𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 5.

765 91 0
                                    

...

—Vamos, estás bromeando ¿verdad?—  mencionó nerviosa.

La tan famosa guerra de la que le había hablado antes omitía un pequeño detalle que no le contó, era una guerra contra supuestos titanes. Levi le había contado todo, y como era de esperar Mia no le creyó.

—Dices que eres del año 854, entonces ¿cómo es que de pronto apareces en el 2022?— mencionó cruzada de brazos.

Levi se llevó una mano a la sien, explicarle todo aquello llevaba a preguntas que, obviamente, el no tenia las respuestas.

—No lo sé, pero está en tí creerme o no— mencionó rendido.

—Claro que no creo lo que estás contándome, estuve a punto de llamar a un psiquiatra cuando mencionaste eso de los titanes— rió un poco, pero al verlo tan serio se asustó —¿Es enserio?

Levi asintió, mientras que Mia consideró de verdad llamar a un especialista.

De pronto, recordó que cuando Levi se probó la ropa ella habia buscado en internet palabras claves para saber su país de origen, y recordó aquellas leyendas.

Se levantó rápidamente y fue en busca de su laptop para luego sentarse junto a Levi y entrar a Google.

—Sé que en la mitología griega existe el reporte de los titanes que gobernaron el cielo y la tierra antes de Zeus, pero tu historia no tiene nada que ver con Grecia, por lo que podemos buscar alguna leyenda o reporte antigua que sea coincidente con tu historia— mencionó tecleando en la laptop.

—¿Eso es posible?— comentó Levi observandola, realmente no le interesaba mucho ya que él mismo lo había vivido, pero si ella quería pruebas, pues bienvenidas sean.

Estuvo un rato buscando página por página, hasta que encontró una que mostraba una ubicación de islas al noroeste de Japón y cerca de Corea del Sur.

—Aquí dice que existe la creencia de una raza maldita que era exiliada a una de las islas que estaban en el mar de Japón, tal vez alguna de esas sea de donde tu provienes— mencionó mientras se cruzaba de brazos y se recargaba en el sofá —y tal vez ese lugar donde ocurrió tu guerra pudo haber sido en antiguas tierras de Corea... aunque esto no explica como llegaste aquí.

—Eso es lo que a mí me gustaría saber— mencionó observando la pantalla de la laptop, viendo una imagen extraña al costado de la página —¿Qué es eso?

Mia apretó la pequeña imagen abriendo una nueva ventana para así observala mejor, quien la acompañaba con un párrafo.

Mia apretó la pequeña imagen abriendo una nueva ventana para así observala mejor, quien la acompañaba con un párrafo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—La mitología antigua cuenta que 2000 años a.C. cayó sobre un cuarto de una raza la maldición de demonios inimaginables que rondaron la tierra hasta su posible extinsión a causas desconocidas. Estos demonios eran conocidos como los hijos de Ymir, según reportes de antiguos pergaminos...— leyó en voz alta.

—Es ella— señaló Levi —es la fundadora...

—Bueno, parece que tal vez tu historia si es cierta... pero esto no explica como apareciste aquí de la nada, aparte dijiste que estabas herido ¿Cómo es que ahora no tienes ni una cicatriz?

—Creeme, si lo supiera, te lo diría.

Ambos quedaron en silencio observando la pintura de la página, sin dudas ahora todo cobraba un poco de sentido, pero la pregunta más importante no tenía respuestas.

—Existe una teoría de la reencarnación, que tal si en esa guerra moriste y luego volviste a nacer, solo que... apareciste de la nada en mi casa...— su teoría se fue al caño.

Levi la miró fastidiado, sin dudas eso era menos coherente que toda la historia que le había contado de Eren y los titanes cambiantes.

—Sé que creeras que esto es una broma, pero no tengo por qué mentirte mocosa— dijo Levi para luego levantarse para irse al baño, cerrando la puerta tras de sí.

Mia se acostó en el sofá tratándo de analizar la situación, por más vueltas que le dieran al asunto no había una explicación ni siquiera fantaseosa del porqué la llegada de aquel hombre, y aunque ya se había acostumbrado a tener su compañía, aún seguía siendo un completo extraño a ojos de ella, un verdadero misterio.

Sintió algo peludo rozar sus piernas, para bajar la mirada y encontrarse con Tomi, su gato, quien se acercó hasta ella proporcionandole cariño, algo inusual en el pequeño animal.

—Ojalá fuera tú Tomi, tú si que vives como un rey sin preocupaciones.


...

𝐏𝐢𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐨 | 𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora