2005
Esa noche la había invitado a una cita, así que estaba muy emocionada por ello. Se había arregaldo para la ocasión con un vestido que él le había escogido y que la cubría desde el cuello hasta los pies, pero con él que más solía elogiarla y decirle lo bonita que se veía.
La había llevado a un restaurante carísimo y elegante, y la noche estaba llena de sus sonrisas y palabras cariñosas. Hasta que llegó el momento de la cena y ella nuevamente se confundió de tenedor, tragando fuertemente al notar la desaprobación en su mirada. Pero no importaba realmente, él solo era algo quisquilloso, no tiene nada de malo, ella podía aprender. Pensó que lo mejor sería hablarle acerca de lo que había sucedido en su trabajo que la traía bastante emocionada.
— ¿Y que crees acerca de eso? — le preguntó luego de relatarle, notando el poco interés que le ponía mientras picaba con premeditada elegancia la carne en su plato.
— ¿Qué que creo? Sabes bien lo que creo. — cuándo terminó de picar la carne colocó el cuchillo a un lado, en la posición perfecta, cómo si de un manual de etiqueta se tratara. — Estás perdiendo tu tiempo, no es cómo si estuvieses haciendo algo relevante.
Shinobu respiró profundo y retuvo el aire en sus pulmones, luego lo soltó suavemente y le preguntó.
— ¿Qué significa eso?
Sabía lo que significa, sabía bien lo que creía, pero todavía quería vivir en la negación.
— Es que es algo obvio. No es cómo si fueses una renombrada doctora cómo tu hermana. Kanae si hace algo importante siendo una neurocirujana, salva personas. En cambio tú, eres veterinaria, trabajas largas horas para ganar una miseria. ¿Haciendo qué? ¿Rescatando perros y gatos de la calle que seguramente abandonaron por una razón? Estás realizando además un trabajo que no te toca. Deberías limitarte a hacer solo lo que te dicen. — le comentó lentamente, con parsimonia y articulando cada palabra, cómo si no estuviese diciendo algo fuera de lo normal para luego beber de su copa con vino tinto.
Shinobu no podía creer lo que escuchaba.
No quería creer lo que escuchaba.
Porque no era cierto. Porque él había estado ahí, la había visto. Estaba ahí cuándo llegaba cansada de la universidad, en sus largas horas de estudio, en sus noches de insomnio. Había visto la mordida en su mano que le había hecho un perro rescatado. Estuvo ahí cuándo ella pasó la noche llorando por un gatito lastimado que no logró sobrevivir a pesar de lo mucho que ella se había esforzado cuidándolo.
Quería decirle todo eso.
Pero no lo hizo.
Simplemente se mordió el labio inferior y se dijo a sí misma que no tenía que preocuparse, porque Douma no comprendía. Él no lo quiso decir de esa forma, solo que a veces no sabe cómo expresarse. Él no piensa eso en realidad.
Sí que lo hacía, pero tenía que excusarlo siempre.
— Es por esa razón que te he dicho que no necesitas trabajar. Yo puedo mantenernos a los dos y darte todos los lujos que quieras. Así dejas de perder tu tiempo en eso. — volvió a decir luego de terminar de beber su vino, sonriendo de lado y dejando colarse la burla en sus palabras.
Shinobu tuvo que retener el impulso de taparse las orejas con las manos.
El impulso de salir corriendo de allí.
No quería seguir escuchando.
Ya lo sé. Detente. Lo sé muy bien.
2010
Giyuu estaba de espaldas lavando los platos y cubiertos, y al escuchar la noticia dejó caer bruscamente una cuchara en el lavabo. Shinobu se sobresaltó por el sonido, y comenzó a pensar lo peor. Después de todo, ¿qué era eso comparado con el grandioso trabajo que él tenía? Intentar igualar al más renombrado detective privado de Tokyo dueño de por supuesto, la mejor agencia, con una simple subdirectora de una clínica veterinaria era una completa locura, lo suyo era una idiotez en contraposición con lo que su novio hacía.
Pero, cuándo Giyuu se volteó a verla, había una enorme sonrisa en su boca, sus ojos azules brillando emocionados. Shinobu sintió que el peso en su estómago se transformaba en cosquilleos enamorados.
— ¿De verdad? ¿Cuándo pasó eso?
— Justo hoy me ascendieron a subdirectora. Por supuesto quiero seguir haciendo los trabajos de campo y ayudar a los rescatadores de animales. Sé que no es algo impresionante pero ...
— ¿Qué no qué?¿Cómo que no es impresionante? — le interrumpió de inmediato, acercándose rápidamente hasta ella que estaba sentada sobre la meseta de la cocina, se hizo un espacio entre sus piernas y la tomó del rostro para dejar un montón de besitos que la hicieron reír suavemente y luego culminar con uno en sus labios un poco más largo y que le robó el aliento en un buen sentido. — Felicidades bonita, sé que querías este ascenso y te lo mereces, después de todo eras la mejor veterinaria que conozco. Estoy seguro que cuándo Tamayo se jubile tú serás la próxima directora. Es decir, ¿quién mejor que tú para ese puesto?
— También está Yushiro. — le recordó con una sonrisa pero Giyuu le dio un fugaz beso a modo de silenciarla.
— Cállate, que eres la mejor dije. Confía en mí que soy detective, y ahora tengo de novia a la mejor veterinaria de la clínica, no, espera, no solo de la clínica, de todo Tokyo también, que además es subdirectora, rescata animales y los cuida, es amorosa, amable, inteligente, muy capaz, preciosa con todo lo que se ponga. Sí que soy afortunado, que digo, hombre más afortunado que yo no hay, es decir, tengo a esta tremenda mujer de novia. ¿Quién lo diría? — enumeró él con una sonrisa sincera y un brillo en su mirada que le aceleró el corazón. Así que lo tomó del rostro para comenzar una sesión de besos allí mismo.
La sonrisa no se iba de su boca, apreciando el cálido sentimiento que hacía desaparecer sus inseguridades.
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Real Love Doesn't Hurt (GiyuuShino)
Fanfic"Si hay algo que Shinobu aprendió, es que el verdadero amor no duele." Adaptación del fanfic Drarry: Diferencias de la autora Boca_de_Serpiente, sus respectivos créditos para tan maravillosa escritora. AU Hurt/Confort Angst/Fluff Final feliz Este fa...