Dime en qué estoy pensando

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Damian se enterá que Anya Forger puede leer la mente de las personas.

Más de una vez lo sospecho, aunque eso fue cuando era niño y aún creía en cosas como Santa Claus o que si se esforzaba lo suficiente, para convertirse en un académico imperial, su padre comenzaría a prestarle atención. Ya sabes, cosas que un niño creé y luego cuando crece se da cuenta que eran falsas.

Ahora, de adolescente, Damian sabía que Santa Claus no existía y su padre seguía sin prestarle atención, aunque ya era uno de los mejores académicos imperiales, así que siguiendo está lógica Anya Forger tampoco podía leer la mente de las personas.

O eso era lo que estaba creyendo hasta hoy, cuando está siendo perseguido por unas personas enmascaradas que, según ellos, la chica a su lado era un experimento que se escapó de los laboratorios militares ostanianos hace trece años.

¿Qué mierda es esto?  Piensa mientras mira a Anya que está corriendo unos pasos más adelante.

—Prometo que responderé todas tus preguntas cuando estemos en un lugar seguro Sy-on boy —le gritó la chica antes de darse vuelta y tomarlo de la mano—. ¡¡Corre más rápido!! —dijo mientras comienza a arrastrarlo por los pasillos.

La desesperación de Anya se le esta contagiando. Pronto, Damian dejó de lado la incertidumbre para dar paso a la adrenalina que lo impulsa a seguir el ritmo de Anya en su frenética carrera. Le echó un vistazo a la chica a su lado, ella se veía tan abatida por la situación, unas lágrimas se estaban asomando por sus ojos verdes pero se notaba que se esta conteniendo para no derrumbarse ahí mismo y ser atrapada.

Anya los condujo a través de los pasillos de la academia, dando vueltas en cada esquina, intentando despistar a los hombres que venían detrás. Sólo pudieron escapar cuando unos alumno se cruzaron en su camino a la biblioteca. Abrieron la gran puerta de roble y entraron a esconderse entre los grandes estántes llenos de libros.

La biblioteca esta vacía, ni siquiera la bibliotecaria se encuentra en su lugar, era obvio dado la hora que es. Las clases terminaron hace rato, pero debido a que los dos necesitaban terminar un estúpido trabajo para lengua antigua, que Damian necesitaba entregar para no desaprobar la materia, tuvieron que quedarse en el salón; hasta que de repente Anya lo agarró del brazo para empujarlo fuera y comenzar a correr por los pasillos con un par de tipos persiguiendolos.

Ahora parecía que están seguros, los habían perdido aunque era obvio que no se detendrían hasta atraparlos.

Siguió a Anya, que estaba caminando lo más rápido que podía mientras aún lo arrastra de la mano. Ella se detuvo en frente de una estantería, llena de libros viejos por el paso del tiempo.

—Ayudame a moverla —dijo mientras le soltaba la mano para después colocarse en uno de los costados de la estantería y empezar a empujar.

Damian no entendía la razón de esto, pero la mirada que le lanzó Anya al notar que se esta demorado bastante le hizo saber que no debía hacer preguntas aún. Ambos, colocados en distintos extremos del mueble, comenzaron a moverlo hacía un costado evitando que se cayeran los libros.

Una vez hecho esto, Damian pudo contemplar como ante él se allaba una puerta secreta. Sin pensarlo mucho, Anya pateó la puerta y, con la descomunal fuerza que tiene para una adolescente de dieciséis años, la rompió en varios pedazos.

—Camina —le ordenó.

Damian siguió la orden en piloto automático, aún no podía entender lo que estaba pasando y diez mil preguntas se acumulaban en su cabeza.

¿Por qué esos hombres los perseguían? ¿Cómo es que Anya los noto antes de que entrarán al salón de clases? ¿Desde cuándo la academia tenía puertas secretas en la biblioteca? Sin esperar a que él hiciera la última pregunta que se formuló en su cabeza Anya le contesto.

—Eden fue construída para que los hijos de las personas más importantes de la élite pudieran estudiar, y como sospecharon que en algún momento podría llegar a ocurrió un atentado contra la vida de uno, instalaron una red de pasadizos secretos para que los alumnos pudieran esconderse seguros —le explicó ella.

Anya seguía caminando por el largo pasillo que se extendía enfrenté de ellos, pero Damian se quedó congelado en su lugar, ya no podía esperar más por respuestas. Era consiente del peligro que corría si se quedaba ahí, esos hombres no tardarían en encontrarlos pero no le importaba, eran unos desconocidos al igual que la chica que camina delante de él.

Conocía a Anya desde que tenía seis años, desde entonces gran parte de sus días se dividían en amarla y detestarla por igual mientras intentaba sobresalir para impresionar a su padre. Recordaba perfectamente el golpe que le había dado el primer día de clases, aún le dolía la mejilla de sólo pensarlo. Ambos siempre discutían por disputas que Damian comenzaba para provocarla, pero Anya nunca hacía un gran esfuerzo por defenderse, era Becky Blackbell la que defendía a capa y espada a su mejor amiga.

Con el tiempo, cuando ya tenían una edad razonable para comenzar a interesarse románticamente en una persona, Damian se había dado cuenta que si seguía con esa actitud infantil de años anteriores corría el riesgo que Anya nunca se fijará en él, y eso era más probable ahora que algunos chicos de otros cursos comenzaron a acercarse a la chica. Ahora eran algo así como amigos, se ayudaban con las tareas de la escuela o simplemente pasaban largos ratos juntos solamente hablando.

Toda esa relación que estaban creando se está yendo a la mierda en tan solo unas horas.

La chica delante de él es parecida a Anya pero no es Anya. ¿Qué tal si ella es peligrosa y por esa razón los hombres los estaban persiguiendo? ¿Y si lo esta llevando a un lugar para matarlo para que nunca pueda decir una palabra sobre lo que está pasando?

—Deja de pensar estupideces Sy-on boy —le gritó la chica mientras volvía sobre sus pasos para obligarlo a qué la siguiera.

Cuando Anya lo tomo de la mano e intento que se moviera él no lo hizo, no iba a ir a ninguna parte con ella sin saber lo que está ocurriendo. No importaba si los hombres lo atrapaban, en este momento tanto ellos como la chica que está en frente son igual de extraños como peligrosos.

—Dime qué está pasando —volvio a repetirle.

Anya lo miro con fastidio antes de responder. —Ya te dije que hablaremos de eso más tarde, ahora muévete o nos atraparán.

—¡No! Dime qué está pasando, dime quién eres en realidad Anya, si es que ese es tu nombre en realidad.

Una lágrima cayó por la mejilla de la chica, que trago saliva y se la limpió antes de hablar.

—Anya es el nombre con el que elegí llamarme cuando escape de los laboratorios Apple, el nombre que recibí de nacimiento fue experimento 007. Me utilizaron en un experimento para crear superhumanos en el que fui la única que sobrevivió a las pruebas. Mi poder es leer la mente ya que nunca pases el resto de fases que tenían planeadas para desbloquear el resto de mi poder. Esos hombre seguramente me están buscando por esa razón. ¿Ahora sí podemos continuar caminando Damian?

Ella no espero a que él respondiera, simplemente lo tomo del brazo y lo comenzó a arrastrar por el pasillo.

Si bien el cuerpo de Damian esta caminando con Anya por el pasillo, su mente es otro caso. Sólo podía pensar en una cosa luego de escuchar la historia de la chica.

"Anya puede leer la mente, Anya sabe que me gusta".

Seguramente está es la forma más vergonzosa de enterarte que tú crush sabe que te gusta.

Damian & Anya (Recopilación De One-shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora