Epílogo: The Sweetest Heart

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2010

La vida tenía maneras curiosas de hacer las cosas realidad. Pero Giyuu agradecía la forma en que se había trazado su camino, y el cómo, de un momento a, otro había encontrado el de Shinobu en una encrucijada para que luego ambas sendas se fundieran en una sola. Todo se volvía más fácil cuándo caminabas tomado de la mano de la persona correcta. Así que observó con adoración la forma en que su prometida se preparaba frente al espejo.

— No tienes que hacer esto si no quieres. — le comentó suavemente, notandola mirarlo de reojo a través del reflejo de la superficie. Una tenue sonrisa curvó los labios de la hermosa mujer, sintiendo que volvía a enamorarse de ella.

— Lo sé. Pero aún así quiero hacerlo, ella sigue siendo tu madre.

— Sabes que no te culparé si no quieres ir. A veces ni mi padre la soporta. — le rebatió nuevamente. Le encantaba cómo cada día ella lucía más confiada de sí misma, ese amor propio que había aprendido a desarrollar la embellecía aún más.

— De verdad quiero hacerlo, deseo convertirme en tu esposa con todas las de la ley. — cuándo finalmente Shinobu terminó de maquillarse y peinarse, Giyuu se acercó hasta ella, abrazándola por la espalda y plantando pequeños besos en su cuello.

— Aún si el cielo y la tierra se oponen, yo me voy a casar contigo. — le susurró al oído, notando cómo se calentaban sus orejas y sus mejillas tironeaban en una amplia sonrisa.

— Estás siendo tan cursi.

— Quiero que te enamores más de mí. — replicó, sonriente también. Shinobu se volteó para besarlo con suavidad, destilando amor a través de sus ojos, pero asegurándose también que no se le corriera tanto el labial.

— Te está funcionando.

— Me alegra saberlo. — y la besó de nuevo, con un poco más de fuerza. Y ella lo apartó levemente, replicándole que ya era hora de salir y que tendría que retocarse de nuevo.


2012

Había llegado cansado del trabajo y lo único que necesitaba era un abrazo de su esposa. Y ella ya lo estaba esperando, regalandole ese contacto que reponía sus energías. Cuándo se separaron, la vió vibrar de emoción y arrastrarlo de la mano hacia la cocina, dónde lo esperaba encima de la mesa una caja de tamaño mediano.

— ¿Qué es esto?

— Ábrelo. — fue lo único que ella le respondió, así que Giyuu le hizo caso, destapando la caja y encontrado adentro una juego de ropa, de tamaño muy pequeño, idéntico al que él usaba para ir a trabajar, hasta tenía la gabardina y una maletita.

— ¿Qué es esto?

— ¿Qué crees que sea?

— No lo sé. — le respondió, confundido, y notó cómo Shinobu rodaba los ojos y lo miró dejando salir un suspiro, cuándo de pronto, su mirada se cristalizó, parecía contener un llanto y al mismo tiempo sonreía.

— Eres tan idiota a veces. Estoy embarazada Giyuu, tengo seis semanas.

Giyuu sintió que había sido disparado hacia el cielo de tanta felicidad, así que se abalanzó hacia su esposa para abrazarla con fuerza mientras lloraba en su hombro.

— No estás bromeando conmigo, ¿cierto?

— Claro que no, ya lo confirmé en el hospital.

— Oh, Dios, esto es tan bueno, en serio. Te amo tanto — y se quedaron un rato abrazados, disfrutando de el precioso momento que iniciría una nueva etapa para ambos.

No se habían conocido de la mejor manera, pero sus vidas continuarían inundadas de felicidad. Podrían enfrentarse a situaciones díficiles, pero cuándo el amor es de verdad, no duele.


Real Love Doesn't Hurt (GiyuuShino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora