The New Testament of Devil King and Fallen Queen.

Epilogo

-En la noche del festival-

El medio de la noche en su punto más alto donde los demonios encontraban toda su fuerza completa, con la luna creciente apenas formándose en el hermoso astro rey, las estrellas que funcionaban como pequeñas bombillas iluminando poco la oscuridad debajo de sí misma.

Para esa hora el festival había terminado y los puestos se encontraban con las luces apagadas, ni una sola alma se encontraba alrededor y continuaría de esa manera hasta el día de mañana cuando investigadores aparecieran para hacer el reporte de la masiva energía demoniaca que baño por completo la zona.

Fueran miembros de los clanes Omnyodos o tal vez aquellos que manejaban el tema de la magia en todo Japón, tal vez incluso el escurridizo clan de héroes mandaría oculto en las sombras a un investigador para saber el origen como una perfecta excusa.

Más por el boque alrededor de la ciudad, un grupo de sombras se movía con sumo silencio, casi como si fueran fantasmas errantes que daban un paseo nocturno y con todo el asunto del Señor del Abismo, no sonaba imposible.

Sin nada de luz que delatara sus figuras quien estuviera en esos momentos dando un paseo, este solo pensaría en haber visto pasar un animal rápido como un zorro o incluso un ave detrás de una presa pequeña en el suelo, pues meras sombras en estelas era la única cosa que podía asegurar su existencia ante la ausencia de huellas en su andar.

– Esperen un momento – Al menos hasta que una voz detuvo al grupo entero – Encontré algo que podría interesarle, señor – Comentó la misma voz con un tono divertido riendo entre dientes por su descubrimiento.

Una gran sombra se mostró a espaldas del mismo quien ocultaba su identidad con una capucha en eso momentos, más sus ojos verdes brillaban dentro de la oscura capucha como sus dientes con afilados caninos semejantes a perlas.

La gran sombra miró entonces lo que su guerrero había encontrado y era una cabeza decapitada a la perfección, no había ni una sola irregularidad en el corte ni tampoco un solo trozo extra o faltante, un corte fino y directo que demostraba una maestría monstruosa con la espada inhumana.

Más incluso con su fanatismo por la violencia y la locura, ni siquiera uno de ellos se pondría tan contento o presumiría de una cabeza decapitada... que no haya decapitado uno mismo.

Un cabello blanco ahora lleno de mugre y lodo por todos lados de facciones atractivas casi semejante a la de un príncipe, más con tierra por todos lados y con un palo atravesando su ojo izquierdo, su boca abierta con su lengua doblada de forma asquerosa y con algunos dientes caídos por completo, más increíble era el hecho de que fue fácil reconocerlo.

– Así que este fue el destino del General del Muro Inamovible, Humpty Dumpty – El líder comentó con un tono divertido mientras su sonrisa crecía – Esto sin duda avanzara la cacería del Clan de los Héroe a por la heredera de Wilberto como también a los otros generales demoniacos, más eso no es lo que nos interesa – Entonces el líder comentó con desinterés retomando su camino.

Como zorros corriendo por su territorio se movían con una gran coordinación cada uno mientras avanzaban sin problemas con las ramas del suelo o incluso su propio peso de ir saltando por las ramas, sin nada que pudiera detenerles pues realmente no había nada ni nadie tras los eventos del ritual prohibido causado por el ahora fallecido general del Makai.

En cuestión de un par de minutos las sombras encapuchadas se detuvieron mientras miraban la montaña más alta del pueblo como también, un terreno sagrado del clan Tsuchimikado, aunque en esos momentos era el objetivo al cual buscaban llegar.

La Montaña sagrada de Miyama.

Gracias a toda la energía maligna nacida del limo oscuro que caía de otro mundo envuelto en caos y devastación, la fuerza sagrada que debilitaría demonios como maldades poco a poco se debilitaba y sin duda mañana aquellos emisarios del Omnyodo restablecerían tan rápido y eficiente como se esperaría.