Control

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2005

Cuándo abrió los ojos esa mañana y tocó el lado derecho de la cama lo notó vacío, así que lentamente se puso de pie y revisó cada rincón del apartamento, llamándolo suavemente porque no le gustaba que alzara mucho la voz por las mañanas. Suspiró de alivio al notar que él no estaba.

¿Alivio?

Shinobu quiso convencerse a sí misma que no había sido por alivio. No quiso pensar que el hecho de que no estuviera le traía cierto confort que la hacía sentir culpable. Se dijo a sí misma que esa sensación era por el desacuerdo que habían tenido la noche anterior debido a que llegó tres horas tarde y él estaba realmente mortificado.

Lo suficiente cómo para gritarle.

Pero lo dejó pasar, cómo siempre, ya que después de todo estaba preocupado por ella. Decidió alejar los pensamientos negativos de su mente, lo usual, y simplemente tomó una ducha, desayunó y se colocó los auriculares para escuchar algo de música y pasar su día tranquila leyendo esos BL's que Mitsuri le había recomendado con tanto entusiasmo y los que le hacía mucha ilusión leer.

El tiempo pasó volando y Shinobu estaba sumergida en las historias. Riendo, llorando, enojándose, llenándose de pura ternura y sintiendo cómo su rostro se calentaba por las escenas subidas de tono. Extrañaba esos días, esas sensaciones.

Tan metida en ello estaba que no notó su llegada.

Y cuándo sintió el beso en su cabello, su pulsó se aceleró dolorosamente. No con entusiasmo, no con amor.

Miedo.

Porque le temía,aunque no quisiera admitirlo.

Sin embargo se forzó a sonreír, quitándose los auriculares con increíble velocidad y escondiendo la pantalla del teléfono contra su estómago.

— Bienvenido. No me avisaste que ibas a salir. — "Nunca lo haces, pero yo siempre debo hacerlo"; pensó pero no lo dijo, seguro hubo una razón por la cuál no pudo avisarle que salía. Douma sonrió, de esa manera que lo hacía ver tan atractivo.

— Es tu día libre, y dormías tan tranquila que no quise despertarte. ¿Qué leías? — un estremecimiento recorrió su espalda seguido de una fina capa de sudor frío, y respiró profundo buscando en su mente la mentira más creíble para decir. Pero no tuvo tiempo.

Douma practicamente le arrancó el teléfono de las manos y Shinobu sintió su estómago revolverse, la incomodad asentándose en su pecho al ver el ceño fruncido de su novio. Lo vio bajar el aparato de su vista y sobarse el puente de la nariz, para luego mirarla con esos ojos arcoíris que a veces adoraba y otras temía.

— Ya habíamos hablado de esto Shinobu. — se sintió desesperada al escuchar la manera en que decía su nombre, así que intentó justificarse de la mejor forma posible.

— Lo sé, lo sé. Pero Mitsuri me los había recomendado y hace tanto que no leo ninguno y realmente quería. Lo siento, en serio lo siento.

— ¿Mitsuri te los recomendó? Ayer llegaste tardísimo por pasarla con ella, y ahora esto. Ya habíamos dejado claro que no era normal que siguieras leyendo estas cosas de maricones. ¿Sabes qué? No te diré más nada, simplemente tendré que borrarlos cada vez que los encuentre en tu teléfono, aunque espero no vuelva a suceder. Iré a bañarme, toma. — Y lanzó bruscamente su teléfono al sofá para luego irse hacia el cuarto de baño.

Shinobu tomó el teléfono con manos temblorosas y lo revisó, notando que en efecto, los había borrado todos. Así que hizo lo que acostumbraba a hacer desde que se habían mudado juntos hace un mes: darse excusas a sí misma.

Siempre excusas.

— Lo siento por ser así.


2010

Finalmente había encontrado un chance en el día para leer un rato. Cómo siempre Mitsuri le había recomendado algunos BL's que por suerte ya estaban culminados, así que no tendría que sufrir por la espera de un próximo capítulo. Él aún no había llegado, así que fiel a su rutina se acomodó en el sofá con una taza de café, y con auriculares puestos comenzó a leer. Adoraba esos momentos dónde no sentía el paso del tiempo.

