. ·ʚĭɞ𝟭+𝟭=𝘆𝗼𝘂 𝗮𝗻𝗱 𝗺𝗲<𝟯 𓇗. | Minchan

. ·ʚĭɞ𝘁𝘂𝗹𝗶𝗽𝗮𝗻

Mi cita con Minho estaba resultando mejor de lo que pensaba, sus ojitos resplandecían ante cualquier cosa que le emocionaba, por ejemplo, aquellos gatos que habían robado su atención, haciendo que no me hiciera caso en lo absoluto.

—Minho... ¿Te gustaría ir a comer?— necesitaba que dejara de perder tiempo con los gatos de algún modo.

—Shh, no interrumpas.

Observé lo que los de gatos estaban haciendo y vaya fue mi sorpresa al ver que no estaban haciendo absolutamente nada. Minho los estaba admirando por hacer nada.

—Vamos, ni siquiera has tocado el algodón.

—Bien, señor impaciente.

Minho se despidió de los animalitos con una caricia rápida y de nuevo, me arrebató el algodón, le señalé un establecimiento de pizza mientras acercaba mi mano discretamente a la suya.

—Espera, ni siquiera me he terminado esto.

—Lo hubieras hecho si no hubieras perdido media hora con los gatos.— le reclamé cual niño pequeño.

—No fue media hora no exageres y en segunda, no fue una pérdida de tiempo.— seguía comiendo su algodón y yo pensé que podría ver todo el día sus delicadas facciones sin aburrirme.

Me estaba empezando a gustar la calidez de su mano sobre la mía, parecíamos encajar a la perfección, pero parecía que a él no tanto, ya que la quitó lentamente de la mía. Terminó su algodón justo antes de que entráramos al establecimiento. Pedimos una pizza mediana dado que Minho ya se sentía lleno por comer el algodón.

—Bien, sigamos con nuestra sesión de preguntas— dijo mirando aún el menú.

—De acuerdo, comienzas tú.

—Bien, hum, tus tatuajes ¿Tienen algún significado en particular?— se veía tan entretenido con lo que leía.

—No todos, unos los tengo porque me embriague como no tienes idea y bueno, me pareció genial tatuarme estando borracho.— reí levemente.

—Que tonto, yo quisiera tatuarme, aunque creo que ya te lo había dicho.

—Sí, lo habías comentado, solo no lo hagas mientras estás ebrio, te lo digo por experiencia.

—¿Ah, si? Para su información señor, tengo muy buena resistencia al alcohol—despegó su vista del menú y levantó ambas cejas a modo de burla— es casi imposible que me embriague.

—Oh, así que eso piensas— iba a llamar al camarero para que trajera algo de alcohol— veamos si es cierto.

Minho negó rápidamente con nerviosismo, así que supuse que mentía, vaya mi sorpresa cuando dijo:— Christopher, no voy a beber en un establecimiento de pizza, en una feria, en donde hay niños y además, después tenemos que ir a cenar.