La vida no es fácil, nadie dijo que lo fuera. Vivir es simple, pero solo si sabes ocultarte de la oscuridad.
_____, una joven que sólo tiene un objetivo claro; morir.
¿De que le servía estar viva? Exacto, de nada. Estaba sola, no tenía a nadie, na...
La noche está por acabar, dejando así paso a la gloriosa mañana. Corro por los largos senderos del bosque, mis piernas me imploran parar, se sienten exhaustas. Mi respiración es agitada, siento que en cualquier momento mi corazón se saldrá por mi boca... Aún así, solo quiero llegar a mi destino.
- "Porfavor... Toma mi mano y prometeme que todo va a estar bien, abrázame fuerte y permiteme seguir a tu lado."
- "Pequeña _____... Estaré contigo siempre, aún si no me ves."
Su voz suena en mi cabeza, siento la punzada en mi corazón.
- Te lo pido. Te lo rugo, no me lo quites a el... - susurro aún corriendo y mirando a la luna, mi visión se vuelve borrosa por las lágrimas acumuladas que piden caer por mi rostro.
Corro, corro todo lo que puedo. El sol empieza salir, con ello, la luz indicándome el final del bosque, se hace presente.
Aun así, mi corazón se siente que se detendrá cuando escucho un llanto masculino. Salgo al fin de ese lugar, mis piernas tiemblan y me hacen quedar quieta, mientras mis ojos al fin dejan caer las lágrimas y mi boca se abre en muestra de asombro.
- Rengoku-San... Rengoku-San... - el llanto del chico hace eco en mis oidos, mi mente está en blanco.
- ¡No llores! ¡Ven, vamos a entrar! - otro grito desgarrador nos hace volver a la realidad al chico pelirrojo y a mi. Un jabali lo empieza a arrastrar.
Mi mente entra en razón, ni siquiera se como logré avanzar hasta quedar frente al frío cuerpo de Kyojuro. Mis piernas me fallaron, caí de rodillas frente a el. Sujeté su cara entre sus manos, el tenía una sonrisa en su rostro.
- No... No... ¡NO! ¡NO PODÍAS IRTE, TU LO PROMETISTE! ¡AH! ¡PORQUE ME DEJASTE! ¡AÚN TE NECESITO! ¡AH! - mis gritos desencadenados llamaron la atención de los tres chicos quienes ya hacían ahí, poco me importo.
- ¡Abre los ojos, te lo suplico! ¡Kyojuro no me dejes! ¡KYOJURO! - gritaba a más no poder, acune su cuerpo en mis brazos mientras lo abrazaba con fuerza, no me importaba llenarme de su sangre, solo quería que el volviera.
- ______-San...
Alguien murmura mi nombre, no reaccioné.
El sol había salido por completo, un nuevo día comenzaba a fluir. Siento algo posarse en mi hombro, con dificultad veo lo que es. El cuervo de Kyojuro friega su cabeza contra mi mejilla, en sus ojos hay lágrimas. Aún mas dolida, llevo una mano hasta el, acariciando su pelaje.
- Kyojuro...
Ahí estaba el. Sin vida y en mis brazos.
La unica esperanza de luz en vida me había dejado, se había ido para jamás volver. Es inevitable frenar mis sollozos, siento como el viento mece mi cabello y acaricia mi piel, de cierta forma se siente calido... Quizás es Kyojuro que me consuela con la brisa del amanecer.
Escucho pasos acercarse corriendo hasta mi, unas botan negras aparecen en mi campo de visión, con ello, sonidos de asombro y uno que otro llanto.
— ¡_____-Sama! Vinimos tan rápido como el cuervo nos aviso... Por favor, permitanos llevarnos el cuerpo del Pilar, lo prepararemos para entregarlo a su familia. — la voz de la chica apenas sale en un hilo... Kyojuro tenía una gran importancia en todo el cuerpo de cazadores de demonios.
De manera casi robótica, dejo el cuerpo frio de Kyo en el suelo, su sonrisa se ha desvanecido, ahora parece más bien como si simplemente estuviera dormido... ¿Estarás justo ahora con tu madre? Mi corazón anhela que si.
Varios Kakushi se acercan a su cuerpo, y entre 4 hombres lo pasaron a una camilla y lo suben en sus hombros, empezando correr quien sabe a donde.
No tengo fuerzas de levantarme. Miro mis manos las cuales tienen algo de su sangre, las lágrimas siguen cayendo involuntariamente, la fea sensación en mi pecho sigue presente.
Me siento como hace unos cuantos años, cuando presencié la muerte de mi hermana... Y cuando fui abandonada por mi hermano.
Una mano se posa en mi hombro, mis ojos conectan con unos ojos color cobre, quizás algo rojos. El mismo chico que no conozco pero que susurró mi nombre me mira con pena y también tristeza.
— _____-San... Lo siento mucho. — ¿cómo sabe mi nombre? ¿Estaba en la misión junto a Kyojuro? Bueno... Eso ya no tiene importancia, ya nada lo tiene.
Lentamente me pongo de pie, ignorando la presencia de los demás, camino por donde vine, no quiero seguir en este lugar... Solo quiero desaparecer.
Quizás eso debió pasar hace muchos años.
Mi unica fuente de luz se había ido.
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Tengan un excelente dia/tarde/noche. 💧
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