasaron rápidas, para Levi en la casa eran lentas.

Por suerte aprendió a usar aquel aparato llamado televisión y alimentó al gato de la chica que dormía en una cama especial para el de color azul con algunos dibujos en un rincón. Sin dudas el aburrimiento asemejaba por lo que decidió hacer lo que más lo apasionaba.

Limpiar.

Tardó en encontrar los productos de limpieza, pero se sorprendió mucho la avanzada tecnología que existía en esa era para la cantidad de cosas que encontró. Leyó detenidamente cada producto y su método de uso, y ya estando un poco informado, comenzó la limpieza.

Si bien la casa no estaba del todo sucia, si estaba desordenada. Acomodó la cocina, tanto los cubiertos separándolos cada uno en su sitio al igual que los vasos y copas, para luego seguir con el living.

Antes de empezar pudo encender la pava electrica que, si lo miraba de otra forma, no era la gran ciencia, pero le resultaba fascinante la cantidad de cosas avanzadas que poseía.

Sin dudas a Hange le hubiese gustado estar allí probando todos aquellos electrodomésticos que ahora estaba aprendiendo a usar.

También encontró un frasco que decía que era para limpiar muebles, lo cual le pareció fascinante el brillo y aroma que dejaba en estos.

Luego pasó a la habitación de la chica, tendió su cama, sintiendo la fragancia de flores que provenía de ella y acomdó su desordenado escritorio que estaba lleno de papeles que solo tenía palabras que no entendía.

Por lo que los acomodó por colores, al igual que los libros apilados en una esquina.

Anatomía II.

Fisiologia II.

Epidemiologia I.

Microbiologia y Parasitologia I.

Nutrición y Dietetología I.

Sociologia.

Muchos títulos extraños y al ver las hojas de algunos, sin dudas era un mundo nuevo para él. Pero a la vez se sorprendió del avance de la medicina para que en esa cantidad de libros contara con tanta información extravagante.

Una vez mas, a Hange le hubiese gustado estar allí leyendo todos esos libros que la chica poseía.

Mientras seguía con la limpieza profunda de aquella casa, se detuvo a mirar las fotografías que colgaban en el cuarto de la chica.

En algunas estaba ella con una mujer y un hombre mayores, por lo que supuso que serían sus padres, en otras, con un grupo de jovénes abrazados entre sí.

Ella estaba en medio, a su lado, un chico más alto que todos de cabello rubio la abrazaba alegre, y del otro lado dos chicas más, una rubia y una castaña de cabello largo hasta la cintura, un casual grupo de amigos que estaban en la playa.

También observó sus títulos colgados en la pared.

Graduada de Técnica Superior de Enfermeria de la Universidad y otros títulos como Auxiliar de Emergencias Médicas y Repostera Profesional.

Sin dudas era una caja de sorpresas.

Las horas pasaban y ella aún no llegaba y ya se había cansado de dar vueltas en el departamento, se suponía que a las 14hs llegaria, y ya pronto marcarían las 15hs, lo que lo hacía poner de mal humor.

Como si con la mente la hubiese llamado, el sonido de la cerradura de la puerta atrajo su atención, dejando ver a la joven algo cansada entrando a la casa.

—¿Dónde diablos estábas? Dijiste que volverías a las 14p.m. — mencionó cruzado de brazos, apoyado contra la pared.

— Lo siento, se presentó una urgencia a último momento y tuve que quedarme más tiempo.

Mia se recostó en el sofá no sin antes sonar su espalda y muñecas, sintiéndo alivio de solo hacerlo. Levi aún la observaba, sin dudas se veía cansada, pero al menos ya estaba de vuelta en la casa.

—Bueno, vístete, irémos al centro a comprar unas cosas— dijo mientras pasaba a su cuarto en busca de ropa.

Mia se colocó unos mom jeans claros con roturas en las rodillas y un sweter color blanco, mas el saco que anteriormente se había colocado.

Se peinó un poco dejando su cabello suelto y con un poco de maquillaje salió al living encontrandose con Levi tratando de colocarse una botas que anteriormente usaba el día que llegó. Sin dudas algo incómodo, por lo que volvió a su cuarto para ofrecerle unas vans clásicas y un buzo color gris para convinar su atuendo. Ya vestidos, tomó una mochila negra pequeña, guardando sus pertenencias y las llaves del auto, y juntos salieron del departamento.

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