«Todos conocen el cuento del Rey Midas, ese que transformaba con su toque todo en oro.
Se han descubierto tesoros por el mundo de imposible construcción, tesoros labrados en oro tan grandes como una casa, imposibles de obtener o conseguir. Porque casi todos están enterrados en el mar.
O eso dicen los marinos.
Eso cuentan las leyendas. Porque a veces, cosas tan imposibles de creer es mejor dejarlas así, como una leyenda.
Si a lo inexplicable le das una razón plausible que lo haga creíble, deja de existir el mito, y, por ende, el razonamiento humano comienza a caer en dudas y cuestionamientos.
¿Se puede convertir el agua en vino?
¿Se puede convertir una roca en una pepita de oro?
¿Le pueden nacer alas a un ser humano?
Bueno, del carbón más mugriento se puede obtener un hermoso diamante, ¿por qué nadie ve la magia en eso?
De la unión de dos células se puede crear un ser vivo, ¿y nadie sigue sin ver la magia?
Con un simple beso se puede manipular un corazón, y con el miedo puedes manipular la mente.
¿Cómo es posible que nadie vea el poder tras esas acciones?
Se dice que el ser humano se transformó a través del tiempo, que antes éramos criaturas marinas, que luego habitamos los árboles, hasta que aprendimos a mantenernos en dos piernas.
Nos erguimos, crecimos, descubrimos el fuego, evolucionamos.
Y la magia sigue sin existir.
A ojos de cualquier historiador errante, nosotros mismos podríamos ser un mito, pero no lo somos, porque nos vemos y somos tangibles.
Pero la magia tras nuestra existencia a nadie le llama la atención.
Ni el más erudito de los genios ha sabido decir de dónde venimos ni a dónde vamos, porque el inicio de la existencia y el fin de la misma es un misterio.
A no ser que recuerdes.
Y no todos tienen la dicha de recordar.
Porque todos olvidamos, y olvidamos porque tenemos que descubrir esa magia mientras estamos aquí.
Todos somos Midas. Todos tenemos ese poder, pero nadie lo sabe, todos lo ignoran, porque nadie cree. Nadie cree que tenemos la magia.
Porque hablar de magia es un mito, una fantasía.
Entonces llamémosle por su nombre: transmutación.
Venimos de una célula que se transforma en algo corpóreo, que habla, escucha, se mueve y crea. Y después tenemos ese mismo poder de volver a crear vida.
¿Siguen sin creer que somos mágicos?
Bien. Al morir, perdón, al trascender, porque nada muere realmente, estos cuerpos densos se vuelven polvo, alimentan la tierra y de la tierra nace una planta. Alimentamos a los insectos, ellos polinizan y fertilizan el suelo que pisas.
¿Y sigues sin creer que eres pura magia?
El día que lo descubras será el día que el Kaos se vaya a dormir para siempre, porque comprenderás entonces, que eres por ti mismo, un pequeño Dios.
Eres un Midas.
Todos somos Midas. Y ese es el secreto mejor guardado del universo.»
Extracto del ensayo sobre la evolución humana, la vida y la muerte.
Akram Rashid en cooperación con Eydis Solmundusdottir para alumnos del Trinity College.Mayo 1994, Dublín.
NOTAS:
Inicio primer capítulo, 6 de Mayo 2022.
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Crossroads - A Través de la Oscuridad (Libro 3)
Fantasy𝙀𝙡 𝙘𝙪𝙚𝙣𝙩𝙤 𝙣𝙤 𝙝𝙖 𝙖𝙘𝙖𝙗𝙖𝙙𝙤. 𝙀𝙡 𝙘𝙞𝙘𝙡𝙤 𝙣𝙤 𝙝𝙖 𝙘𝙤𝙢𝙚𝙣𝙯𝙖𝙙𝙤. 𝙇𝙖 𝙝𝙪𝙢𝙖𝙣𝙞𝙙𝙖𝙙 𝙣𝙤 𝙝𝙖 𝙙𝙚𝙨𝙥𝙚𝙧𝙩𝙖𝙙𝙤, 𝙨𝙤𝙡𝙤 𝙨𝙞𝙜𝙪𝙚 𝙙𝙤𝙧𝙢𝙞𝙙𝙖, 𝙨𝙤𝙣̃𝙖𝙣𝙙𝙤. 𝙔 𝙡𝙤𝙨 𝙖𝙢𝙖𝙣𝙩𝙚𝙨 𝙨𝙚 𝙨𝙞𝙜𝙪𝙚𝙣 𝙗𝙪�...