Registro de Contraataques de Transmigracion Rápida de la Carne de Cañon (2)

Capítulo 343: ¿Por qué el tratamiento fue tan diferente?

Después de que Wen Ruhua les dio un buen susto a estos pequeños bandidos, se dio la vuelta para mirar a Ning Shu. Extendiendo la mano hacia ella, dijo con frialdad: –Primo, ven aquí.

– ¿Parezco estúpida? –Ning Shu dio un paso atrás. Solo estaba el río detrás de ella, por lo que no tenía Ningún otro lugar al que retirarse.

Wen Ruhua sonrió, revelando sus brillantes dientes blancos. Su voz sonaba hipnótica cuando dijo en voz baja: –Bai Qinxiang, ven aquí. ¿Me estás pidiendo que vaya personalmente a buscarte? ¿Estás esperando a tu guardia? –, Wen Ruhua luego dijo con frialdad: –Podré atraparte antes de que se acerque.

Comenzó a caminar con su espada. Ning Shu dijo de inmediato: –¡No vengas aquí! Si das un paso más, ¡saltaré! ¡Realmente lo haré!

–Basado en cuánto amas la riqueza y la influencia, no hay forma de que puedas soportar matarte–. Wen Ruhua ni siquiera se detuvo. Claramente entendió muy bien a Bai Qinxiang.

El rostro de Ning Shu se llenó de pánico mientras se levantaba la falda y gritaba: –¡Aléjate! Yo... realmente saltaré.

Wen Ruhua ya no era como antes. No era un erudito solitario y ahora tenía muchos subordinados, por lo que no había forma de que ella pudiera vencerlo.

Sintió que había estado actuando como una tonta y cortejando a la muerte. Si no fuera por el hecho de que actualmente tiene la piel de una protagonista femenina, su tumba probablemente ya estaría cubierta por hierba de dos pies de altura.

Ay...

–¡Wen Ruhua, realmente voy a saltar! ¡Joder, realmente voy a saltar! – Gritó Ning Shu mientras apretaba sus manos alrededor de su falda.

Wen Ruhua solo se burló.

Ning Shu respiró hondo. Sabía que no podía permitirse caer en las manos de Wen Ruhua. Si lo hiciera, probablemente se reduciría a seguir la historia original y a ser atormentada por Wen Ruhua. Ahora que tenía tantos bandidos bajo su mando, basado en cuánto la odiaba, probablemente la haría servir a estos bandidos como una prostituta.

Cuando los pensamientos de Ning Shu llegaron a este punto, ya no dudó y saltó al río. Se atragantó con un poco de agua, pero cuando salió a la superficie, pudo escuchar a Wen Ruhua gritar: –¡Bai Qinxiang, no te dejaré escapar incluso si mueres!

–Escape– Apareció el guardia oculto.

Si hubieras aparecido un segundo antes, ¡no habría tenido que saltar!

Los rápidos eran muy fuertes, por lo que Ning Shu desapareció en unos segundos. El guardia oculto fue inmediatamente a buscar a lo largo del río. Mientras tanto, Wen Ruhua gritó a los bandidos: –¡Encuéntrenla! ¡Incluso si ella muere, quiero ver su cadáver! ¡Bai Qinxiang, desgraciada!

Los golpes de las olas dolían mientras hacía todo lo posible por mantener su cuerpo fuera del agua. Cuando Ning Shu recordó que Mu Yanmeng había saltado al río, herida, justo después de un aborto espontáneo, sintió que su elección no era tan desesperada en absoluto.

Desde el principio, Wen Ruhua fue una persona muy imperfecta con una personalidad de mierda. Si hubiera estado en el mundo moderno, definitivamente se habría convertido en un terrorista y habría amenazado la estabilidad de la sociedad. A partir de ahora, se había convertido en un bandido, por lo que probablemente causaría disturbios dondequiera que fuera en nombre de la justicia.

Fue realmente repugnante.

Después de nadar como perrito por un tiempo, estaba completamente exhausta. Una fuerte corriente subterránea se estrelló contra ella. Fue tan doloroso que sintió como si su cuerpo estuviera siendo destrozado, por lo que se desmayó.

Cuando se despertó, la habían arrastrado a la orilla, pero la mitad de su cuerpo todavía estaba sumergido en el agua. Afortunadamente, había sobrevivido, pero ¿no se suponía que debía estar en la casa del médico piadoso en este momento?

¿Por qué la dejaron aquí?

Ambas eran protagonistas femeninas, ¿por qué el trato fue tan diferente?

Ning Shu intentó moverse y sintió un poco de dolor. Tenía un corte en el brazo, probablemente dejado por un arrecife sumergido.

Miró a su alrededor y vio que había alguien cerca. Estaba sentado junto al río con un traje blanco y parecía estar pescando.

Ning Shu gritó de inmediato: –¡Héroe, por favor sálvame!

El hombre se dio la vuelta y miró a Ning Shu, luego tomó su caña de pescar y su canasta de bambú para alejarse.

Mierda, nunca había visto a una persona tan desalmada.

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