Leía una escena tristísima cuándo su novio finalmente llegó a casa, sin embargo, tan ensimismada cómo estaba en lo que sucedía no lo escuchó. Así que de pronto sintió unas suaves y grandes manos tomarla del rostro y alzarlo, topándose con esos ojos azules que tanto adoraba mirarla con genuina preocupación.

— ¿Giyuu? ¿Acabas de llegar?

— ¿Qué pasó Shinobu? Estás llorando. — señaló él con clara consternación en su voz, así que incrédula llevó sus manos a sus mejillas, notándolas húmedas y confirmando que en efecto, estuvo llorando. A su mente regresó la escena que acababa de leer y las lágrimas aumentaron mucho más.

— Es que ... él murió ... y ... no pudo superarlo y lloró mirando sus fotos y ... y ... luego mostró una en la galería y parecía que seguía vivo y ahí, y es tan triste. — Explicó entre hipidos y movimientos de manos temblorosas. Vio a Giyuu suspirar y tumbarse a su lado en el sofá. Con una suave sonrisa hizo que acomodara su cabeza en su hombro mientras le acariciaba el cabello.

— Vamos, llora todo lo que quieras y luego me cuentas. — Y eso hizo, estuvo un ratito llorando y soltando hipidos y cuándo finalmente se calmó, él tomó un pañuelo y le secó las lágrimas restantes para luego dejar suaves besos en sus ojos enrojecidos. — ¿Mejor?

Shinobu asintió con la cabeza.

— Ahora sí, cuentame porqué llorabas. — Shinobu vaciló, Giyuu jamás le había prohibido leer o hacer lo que quisiera, pero todavía tenía esa espina de inseguridad. Las palabras hierentes resonando en su cabeza. "No es normal", "Es estúpido" "Te prohibo hacerlo". Sentía que de pronto se abría un hueco en el sofá y se la tragaba, lanzandola hacia un lugar oscuro y desconocido.

Ante su falta de respuesta Giyuu tomó su teléfono y le dio un breve vistazo, y en ese momento Shinobu se sintió desfallecer.

Sin embargo no sucedió lo que esperaba.

Con él nunca sucedía lo que esperaba.

— ¿Es por un manga que te recomendó Kanroji? ¿De qué trata? — Le preguntó con suavidad, devolviendole el teléfono. Shinobu sintió cómo el miedo en su corazón se desvanecía, las nubes de tormentas y palabras hirientes despejandose de su cabeza, así que en un impulso lo abrazó y se acomodó bajo su brazo, descansando sobre su pecho, para comenzar a relatarle la historia. Sabía que él la escuchaba con atención, Giyuu siempre la escuchaba con atención, mientras sus largos dedos dejaban caricias en su cabello. Cuándo terminó alzó la mirada para ver su reacción y entonces había una sonrisa divertida en su boca.

— ¿Por esto es que te tardas tanto cuándo sales con Kanroji?

— Yo bueno, sí, lo siento.

— ¿Por qué te disculpas? Está bien Shinobu, sé que Kanroji se emociona cuándo habla de lo que le gusta y puede pasar horas en ello, además si a ti también te gusta está bien. Es lindo que tengas amigas que compartan tus preferencias y con las que puedas hablar de ello. Puedes llegar a la hora que quieras, solo mandame un mensaje avisando.

Explicó él con ese tono de voz que le causaba cosquilleos agradables en el estómago. Un calor maraviloso estalló en su pecho, sumiendola en una nube de felicidad. Así que siguiendo un impulso lo besó brevemente. Disfrutando de la sonrisa enamorada que se formaba en su atractivo rostro cuándo lo hacía.

Porque él sí la amaba.

— ¿Quieres que lo leamos juntos de nuevo? — la pregunta solo pudo hacerla aún más feliz, así que lo miró con una sonrisa divertida.

— ¿Estás seguro? Banana Fish te hará sufrir.

— ¿Banana Fish? ¿Qué clase de nombre rídiculo es ese? — Y ambos estallaron en risas que inundaron el apartamento. Esa noche se la pasaron llorando mientras leían el manga y riendose luego de sus caras llorosas y ojos hinchados.

Real Love Doesn't Hurt (GiyuuShino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora